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Prunus avium



Prunus avium, llamado comúnmente cerezo silvestre, cerezo dulce o cerezo de monte, es una especie de cerezo nativo de Europa y el occidente asiático, del cual se derivan la gran mayoría de los cultivares comerciales de cereza. Es un frutal apreciado en la cuenca mediterránea desde la Edad Antigua; griegos y romanos lo difundieron extensamente. Hoy se cultiva en buena parte de las regiones templadas del mundo.

Es un árbol de gran volumen que puede alcanzar los 30 m de altura. Tiene un fuste recto, con la corteza lisa y anillada, de tonalidad rojiza. La copa es amplia, piramidal, más o menos alargada, formada por ramas divergentes, erecto-patentes, inermes. Es caducifolio; las hojas son simples, aovadas a oblongas, con el margen crenado o aserrado, ligeramente acuminadas, y miden entre 6 y 15 cm de longitud y 3 a 8 cm de ancho. El haz es glabro, y el envés liso o pubescente. Se presentan fasciculadas, al extremo de ramillos cortos; el pecíolo tiene unos 5 cm de longitud, con dos glándulas rojizas en la base del limbo.

Las flores aparecen cuando el árbol aún no ha rebrotado, o simultáneamente con las hojas, de abril a mayo en el hemisferio norte. Son blancas, de entre 2 y 3 cm de diámetro; muestran cinco sépalos y otros tantos pétalos blancos obovados. Los estambres son múltiples. Las flores forman haces (umbelas), formados por 2 a 6 unidades, en cuya base hay una corona de brácteas. P. avium no se autopoliniza (aunque se han desarrollado variedades específicamente a ese fin); la tarea la llevan a cabo abejas. El estigma es receptivo desde la apertura de la flor, y libera polen al menos durante dos días.

El fruto es una drupa de color rojo negruzco, más o menos claro, o excepcionalmente amarillo. Es globosa o ligeramente oblonga; el carozo es esférico y liso. Madura tempranamente en el año; de sabor ligeramente ácido, es apreciadísimo fresco y en conserva.[1]

La semilla envuelta en el carozo contiene ácido cianhídrico, ergo, es venenosa si se ingiere.

P. avium es bastante resistente, y se naturaliza sin dificultad en bosques claros. Es vulnerable a la sequía y a las heladas primaverales; crece mejor en áreas templadas con inviernos definidos. Presenta requerimientos de frío para una adecuada ruptura de la dormición e inicio de la nueva estación de crecimiento. Estos requerimientos de frío son muy variables, según los cultivares: desde 500 a 1300 horas de frío.[2]​ Los mayores productores de cerezas a efectos comerciales son Rusia, Estados Unidos, Alemania, Italia, Francia y España. Existen cultivos de cerezo destinados a efectos ornamentales, con ramas colgantes y flores dobles; son comunes en Europa y en Japón. Con la cereza de la variedad marrasca se elabora el licor llamado marrasquino.

Véase simbología del cerezo

Esta especie es habitualmente diploide; la autoesterilidad se produce por un gen, conocido como s. Si el alelo del gen es contenido en el juego de cromosomas del polen es igual a alguno de los alelos presentes en la flor hembra, la fertilización no se produce. La producción de genes modificados que no presentan esta reacción se ha llevado a cabo recientemente, y existen cultivares autopolinizantes.[3]

A menudo se cultiva como un árbol florido. Debido al tamaño del árbol, se utiliza a menudo en zonas verdes, y menos a menudo como un árbol de calle o jardín. La forma de flor doble, 'Plena', se encuentra, comúnmente, en lugar de las formas individuales de flores silvestres.[4]

Dos híbridos interespecíficos, P. x schmittii (P. avium x P. canescens) y P. x fontenesiana (P. avium x P. mahaleb) también se cultivan como árboles ornamentales.[4]

La madera de cerezo es de color marrón rojizo, dura y se valora como una madera dura para ebanistería e instrumentos musicales.[5]​ La madera de cerezo también se utiliza para ahumar los alimentos, en especial carnes, en América del Norte, ya que le da un claro y agradable sabor al producto.

El fruto, algo ácido, puede consumirse bien sea fresco o en conserva (por lo general macerado en marrasquino lo cual se hace llamar cerezas al marrasquino). Se utiliza mayormente como adorno en algunos postres tales como helados, pasteles, macedonia de frutas, etc.; así como en algunos cócteles (principalmente el Manhattan, piña colada, etc.).

El látex de las heridas de la corteza es aromático y puede ser masticado como un sustituto de la goma de mascar.

Los medicamentos pueden prepararse a partir de los tallos de las drupas y son astringentes , antitusivos y diurético.[6]

Un colorante verde también puede prepararse a partir de la planta.[6]

Prunus avium fue descrita por Carlos Linneo y publicado en Flora Suecica, Editio Secunda Aucta et Emendata 165, en el año 1755.[7][8]

Prunus: nombre genérico que proviene de un antiguo nombre griego (προύνη), y luego latino (prūnus, i) del ciruelo. Ya empleado por, entre otros, Virgilio (Geórgicas, 2, 34) y Plinio el Viejo (Historia naturalis,13, XIX, 64)[9][10]

avium: epíteto latíno de avium, "un desierto, un lugar de lo salvaje", y avius, "desierto, solitario, fuera del camino, a distancia, sin caminos, sin pisar".[11]



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