La Plaza de Toros Monumental de Ciudad de México, oficialmente Plaza México, es la más grande de México y la de mayor aforo del mundo. Fue inaugurada el 5 de febrero de 1946.
Está ubicada en la colonia Ciudad de los Deportes, junto al Estadio Azul. Tiene capacidad para 42 000 personas (sentadas), pero ha llegado a tener más de 50 000, estando dedicada casi exclusivamente a conciertos populares y eventos taurinos. Dispone de un ruedo de 43 m de diámetro, y un callejón de dos. Es de propiedad privada.
En la plaza tienen lugar la temporada grande de corridas, con al menos doce corridas en los domingos entre noviembre y enero, y la temporada de novilladas o temporada chica, con una duración reglamentaria de doce novilladas en los viernes y domingos entre septiembre y enero.
La Plaza México se construyó por iniciativa del empresario yucateco de origen libanés Neguib Simón. El proyecto inicial era construir la Ciudad de los Deportes, con plaza de toros, estadio de fútbol, canchas de tenis y frontón, boliches, cines, restaurantes, arena de box y lucha, alberca, playa con olas, y terreno para ferias y exposiciones, pero solo llegaron a construirse la plaza de toros y el Estadio Azul, del equipo Cruz Azul.
El ingeniero a cargo de la construcción fue Modesto Rolland. Las obras comenzaron el 1 de diciembre de 1944 donde se ubicaba una ladrillera de la colonia Nochebuena. En aquel tiempo el lugar se encontraba en una de las zonas más “modernas” y de exclusivos desarrollos del área urbana de la Ciudad de México. Se trata de una colosal obra monolítica de hormigón armado y su ruedo se encuentra 20 m por debajo de las calles adyacentes. Está rodeado por esculturas del valenciano Alfredo Just.
Durante los siglos XVI y XVII se levantaron plazas de toros con carácter provisional en distintos lugares de la ciudad de México. Fueron de madera y por ello desmontables al concluir los festejos. La primera fija que se construye, llamada Real Plaza de toros de San Pablo, se levanta en el año 1788 y se inaugura el 24 de noviembre de 1788. En 1821 un incendio la destruye y en su lugar se erige otra plaza, cuya obra comenzó el 18 de enero de 1851. Fue inaugurada el 23 de noviembre de ese año con el nombre de Plaza de toros del Paseo Nuevo. En virtud de la ley promulgada el 28 de noviembre de 1867, se destruye. Esa Ley prohibía las corridas de toros. Abolida la prohibición en 1887, inmediatamente se construyó la de San Rafael, inaugurada el 20 de febrero de ese año y demolida en 1889. Fue de madera.
Para los aficionados acostumbrados a ver las corridas en el Toreo de La Condesa, ubicada en la colonia Roma, cerca del centro de la ciudad capital, la lejanía del ruedo resultó un punto relevante, además del aparentemente poco taurino diseño y el costo del boletaje. Se hablaba en 1946 que los costos de los boletos para el festejo inaugural nunca habían sido vistos. Una barrera de sombra costaría cincuenta pesos.
La plaza de Toros México contaba con 49 filas además de los palcos. Por ello, en la época se le auguraba un escaso éxito al proyecto por sus magnitudes colosales. En medio de la repulsa general, La Monumental Plaza México fue bendecida por el arzobispo de México, Luis María Martínez, quien dio la primera vuelta al ruedo.
En 1936 los diestros españoles se negaron a torear con Fermín Espinosa Armillita Chico en Madrid y otras plazas españolas, el diestro mexicano y Marcial Lalanda, entonces Presidente de la Asociación de Matadores, culminaron la polémica al romper la relación taurina entre España y México cuando los toreros mexicanos fueron expulsados de España. A su regreso a México Armillita Chico y otros diestros decidieron imponer sus condiciones a los toreros españoles que viniesen a torear a México. Los diestros debían confirmar la alternativa en la primera plaza del país, La Monumental de México, así como acatar sus normas dentro de los ruedos tales como la forma de cambiar los tercios, quitarse la montera en determinadas ocasiones o dar la vuelta al ruedo para recibir el reconocimiento del público en sentido contrario al recorrido que se realiza en España. En temas musicales, en la Monumental de México, que es la plaza de toros más grande del mundo, se realiza el despeje de plaza y el paseíllo bajo los sones del pasodoble Cielo Andaluz, compuesto en 1912 por Rafael Gascón Aquilúe nacido en Calatorao (Zaragoza) y emigrado a México en 1895. El pasodoble fue dedicado por Rafael Gascón a la entonces bajo la dirección de Velino Preza. Con el mismo nombre existe otro pasodoble compuesto por Pascual Marquina Narro, que nada tiene que ver con el pasodoble taurino que suena en México.
Fue inaugurada el 5 de febrero de 1946, con toros de San Mateo para los toreros Luis Castro "El Soldado", Manuel Rodríguez "Manolete" y Luis Procuna "El Berrendito de San Juan".
A pesar de la puntualidad del inicio de las corridas de toros y dadas las condiciones de la inauguración, el festejo se retrasó diez minutos, por los problemas de los aficionados para encontrar la plaza y después su localidad. El paseíllo fue encabezado por cuatro alguacilillos. Un enorme arreglo floral adornada el ruedo. Desde ese primer festejo ese adorno fue patrocinado por una casa productora de llantas.
El primer toro era Jardinero, número 33, cárdeno oscuro caribello, al que le abrió la puerta de toriles José Medina. El primer capotazo lo dio “Chato” Guzmán. El primer puyazo fue de José Noriega “El Cubano”, quien sufrió también el primer tumbo. El primer par de banderillas fue de “Chato” Guzmán. El primer muletazo, primera faena, primera estocada y primer descabello, de Luis Castro “El Soldado”, primer espada, quien vistió un terno marfil y plata.
“Manolete” cortó una oreja al ejemplar corrido en segundo lugar, llamado Fresnillo, negro, número 14. Para tan señalada ocasión el Monstruo de Córdoba vistió con colores tabaco y oro. Luis Procuna cortó la segunda oreja, primera para un torero mexicano, al tercero de la tarde llamado Gavioto, negro, número 55.
"Gallito", negro, número 15, fue lidiado en cuarto lugar; Peregrino, quinto de la tarde, fue devuelto. Para el ganadero, de manera indebida. Monterillo, número 13, lo sustituyó. “Manolete” dio vuelta al ruedo a pesar de haberlo pinchado hasta en cuatro ocasiones. El sexto fue "Limonero", número 82, negro capacho.
La tarde significó triunfos para “Manolete” y Luis Procuna. Para las primeras corridas las localidades de barrera fueron improvisadas con unos asientos de tule. Sobre uno de los túneles aparecía el palco de la Autoridad. Esa tarde inaugural fue ocupado por Carlos Zamora, juez, y Rosendo Béjar, quien cambiaba las suertes.
El segundo festejo se llevó a cabo el sábado 16 de febrero. La plaza no se llenó. Se llevó a cabo un mano a mano entre Silverio Pérez y “Manolete”, con toros de Torrecilla. El diestro de Córdoba cortó una oreja a "Espinoso", cuarto de la tarde. Silverio cortó orejas y rabo, el primero de la plaza, a "Barba Azul".
La tercera corrida se llevó a cabo el martes 25 de febrero. Hicieron el paseíllo “Manolete”, Luis Procuna y Rafael Perea “El Boni”, que confirmó su alternativa. Los toros fueron nuevamente de Torrecilla. El viento no permitió el lucimiento de los alternantes. Procuna tuvo petición de oreja y dio vuelta al ruedo.
Fue hasta el 9 de marzo cuando se dio la cuarta corrida de esta breve serie inaugural con Joaquín Rodríguez Ortega “Cagancho”, Luis Castro “El Soldado” y Silverio Pérez con otra corrida de San Mateo. Fueron cuatro corridas de ganaderías de Zacatecas y de los hermanos Llaguno las lidiadas en los festejos de apertura del coso monumental. Lo mejor de la cuarta tarde, en la que sopló fuerte viento, fueron cuatro varas de Abraham Juárez Límber.
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