x
1

Premio Reina Sofía de Poesía Iberoamericana



El Premio Reina Sofía de Poesía Iberoamericana considerado como uno de los más importantes del mundo, queda suscrito dentro del Convenio Marco de Cooperación Cultural entre la Universidad de Salamanca y Patrimonio Nacional. El galardón está dotado con 42.000 euros y tiene por objeto premiar el conjunto de la obra poética de un autor vivo que, por su valor literario, constituya una aportación relevante al patrimonio cultural común de Iberoamérica y España. Lleva el nombre de Su Majestad la Reina Doña Sofía por la sensibilidad literaria que siempre ha mostrado la soberana y su deseo de querer reconocer la difícil y sublime escritura que es la poesía. Dado el prestigio que con el tiempo ha alcanzado el Premio, es simbólico el galardón económico y muy alto el literario, debido a la proyección social y mediática del mismo y lo que implica de difusión para cada galardonado. Además, no solo es un máximo reconocimiento a una pluma concreta sino a la expresión poética de una de las tres grandes lenguas planetarias actuales, la española, junto a la inglesa y la china, en constante crecimiento de hablantes gracias a su uso por la población americana. No extraña por ello que sea la Universidad de Salamanca, de especial significación histórica en el ámbito hispano-americano, y Patrimonio Nacional, organismo del Estado gestor de los bienes originarios de la Casa Real, hoy en uso de la misma pero del pueblo español, quienes instrumenten un premio que ha alcanzado gran dimensión internacional.

Por otra parte, se reconoce la evolución de la poesía iberoamericana en sus distintas corrientes a través de representantes destacados de ellas. Así, desde la poesía posvanguardista a la llamada postpoesía, atravesando el surrealismo poético de Gonzalo Rojas, la poética coloquial de Mario Benedetti, la poesía del conocimiento, la social, el neobarroco poético y otras corrientes. En las relativas a la Península, se arranca de la célebre antología de José María Castellet, Nueve novísmos poetas españoles, de 1970, donde figuraban algunos de los premiados, como Pere Gimferrer. Era una poesía culturalista que enlazaba con el surrealismo de vanguardia muy anterior, el de antes de la Guerra Civil española. Otras corrientes eran el realismo social, la metapoesía, el romanticismo bizantinista, el malditismo poético, el intimismo humanizado, la poesía de la experiencia, la transcendentalista y otras, cultivadas de un modo u otro por los ganadores españoles. La antología de Luis Antonio de Villena, jurado de los premios, con su Postnovísimos, en 1986, marcó otra inflexión recuperándose el decadentismo, lo épico y se continúan las tendencias anteriores. Villena hizo en 1992 otra antología, Fin de siglo, donde se plasmaba la tradición castellana poética, y, en 1999 la editorial Visor publicó una panorámica, El último tercio del siglo (1968-1998). Antología consultada de la poesía española. de las corrientes recogidas en estas antologías han bebido muchos de los poetas españoles premiados.

Casi la mitad de los galardonados son en efecto españoles -ver listado al pie-, siguen tres chilenos, dos nicaragüenses, dos portugueses y dos uruguayos y el resto, con uno cada uno, son de Colombia, Argentina, Brasil, El Salvador, Perú, México, Venezuela y Cuba. Son seis las mujeres premiadas, de Cuba, Portugal, España, Uruguay, Perú y Claribel Alegría, quien tenía la doble nacionalidad nicaragüense y salvadoreña. Todavía no han sido premiados ningún poeta de Paraguay, República Dominicana, Costa Rica o Bolivia.

La ganadora del Premio Reina Sofía de Poesía Iberoamericana del año 2014 ha sido la poeta malagueña María Victoria Atencia, perteneciente a la denominada generación de los 50. Este reconocimiento, según los miembros del jurado, se debe a su amplia y destacada producción poética, de la que sobresale “su gran perfección formal”.

Los candidatos son presentados por las Academias de la Lengua de los países iberoamericanos, la Real Academia Española y los departamentos universitarios de Filología Hispánica, Filosofía y Literatura -se pueden consultar las bases en Internet[1]​-. El ganador es designado dentro del mes de junio y el premio en metálico es entregado en noviembre. Se suele alternar galardonado español con iberoamericano, aunque ha habido años seguidos de premiados españoles o americanos, estando incluidos los brasileños y lusos por la dimensión iberoamericana del Premio, no solo hispanoamericana. El jurado se compone de un selecto grupo de académicos y de escritores en lengua española de prestigio internacional indiscutido, que no llega a la veintena. En la propia universidad salmantina se llevan a cabo jornadas de estudio de autores ya premiados, para profundizar en la significación de dichos poetas.

Entre las actuaciones de Patrimonio Nacional con relación al Premio, está la de encuadernar cada año un ejemplar de la obra premiada. La labor ligatoria debe ser reflejo de las tendencias españolas más actuales de diseño y ejecución dentro de un concepto artístico en línea con los ricos fondos ligatorios custodiados en la Real Biblioteca. Se pretende que de cara a las futuras generaciones quede testimonio material de la encuadernación artística que se viene realizando en España desde 1992, dando curso al devenir ligatorio interrumpido en sus muestras palatinas en 1931. Es así ejemplo de creación de patrimonio de arte ligatorio español contemporáneo, representativo en máximo grado. Todas las encuadernaciones deben tener la singularidad de mostrar la cifra real de doña Sofía, una "S". A veces es fácilmente distinguible, otras veces se mimetiza con la decoración artística de la pieza y no es fácil de apreciar, pero todas la contienen, es condición sine qua non que la ostente. Al ser una colección en curso se puede apreciar muy identificativamente la evolución del arte ligatorio en España desde 1992, su primer año.

El depósito palatino es el principal centro de España en lo relativo a calidad de piezas al respecto, desde el siglo XVIII inclusive hasta el fin del reinado de Alfonso XIII. Encuadernadores de Cámara y otros maestros, asimismo muy destacados, están presentes en la Real Biblioteca a través de notables muestras de su quehacer, el más excelso pues era para uso y disfrute de los Reyes de España. Por ello, se decidió a principios de los años noventa, al iniciarse la prestigiosa andadura de estos premios, proseguir la incorporación de encuadernaciones que testimoniaran un momento concreto de concepción artística a través de determinados materiales y técnicas.

Se continúa así una amplia colección de encuadernaciones reales femeninas custodiadas por Patrimonio Nacional y cuya marca de posesión es con frecuencia heráldica u onomástica pero también con cifra real, marca empleada para los Premios Reina Sofía, cuyo contexto y antecedente es esta colección de Patrimonio. En ella hay ejemplares desde el siglo XV, con algunos de la reina Isabel La Católica, pasando por numerosos ejemplos de María Luisa de Parma, María Amalia de Sajonia, María Cristina de Borbón-Dos Sicilias, Isabel II, María Cristina de Habsburgo-Lorena o la reina Victoria Eugenia de Battenberg, muchas de ellas en efecto con cifra personal. Todas estas reinas cuentan con ejemplos sobresalientes de ligaciones no solo trabajadas en diversas pieles sino además sobre soporte textil. No son muy conocidas las encuadernaciones de Marie Julie Clary, esposa de José I, pero son por lo general todas ellas notables, tanto las heráldicas como las de cifra real, siendo curioso que pese a no pisar la corte madrileña los mejores artífices ejecutaron para ella. Además de los fondos ya existentes, se ha incrementado la colección palatina de encuadernaciones reales femeninas en los últimos años, cabe recordarse una heráldica de Ana de Austria, esposa de Luis XIII de Francia, ya en estado de viudez pues lleva el cordón franciscano anudado con las borlas separadas (en RB, II/4572) o un juego, que hace pareja, de una ligación de María Amalia de Sajonia (en RB, XIX/10777) con otra de su marido, Carlos III, ambas de ejecución italiana. Las encuadernaciones reales femeninas se hallan, en algunas de sus más notables muestras, recogidas y descritas tanto en la base de datos IBIS de la Real Biblioteca[2]​ como en la base de encuadernación histórico-artística,[3]​ incluida en la precedente y que se halla junto a un sitio web sobre los encuadernadores de Cámara.[4]


Esta trayectoria histórica antecede a las encuadernaciones artísticas de los Reina Sofía, encargadas bianualmente a artífices en cada año correspondiente (ver RB, XIV/2938 y ss.). En 1992/93 se quiso dejar testimonio del trabajo y concepto del más renombrado maestro vivo entonces Antolín Palomino Olalla, tras la muerte de Emilio Brugalla. En estos veinte años, siguieron los gaditanos hermanos Antonio y José Galván, también clásicos de idea estética, pero luego otros más contemporáneos de expresión, técnica y uso de materiales, como Andrés Pérez-Sierra, Juan Antonio Fernández Argenta o Dolores Baldó.[5]​ Algunos de ellos son premios de encuadernación del Ministerio de Cultura y todos tienen una evolución profesional de reconocimiento. En la página web de la Real Biblioteca se puede hallar condensada la trayectoria de cada ligador artista, que ejecuta la obra de dos poetas premiados distintos, al ser el encargo de ejecución bianual. La relación curricular de cada uno va precedida de un artículo de la Directora de la Real Biblioteca María Luisa López-Vidriero, clarificador sobre la nueva continuidad de la colección de ligaciones reales femeninas y su necesidad en los tiempos actuales.




Escribe un comentario o lo que quieras sobre Premio Reina Sofía de Poesía Iberoamericana (directo, no tienes que registrarte)


Comentarios
(de más nuevos a más antiguos)


Aún no hay comentarios, ¡deja el primero!