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Río Palancia



El río Palancia es un corto río costero de la Comunidad Valenciana (España).

Nace en el paraje denominado el «estrecho del collao del cascajar» (sierra de El Toro), en el término municipal de El Toro (provincia de Castellón), y desemboca entre los términos municipales de Sagunto y Canet de Berenguer (provincia de Valencia), tras 85 km de recorrido.

La superficie de la cuenca es de 910 km² y el caudal medio de 1,5 m³/s en la localidad de Viver.

Debido a su alto valor ecológico, la cabecera del Río Palancia fue recogida en el Inventario de riberas, márgenes y otros espacios hídricos de interés de la Confederación Hidrográfica del Júcar (1988), como espacio natural a proteger.

El curso alto del río mantiene una agua de gran pureza hasta la localidad de Bejís, pero a partir de esta localidad, los vertidos urbanos de diversas poblaciones como Teresa, Viver o Jérica empobrecen la calidad de las aguas.

Este curso de agua se encuentra muy aprovechado para el riego de campos de labor, hasta el punto que al pasar la localidad de Sot de Ferrer y debido a la toma de agua de la acequia Mayor de Sagunto hace que el cauce quede prácticamente seco, por lo tanto, este hecho provoca que al pasar por Sagunto sea un río seco, hecho que aprovechó dicha localidad, que actualmente utiliza sus riberas como parques y tiene diversas rutas y senderos que circulan por ella y en la que pasean y entrenan sus habitantes.

En cuanto a su nombre, estaría formado por las palabras indoeuropeas "Pal(l)" -("Val(l)")-, laguna, río o valle, y "antia" -(= "ancia"), ancha/o; es decir, "laguna, río o valle, ancha/o".

La presa de Algar se hizo tristemente famosa debido a que en el episodio de gota fría de octubre de 2000 todavía no tenía instaladas las compuertas lo que llevó a pensar en una posible afección a su estructura además de impedirle cumplir su misión principal que es la laminación de las avenidas.

Nicolau Primitiu en su trabajo sobre los ibero-sicanos cita la existencia en la población de Viver de un pequeño pantano llamado de La Floresta, que atravesaba la población y continuaba por el barranco Hurón, de donde salía un viejo acueducto. Esta infraestructura, que tuvo posiblemente como objetivo el aprovisionamiento de agua potable a Sagunto, favoreció la instalación en ese lugar sobre 200 a. C. de un vivarium (nombre del que se deriva el actual de Viver), o vivero de peces. En esa época esos viveros tenían un utilidad múltiple ya que actuaban como filtros naturales (los barbos y anguilas se alimentan de larvas y algas), proveían de pescado fresco, y aportaban la materia prima con la que se obtenía el garum, concentrado de pescado, producto muy apreciado que formaba parte de la dieta habitual de los romanos, de fácil conservación y con propiedades nutritivas, digestivas, y curativas de úlceras e infecciones cutáneas.

Se trascribe un texto de Nicolau Primitiu, basado en leyendas y consejas, pero de gran significado:

Con toda probabilidad sería más factible en otra época llevar encauzada agua potable a Sagunto desde algún afluente caudaloso del río Turia cercano a Chelva, atravesando la comarca del Campo de Turia, desviándola hacia Moncada, y de allí a Sagunto por el cauce conocido como Acequia de los Diablos, que no bordear desde Viver con acueductos la sierra de Espadán por el cauce natural del río Palancia, de difícil orografía y casi siempre seco en su parte baja. Actualmente Sagunto se provee de agua doméstica proveniente del río Júcar al igual que la ciudad de Valencia. En otras épocas también pudo proveerse de la almacenada en el pantano del Regajo y en la presa de Algar, y que en Sot de Ferrer se encauzada por la Acequia Mayor hasta su término.



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