En informática, el clic es la acción de pulsar cualquier botón o tecla del dispositivo apuntador (ratón, touchpad o trackball) de la computadora. Como resultado de esta operación, el sistema aplica algún proceso o función al objeto señalado por el cursor o puntero en el momento de realizarla.
Se suelen utilizar las expresiones hacer clic, dar clic, clicar o cliquear para referirse a la acción u operación.
Dependiendo del tipo de computadora, del sistema operativo instalado, del programa informático o aplicación informática en uso, y del elemento señalado; así como también de cuál botón se presione y con qué secuencia de pulsaciones se lo haga, la acción resultante será diferente entre una variada serie de posibilidades.
Aunque es muy frecuente ver la palabra escrita en inglés, click, la acepción correcta propuesta por el Diccionario de la lengua española es clic, sin la k de su origen anglosajón, y clics es su plural.
Al igual que ocurre con cualquier pulsador o interruptor eléctrico momentáneo, como las teclas de un teclado de computadora, durante el proceso de clic existen dos eventos característicos:
Cada uno de estos sucesos es detectado por el sistema como una acción independiente, pudiendo existir otras acciones durante el tiempo transcurrido entre ambas, como el movimiento del ratón o el pulsado de otra tecla. Solo en el caso que la secuencia «pulsar-soltar»/«presionar-liberar», o su equivalente eléctrico «contacto-relevo», suceda en un tiempo suficientemente corto y sin la aparición de otros eventos perturbadores, será interpretada por la computadora como un clic.
Con la finalidad de aumentar el número de funciones distintas que el computador pueda realizar como respuesta a los clics, los desarrolladores han implementado dos formas básicas de diferenciarlos: por botón y por cantidad de pulsaciones. Combinando ambas, se permite al sistema interpretar una mayor cantidad de órdenes generadas a través del dispositivo apuntador por parte del usuario.
En plataformas Windows y GNU/Linux es común disponer de dos o tres botones principales, y aunque en Apple Macintosh el ratón ha tenido históricamente solo uno, las últimas versiones incorporan un segundo pulsador. Además de estos botones superiores, algunos ratones disponen de una o dos teclas laterales adicionales. De esta forma, según cuál sea el botón activado, el sistema recibirá cada clic como una orden diferente, y dará paso a la función correspondiente.
Las personas zurdas, si bien tienen la posibilidad de configurar los botones del ratón para la mano izquierda, por lo general prefieren adaptarse a la combinación diestra predeterminada.
Además de la identificación del botón pulsado, se implementa otra diferenciación según la cantidad de veces consecutivas que se presione el mismo en un corto tiempo. Estas acciones se conocen como simple, doble o triple clic según se pulse una, dos o tres veces dicho botón respectivamente, obteniendo diferentes resultados con cada una de ellas.
El hecho que los fenómenos de pulsar y soltar un botón sean eventos diferentes y separados en el tiempo, permite combinarlos, ya sea entre los diferentes botones del ratón, o bien con acciones de otro tipo.
Una de las acciones que suelen intercalarse entre la presión y la liberación de una tecla del ratón, es el desplazamiento o arrastre del mouse. Esta introducción de movimiento mientras se mantiene pulsado un botón crea la secuencia «pulsar-arrastrar-soltar» o «presionar-desplazar-liberar», que no es interpretada como un clic simple, sino que permite la existencia del concepto de «arrastrar y soltar» un objeto, como por ejemplo, un icono, un texto, etcétera. Esta característica es también conocida por su nombre en inglés: drag-and-drop.
Al igual que ocurre con los clics, es posible arrastrar objetos tanto con el botón primario como con el secundario, obteniéndose diferentes resultados.
«Desplazar y liberar» o «arrastrar y soltar» (drag and drop) es una expresión informática que se refiere a la acción de mover, con el cursor del ratón, los objetos de una ventana a otra o entre partes de una misma ventana. Los objetos arrastrados son habitualmente archivos, pero también pueden ser arrastrados otros tipos de elementos en función del software.
Un ejemplo es arrastrar y soltar entre ventanas de un gestor de archivos para cambiarlos de carpeta, o archivos de audio en un reproductor multimedia para moverlos de su lista de reproducción.
Los objetos que pueden ser arrastrados depende del programa o ventana que los aloja. Igualmente, el efecto de soltar objetos sobre una ventana o programa depende del receptor de los objetos. Habitualmente cuando se están arrastrando objetos sobre ventanas el icono del ratón cambia para indicar qué acción se producirá si se sueltan, o se mostrará un símbolo similar a prohibido indicando que la acción de soltar los objetos no producirá ningún resultado.
La secuencia básica involucrada en arrastrar-y-soltar es:
Arrastrar requiere más esfuerzo físico que mover el mismo dispositivo apuntador sin mantener pulsado ningún botón. A causa de esto, el usuario no puede mover en forma tan rápida y precisa mientras arrastra (ver Ley de Fitts). Sin embargo, las operaciones de arrastrar-y-soltar tienen la ventaja de juntar dos operandos (el objeto a arrastrar, y la ubicación donde soltarlo) en una sola acción.
Un problema de diseño aparece cuando el mismo botón selecciona y arrastra elementos. Un movimiento impreciso puede causar un arrastre cuando el usuario solo desea seleccionar.
Otro problema es que el destino donde se desea soltar puede estar oculto bajo otros objetos. El usuario tendría que detener el arrastre, hacer la fuente y el destino visibles y comenzar de nuevo. Esto se ha tratado de solucionar mediante herramientas como por ejemplo Exposé en Mac OS X, que muestra todos los objetos disponibles en la pantalla, o permitiendo traer al primer plano los objetos del escritorio durante el arrastre (ya sea mediante alguna combinación de teclas o «posando» elemento arrastrado sobre alguna referencia al objeto destino como puede ser su representación en la barra de tareas), como se hace en el escritorio KDE de entornos Unix.
Otra de las acciones que es posible llevar a cabo entre los eventos de «presionar» y «soltar» una cierta tecla del ratón, es realizar clics (ya sean simples, dobles o triples) con alguna otra de sus teclas. Estas funciones suelen denominarse alegóricamente acordes, por su similitud con los acordes en un teclado musical.
Un acorde de ratón (mouse chording, en inglés ) relativamente sencillo, es el de ejecutar un clic con el botón primario, mientras se mantiene pulsado el secundario. Una vez finalizado el acorde, resta soltar la tecla pulsada inicialmente.
Para que los acordes surtan un efecto especial, diferente al de los clics ordinarios, es necesario que el software utilizado los tenga contemplados dentro de sus funcionalidades. De lo contrario, el programa podría presentar un comportamiento anómalo, como por ejemplo considerar la liberación final de la tecla como si fuera un nuevo clic. El navegador web Opera hace uso de algunos acordes de ratón.
Algunas aplicaciones tienen la particularidad de interpretar como órdenes específicas a pequeños arrastres del ratón, realizados en zonas despejadas, libres de iconos u otros objetos pasibles de verse arrastrados.
Estos gestos de ratón (mouse gestures, en inglés ) conformados por secuencias «pulsar-arrastrar-soltar» de corto recorrido, constituyen órdenes que incluyen no solamente el simple dato de la posición del cursor, sino información vectorial adicional, de dirección, sentido y velocidad con que se realiza, y que por lo tanto van mucho más allá de un simple clic. Podrían asimilarse a pequeños empujones ejercidos sobre objetos o regiones libres de la ventana. El sistema de Información Geográfica Google Earth acepta órdenes de este tipo.
Es posible ejecutar secuencias combinadas de movimientos o pulsaciones entre el teclado y el ratón. Por ejemplo, se puede desplazar este último, o hacer clic o doble clic, mientras se mantiene presionada la tecla Ctrl, la tecla ⇧ Mayús (Shift) o la tecla Alt, o dos de ellas al mismo tiempo (Ctrl+Alt o también Ctrl+⇧ Mayús), creando así combinaciones de las que hacen uso algunos sistemas operativos y aplicaciones de software. Más abajo pueden verse algunos usos frecuentes de esta acción combinada.
Los sistemas operativos suelen tener opciones de configuración de la interfaz de usuario para permitir cierta tolerancia a errores en la ejecución de algunas acciones. En lo referente a los clics, existen dos valores, uno espacial y el otro temporal, que permiten ajustar estas tolerancias.
Durante la ejecución de un clic, puede ocurrir que el ratón sea desplazado involuntariamente una pequeña distancia. Para evitar que el sistema interprete este accionar del usuario como una orden de «arrastrar», se suelen ignorar los desplazamientos muy pequeños ocurridos entre la presión y el relevo de un botón. De este modo, solo serán consideradas arrastres las secuencias «pulsar-arrastrar-soltar» o «presionar-desplazar-liberar» en las que dicho desplazamiento del ratón sea mayor que un cierto umbral de tolerancia de arrastre, medido en píxeles, configurable por el usuario. En cambio, serán clics aquellas secuencias cuyo desplazamiento, en caso de existir, sea menor que el referido umbral.
Esta tolerancia de movimiento puede a su vez ser perjudicial si se fija un umbral demasiado grande, ya que en ese caso la intención de mover un objeto una pequeña distancia será interpretada por el sistema como un clic sobre el objeto, dejándolo inmóvil en lugar de arrastrarlo.
Para que el sistema reconozca como tal a un conjunto de dos secuencias «pulsar-soltar» consecutivas, y no asuma erróneamente que se trata de dos clics simples separados, es necesario que la interfaz de usuario sea capaz de discriminar la diferencia. Para ello se determina un tiempo máximo aceptable como umbral de tolerancia de doble clic, medido en milisegundos.
Si entre la culminación de la primera secuencia y el comienzo de la segunda transcurre un tiempo inferior al umbral fijado, el sistema interpreta al conjunto de ambas como un único doble clic. Si en cambio el tiempo supera el referido umbral, ambas secuencias son consideradas como dos clics simples.
Así mismo, cuando se trata de tres secuencias «pulsar-soltar»/«presionar-liberar» consecutivas, el sistema solo interpreta al conjunto como un único triple clic, si los tiempos que separan a la primera secuencia de la segunda y a esta de la tercera son ambos inferiores al umbral de tolerancia descripto.
Dado que los usuarios pueden presentar cierta falta de uniformidad en los tiempos de ejecución de los dobles y los triples clics, este umbral es configurable.
La expresión en idioma inglés point and click, que significa «apuntar y cliquear», es un método usado en el género de videojuegos conocido como aventura gráfica. Consiste en pulsar consecutivamente un botón del ratón (normalmente el izquierdo) sobre diferentes objetos —o sobre un mismo objeto en diferentes posiciones— de un escenario bidimensional.
La destreza y la experiencia del usuario en la práctica del apuntar y cliquear, le permiten realizarla a muy alta velocidad, llevándola en ocasiones al límite de las tolerancias de arrastre y de doble clic del sistema.
Este método ha ido desapareciendo con las sucesivas innovaciones informáticas y tecnológicas, especialmente con el paso de las aventuras gráficas al diseño en 3D o tridimensional; dejando de lado el ratón para usar el teclado, una palanca de mando, o algún otro dispositivo controlador de juego.
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