Las protestas de Haití de 2019 son una serie de protestas que inició el 7 de febrero de 2019 con el objetivo de lograr la renuncia del presidente de Haití, Jovenel Moïse.
La oposición, liderada por Jean-Charles Moïse, afirma que su objetivo es crear un gobierno de transición para proporcionar programas sociales y procesar a funcionarios supuestamente corruptos.
Las protestas comenzaron después de los informes de un tribunal de que funcionarios de alto nivel del gobierno haitiano habían utilizado indebidamente hasta 3800 millones de dólares en préstamos del Petrocaribe de Venezuela y que el presidente Moïse había estado involucrado en la corrupción. Los problemas económicos, incluido el aumento del costo de la vida, también alimentaron las protestas en la nación.
El primer día de las manifestaciones, los manifestantes apuntaron a los vehículos de lujo de los haitianos ricos, dañándolos. Al día siguiente, el 8 de febrero, los alcaldes de algunas ciudades anunciaron la cancelación de los eventos previos al Carnaval. Las protestas del 9 de febrero provocaron más enfrentamientos con la policía, y los manifestantes arrojaron piedras a la casa del presidente Moïse después de que el personal de seguridad de uno de sus aliados chocó contra el automóvil de una mujer y comenzó a golpearla.
El 12 de febrero, los manifestantes incendiaron un mercado popular, saquearon varias tiendas y ayudaron con una fuga de cárcel que liberó a todos los prisioneros de las instalaciones.Italia y Perú también fue saqueado por los manifestantes. El presidente Moïse se dirigió al país el 14 de febrero y dijo que no renunciaría, diciendo que «Yo, Jovenel Moïse, jefe de Estado, no entregaré al país a las bandas armadas y los narcotraficantes».
El edificio que alberga los consulados generales deLa mayoría de los manifestantes provienen de los barrios más pobres. Marc-Arthur Fils-Aimé, director general del Instituto Cultural Karl-Lévêque, dice: "Las reivindicaciones se han vuelto tan radicales que parecen una lucha de clases. Las luchas económicas se superpusieron a las luchas estructurales. Es casi imposible definir claramente los contornos de las perturbaciones actuales si se separan del tejido socioeconómico y cultural del país donde las élites exportadoras han prosperado hasta el punto de reducir la isla a un estado de neocolonia
Miles personas se manifestaron el día 9 de junio de 2019 contra la corrupción en Puerto Príncipe y en varias ciudades de Haití y al menos dos personas resultaron muertas y varias personas resultaron heridas. Salieron a las calles para exigir la renuncia del presidente Jovenel Moise. Los protestantes reclaman que se investigue a profundidad qué pasó con los fondos derivados de cargamentos subsidiados de petróleo de Venezuela como parte del programa Petrocaribe días después de que el Tribunal Superior de Cuentas emitiera un informe que involucra a una empresa del mandatario en el supuesto manejo irregular de fondos de Petrocaribe.
Desde el 15 de septiembre hasta principios de octubre, al menos 17 personas murieron y casi 200 resultaron heridas de bala y cuchillo, según la Red Nacional de Defensa de los Derechos Humanos (RNDDH), que afirma: "Desde que llegaron al poder, las autoridades actuales se han burlado de los logros democráticos del pueblo haitiano y han violado sistemáticamente sus derechos. Nunca han tomado en serio los diversos movimientos de protesta que se han producido en el país desde julio de 2018 por parte de una población que padece todo tipo de males y que exige el disfrute de sus derechos civiles, económicos, políticos y sociales.
El presidente Moïse ha pedido que su oposición participe en el diálogo pacífico al afirmar que «los problemas del país no son únicamente políticos. Los problemas del país son sociales, económicos y políticos». La policía nacional ha declarado que hay «individuos maliciosos» que habían interrumpido las protestas pacíficas en el país.
La oposición ha sido liderada por Jean-Charles Moïse. La oposición de Moïse ha rechazado las ofertas de diálogo y ha exigido su renuncia y ha organizado una huelga general en todo el país para obligarlo a renunciar a su cargo. Jean-Charles Moïse, junto con los legisladores de la oposición, han pedido un gobierno de transición para reemplazar a Moïse, y Jean Charles declara que «Si Jovenel Moïse no quiere abandonar el poder, nombraremos un presidente interino en los próximos días».
El primer ministro de Haití, Jean Henry Céant, ha ofrecido reducir los precios de los alimentos y de los gastos de la administración pública para aplacar los disturbios y la violencia que desde hace diez días mantienen al país sumido en el caos. Los manifestantes exigen la dimisión tanto del primer ministro como del presidente. En su discurso, y tras reconocer que la corrupción es uno de los mayores problemas que enfrenta el país, el primer ministro prometió que se determinará el destino de los fondos de Petrocaribe y se ampliará la investigación sobre este caso
Misioneros religiosos y activistas sociales que realizan labores de ayuda en Haití, comenzaron a abandonar ese país por la frontera con la República Dominicana, debido a la tensión imperante por las violentas protestas en demanda de la renuncia del presidente Juvenel Moise. Los extranjeros llegaron al país en minibuses y vehículos privados y casi todos lamentaron que hayan tenido que abandonar esa vecina nación por los disturbios que ocurren.
Según el Comité para la Protección de los Periodistas, algunos reporteros han sido atacados por manifestantes.
Un periodista de Reuters, Robenson Sanon, resultó herido durante las protestas, pero cree que fue una coincidencia porque se vio atrapado en medio de enfrentamientos. Siete extranjeros y un haitiano fueron detenidos por la Policía Nacional de Haití con varias armas automáticas. Los detenidos son cinco estadounidenses, dos serbios (otros medios señalan que uno era ruso) y un haitiano quienes, de acuerdo con la información, tenían en su poder varias ametralladoras, pistolas, chalecos antibalas, drones y teléfonos satelitales, entre otros equipos.
Jean-Michel Lapin asumió de forma interina el cargo de Primer Ministro de Haití, después de que la Cámara de Diputados Haitiana destituyeran a Jean-Henry Céant, tras aprobar una moción de censura en su contra por la falta de respuesta al agravamiento de la crisis económica y responsable por las protestas. Lapin asumió el cargo durante un consejo de ministros celebrado en la sede del Palacio Nacional y encabezado por el presidente del país caribeño, Jovenel Moïse que esta haciendo las consultas para nombrar un nuevo Primer Ministro. Con una galopante inflación y la devaluación acelerada de la moneda nacional, la administración de Moïse recurrió a un préstamo del Fondo Monetario Internacional (FMI), que concederá a Haití un crédito de 229 millones de dólares. Como contraparte, el organismo exige al Gobierno haitiano un mayor control del gasto fiscal, y el combate a la corrupción. El Presidente de Haití, Jovenel Moise, nombró a Jean-Michel Lapin como nuevo primer ministro, cargo que desempeñaba de manera interina desde el pasado 21 de marzo; A través de su cuenta de Twitter el mandatario haitiano dio a conocer que tras las consultas que tuve con los presidentes de la Cámara de Diputados y el Senado de la República escogieron a Lapin, quien se desempeñaba como primer ministro interino.
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