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Prismáticos



Los prismáticos, también denominados binoculares o gemelos, son un instrumento óptico usado para ampliar la imagen de los objetos distantes, al igual que el monocular y el telescopio, resultando más cómodo apreciar la distancia entre objetos distantes y seguirlos en movimiento. Los binoculares poseen un par de tubos, y cada tubo contiene una serie de lentes y dos prismas, que amplían la imagen para cada ojo, produciendo la estereoscopía.

Este instrumento sirve para ver a lo lejos objetos que no se pueden ver bien a simple vista. La ampliación se logra cuando la luz atraviesa cada serie de lentes. Los prismas corrigen la imagen colocándola en la posición correcta, por medio del principio de reflexión interna total, a diferencia de los telescopios, que la muestran invertida. Tradicionalmente, la mayoría de los modelos usan un par de prismas porro. El ocular de cada cámara no está alineado con el objetivo, y el prisma refleja la luz en forma de S hacia el ocular.

Muchos modelos permiten ajustar la distancia entre los oculares para adaptarse a la cara del usuario. También poseen una rueda de enfoque que se gira para enfocar la imagen. Generalmente, el ocular derecho tiene un anillo de corrección dióptrica, que se gira para conseguir la dioptría diferente en el ocular izquierdo y mejorar aún más el enfoque de la imagen observada con ambos ojos.

Además, al ser pequeños telescopios refractores, con un sistema de prismas para acortar el tubo de soporte y evitar la visión invertida, tienen menor capacidad de aumento que un telescopio, pero tienen mayor campo de visión. Para impedir las vibraciones, conviene fijarlos a un trípode fotográfico.

Los binoculares utilizan una combinación de lentes y prismas para agrandar las imágenes. Las lentes encaminan la luz y permiten enfocar la imagen ampliada hacia los ojos del observador.

Los prismas permiten que las imágenes provengan desde ejes más separados los de los dos ojos, aumentando la sensación estereoscópica o de relieve de lo que se ve. Cuando los lentes o prismas absorben toda la luz, los prismas lo transforman en la imagen la cual va a aumentarse para observar cosas la cual estén demasiado lejos y no se puedan distinguir con el ojo humano. A todo esto se le llama la estereoscopia es la técnica la cual los prismáticos o binoculares utilizan para recoger información visual y transmitir una imagen 3D.

La clasificación se basa en el nivel de ampliación de imagen y el diámetro del objetivo, medido en mm; se indica con dos números separados por una X. Por ejemplo, un par de prismáticos de 12X50 (se nombran como ‘’doce por cincuenta‘’), tienen un nivel de ampliación de 12X (12 aumentos) y un par de objetivos de 50 mm de diámetro.

Los prismáticos de menor alcance son de 3X10 y se usan en los teatros o los circos. Los de 7X50 y 10X50 son para la observación amateur casera, y se usan para observaciones astronómicas sencillas. Los de 12X50 hasta 20X50 para la exploración. Todos los anteriores se sostienen con las manos, sin embargo, existen prismáticos tan grandes como 20X80, 20X140, que se sostienen en trípodes, debido a su peso. En los binoculares de magnificación variable como los 8-24X50 se aprovecha una configuración interna móvil para proporcionar un binocular que magnifica desde 8x hasta 24x utilizando el cuerpo de un solo binocular. Este tipo de binoculares son útiles si se requiere de un equipo de usos múltiples.

El nivel de ampliación práctico es hasta 10X. Los modelos sostenibles con las manos son de hasta 20X. Los modelos superiores a este nivel son tan sensibles al movimiento que cuando se sujetan con las manos, incluso firmemente, transmiten temblores a la imagen observada, provocados por los mínimos movimientos naturales del cuerpo. Por esa razón, los prismáticos más potentes suelen fijarse a trípodes que evitan la vibración. A su vez, existen modelos que poseen dispositivos estabilizadores de imagen.

Los prismáticos portátiles van desde pequeños lentes de ópera de 3X10, los mismos que se utilizan en algunos espectáculos deportivos, hasta lentes con 7 a 12 mm de diámetro que son utilizados típicamente al aire libre. En muchos lugares turísticos se han instalado binoculares montados sobre un pedestal que funcionan con monedas para permitir a los visitantes obtener una vista más cercana del paisaje visitado.

La observación de aves es un pasatiempo muy popular entre los amantes de la naturaleza. Los binoculares o prismáticos son una herramienta básica en esta actividad. Normalmente se utilizan los prismáticos con un aumento de 7X a 10X.

Los cazadores suelen utilizar los binoculares en el campo para poder ver a los animales que están demasiado lejos para poder ser detectados a simple vista. Se utilizan comúnmente binoculares 8X con gran luminosidad y de gran alcance, muy útiles en condiciones de poca luz.[1]

Los binoculares son ampliamente utilizados por los astrónomos aficionados; su amplio campo de visión los hace útiles para la búsqueda de cometas y supernovas (prismáticos gigantes) y la observación general (prismáticos portátiles). Los binoculares diseñados específicamente para la observación astronómica tendrán objetivos de apertura más grandes (en el rango de 70 mm u 80 mm) porque el diámetro de la lente del objetivo aumenta la cantidad total de luz capturada y, por lo tanto, determina la estrella más débil que puede ser observada. Los binoculares diseñados específicamente para observación astronómica (a menudo de 80 mm y más grandes) a veces se diseñan sin prismas para permitir la máxima transmisión de luz. Dichos binoculares también suelen tener oculares intercambiables para variar el aumento. Los binoculares con gran aumento y peso pesado generalmente requieren algún tipo de montura para estabilizar la imagen. Un aumento de 10x generalmente se considera el límite práctico para la observación con binoculares de mano. Los binoculares más potentes que 15×70 requieren algún tipo de soporte. Los fabricantes de telescopios aficionados han fabricado binoculares mucho más grandes, utilizando esencialmente dos telescopios astronómicos refractores o reflectores.

De particular relevancia para la observación astronómica y con poca luz es la relación entre el poder de aumento y el diámetro de la lente del objetivo. Un aumento más bajo facilita un campo de visión más grande que es útil para ver la Vía Láctea y grandes objetos nebulosos (conocidos como objetos de cielo profundo) como las nebulosas y las galaxias. La gran pupila de salida [objetivo (mm)/potencia] de estos dispositivos (típicamente 7,14 mm usando 7×50) da como resultado que una pequeña parte de la luz recolectada no sea utilizable por personas cuyas pupilas no se dilatan lo suficiente. Por ejemplo, las pupilas de los mayores de 50 años rara vez se dilatan más de 5 mm de ancho. La gran pupila de salida también recoge más luz del cielo de fondo, disminuyendo efectivamente el contraste, haciendo que la detección de objetos tenues sea más difícil, excepto quizás en lugares remotos con una contaminación lumínica insignificante. Muchos objetos astronómicos de magnitud 8 o más brillantes, como los cúmulos de estrellas, las nebulosas y las galaxias enumeradas en el Catálogo Messier, se ven fácilmente con binoculares de mano en el rango de 35 a 40 mm, como se encuentran en muchos puestos para la observación de aves, la caza y la visualización de eventos deportivos. Para observar cúmulos de estrellas, nebulosas y galaxias más pequeñas, el aumento binocular es un factor importante para la visibilidad porque estos objetos parecen diminutos con los aumentos binoculares típicos.[2]

Algunos cúmulos abiertos, como el cúmulo doble brillante (NGC 869 y NGC 884) en la constelación Perseo, y los cúmulos globulares, como M13 en Hércules, son fáciles de detectar. Entre las nebulosas, M17 en Sagitario y la Nebulosa de América del Norte (NGC 7000) en Cygnus también se ven fácilmente. Los binoculares pueden mostrar algunas de las estrellas binarias más divididas, como Albireo en la constelación de Cygnus.

Una cantidad de objetos del Sistema Solar que son en su mayoría completamente invisibles para el ojo humano son razonablemente detectables con binoculares de tamaño mediano, incluidos los cráteres más grandes en la Luna; los tenues planetas exteriores Urano y Neptuno; los "planetas menores" internos Ceres, Vesta y Pallas; La luna más grande de Saturno Titán; y las lunas galileanas de Júpiter. Aunque son visibles sin ayuda en cielos libres de contaminación del aire, Urano y Vesta requieren binoculares para una fácil detección. Los binoculares de 10 × 50 están limitados a una magnitud aparente de +9,5 a +11 según las condiciones del cielo y la experiencia del observador.[3]​ Los asteroides como Interamnia, Davida, Europa y, salvo en condiciones excepcionales, Hygiea, son demasiado débiles para verse con binoculares comúnmente vendidos. Del mismo modo, demasiado tenues para ser vistas con la mayoría de los binoculares son las lunas planetarias, excepto las galileanas y Titán, y los planetas enanos Plutón y Eris. Otros objetivos binoculares difíciles incluyen las fases de Venus y los anillos de Saturno. Solo los binoculares con un aumento muy alto, 20x o más, son capaces de discernir los anillos de Saturno en una medida reconocible. Los binoculares de alta potencia a veces pueden mostrar uno o dos cinturones de nubes en el disco de Júpiter, si la óptica y las condiciones de observación son lo suficientemente buenas.

Los binoculares también pueden ayudar en la observación de objetos espaciales hechos por humanos, como detectar satélites en el cielo a medida que pasan.

Los materiales:  imprescindible para tener muy buena calidad de imagen, elegir prismáticos con ópticas de minerales de vidrio.

La calidad de la imagen: incide directamente en la nitidez  la hora de observar . Está directamente relacionado con el rango de aumento y el tamaño del lente.

La distancia mínima de enfoque factor importante, ya que cuanto menor sea la distancia de enfoque, más cerca podrás visualizar.

El campo de visión el campo de visión es la anchura (en metros), del área visible a través de los binoculares a una distancia de 1000 metros.

La óptica: se refiere a los recubrimientos de las lentes y prismas con capas antirreflectantes. Estos tienen diferentes tratamientos en orden ascendente, es decir, de menos revestimiento a más:

El Precio: debes buscar las características que mejor se adapten a tu actividad, así encontrarás los mejores prismáticos al mejor precio.

La resistencia: el complejo de prismas de unos binoculares son muy sensibles, por eso se buscan prismáticos resistentes a golpes, pero también a la niebla y el agua.



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