La Paz de Augsburgo, también llamada "Paz de las religiones", fue un trato firmado por Fernando I de Habsburgo, hermano y representante del emperador Carlos V, y las fuerzas de la Liga de Esmalcalda el 25 de septiembre de 1555 en la ciudad de Augsburgo en Alemania, por la cual se resolvía el conflicto religioso de la reforma protestante.
Un acuerdo que divide el Imperio de Carlos V en dos confesiones cristianas (luterana y católica) y otorga a los príncipes alemanes la capacidad de elegir la confesión a practicar en sus Estados (aunque solo las mencionadas: cualquier otra, como el calvinismo, estaba prohibida). Los súbditos del mencionado príncipe estaban obligados a profesar la religión que este eligiera cuius regio, eius religio, pero tenían la alternativa de emigrar a otro. Esta paz llegó pese a la victoria de Carlos V en la batalla de Mühlberg de 1547, pero no se consiguió acabar con el problema.
También se establece el principio del reservatum ecclesiasticum, según el cual si un príncipe que ocupaba un cargo eclesiástico católico se pasaba al luteranismo, no podía apropiarse los bienes del obispado o abadía y hacerlos hereditarios para la propia familia. El paso de la propiedad de beneficios y terrenos eclesiásticos al patrimonio personal del obispo o abad que se adhiriera al luteranismo, era llamada "secularización" y fueron reconocidas como tales solo las anteriores a 1552, mientras que los obispados y los bienes católicos secularizados después de 1552 debieron ser restituidos. Tal cláusula fue muy controvertida y considerada inaceptable por los príncipes luteranos, así que no fue votada en la Dieta, pero fue agregada con una deliberación del Emperador. El estatus ambiguo de esta cláusula fue una de las causas de la Guerra de los Treinta Años.
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