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Rafael Gómez Catón



¿Qué día cumple años Rafael Gómez Catón?

Rafael Gómez Catón cumple los años el 14 de noviembre.


¿Qué día nació Rafael Gómez Catón?

Rafael Gómez Catón nació el día 14 de noviembre de 1890.


¿Cuántos años tiene Rafael Gómez Catón?

La edad actual es 133 años. Rafael Gómez Catón cumplirá 134 años el 14 de noviembre de este año.


¿De qué signo es Rafael Gómez Catón?

Rafael Gómez Catón es del signo de Escorpio.


Rafael Gómez Catón (Fregenal de la SierraBadajoz–, 14 de noviembre de 1890-22 de junio de 1961), más conocido solo como Catón, fue un pintor español «en la línea de Gimeno, Sorolla o Rusiñol»,[3]​ lo que lleva a distinguirlo de una serie de autores coetáneos que sistemáticamente vienen conformando el panorama artístico extremeño de la primera mitad del siglo XX.

En todo caso, apenas nada se sabe de la vida de este «tipo entre lo popular y lo distinguido, que sabía de todo y no hacía tanto»,[4]​ «señorito bohemio y solterón empedernido, [que] encontró en la mesa los placeres de la vida»,[5]​ «ameno y cultísimo charlista»,[6]​ miembro de la Real Sociedad de Alpinismo Peñalara,[7]​ que, cuando casi nadie disponía de vehículo propio, utilizaba un Amilcar para desplazarse por la zona…,[8][3]​ perdiéndose entre un cúmulo de anotaciones curiosas y gestos extravagantes los pocos datos biográficos de que se dispone hasta el momento.[9]

Rafael Antonio Serapio Gómez Catón fue el segundo de los dos hijos y tres hijas de la familia de la burguesía local formada por Anselma Catón Barragán (n. Jerez de los Caballeros) y el frexnense Francisco Gómez Carvajal (miembro fundador de la sociedad denominada Folk-Lore Frexnense (1882),[10]​ nacido la noche del 14 de noviembre de 1890 en la vivienda n.º 10 de la calle Los Remedios y bautizado en la iglesia parroquial de Santa Ana por el presbítero Jenaro Ramos Lozano, nueve días después de su nacimiento.[11][12]

Alrededor de 1901/2, se matricula en el colegio «San Francisco de Sales» de Segura de León,[13]​ fundado por el sacerdote y escritor Ildefonso Serrano (1860-1935) a finales del siglo XIX, del que pasa al «Instituto General y Técnico» de Badajoz, donde obtiene altas calificaciones.[14]​ En el verano de 1902, gracias a las evidentes dotes naturales que el joven muestra para la práctica artística, toma clases de Dibujo de Eugenio Hermoso (1883-1963), siete años, pues, mayor que él, lo que origina una prolongada amistad entre ambos autores:[15]

Por consejo paterno, cursa estudios universitarios en Sevilla, Granada (c. 1910-2: el primer año, se hospeda en el conocido Colegio Mayor de San Bartolomé y Santiago, colindante con la Facultad de Derecho) y Madrid (donde dirige el denominado «Grupo de los Viernes»).[17]​ Pero prefiere pronto entregarse de lleno al ejercicio de su verdadera vocación, la Pintura, lo que lo lleva a viajar frecuentemente por Francia, Italia, Portugal, Marruecos (donde realiza numerosas obras)…,[18]​ hasta fijar su residencia definitiva en la casa n.º 1 de la calle Segura de Fregenal, en cuyo interior se conservan pinturas del artista que decoran algunos de los techos.

En los primeros años 20, vive en Madrid. Durante la temporada 1920-1, aloja temporalmente en su casa a Eugenio Hermoso, quien realiza un retrato del pintor (1920. Óleo sobre lienzo. Firmado y fechado. Col. particular, Badajoz):

También en esta etapa, frecuenta el Círculo de Bellas Artes,[20]​ donde coincide con otros pintores que comienzan a despuntar: Gabriel Morcillo, Manuel González Santos, Salvador Aspiazu, etc. De esta época, datable entre 1918 y 1927, cabe reseñar su paso por la llamada «Escuela de Pintores de El Paular», creada en 1916 por la Dirección General de Bellas Artes, donde estudia por entonces otro artista extremeño, Timoteo Pérez Rubio, su condición de miembro de la «Real Sociedad de Alpinismo Peñalara», fundada en Madrid en octubre de 1913 (en la revista homónima de enero de 1921, aparece como socio n.º 1621),[21]​ o la muestra de dibujos y pinturas celebrada en el salón de actos del Ateneo Científico, Literario y Artístico de Mahón del 29 de abril al 2 de mayo de 1922, en cuyo catálogo figura la siguiente Advertencia:

Yo no os pido siquiera ni benevolencia al contemplarlas, tal las considero de insignificantes; solo deseo que el recuerdo imperfecto de estos apuntes de viaje os lleve a la visión de la Naturaleza, su verdadera madre, donde fueron vividos y en la que tanto podríais aprender y sentir, porque esta tierra tan pródiga en bellezas tan desconocidas como mal ensalzadas es digna antesala del Paraíso de Mallorca.

Hacia 1928, se establece definitivamente en su ciudad natal, en la que goza ya de notable fama como artista,[23]​ siendo nombrado profesor titular de Dibujo del instituto de segunda enseñanza de la localidad,[24]​ inaugurado el año académico 1928-9,[25]​ en el que, entre 1934 y 1936,[26]​ estudia los dos primeros cursos de bachillerato el incipiente pintor Guillermo Silveira, quien recibe clases del maestro.[27][28]

Mientras dura la Guerra Civil, permanece en Fregenal. Es lo que se desprende de una carta en verso, fechada en Madrid el 8 de octubre de 1938, en la que su amigo Eugenio Hermoso se interesa sobre todo por su actividad pictórica, predominantemente paisajística:

Bueno, amigo: ¿Do [sic] trabajas,
dónde subes, dónde bajas
con tu morral de alpinista
con caballetes y cajas
como incumbe al paisajista?

¿Has decidido pintar
de nuestros campos lozanos
sus cañadas y altozanos,
aquí un oscuro hontanar,
allá los montes lejanos?

¿Tu caballete colocas
en los estrechos caminos
entre paredes y rocas
donde crecen zarzas locas,
hiedras, mastranzos y espinos?

¿O lo clavas en el suelo
junto a la paz del descanso
del siempre andante arroyuelo
que retrata en su remanso
árbol, piedra, muro o cielo?

¿Subes al alto del cerro
violando lindes y setos,
donde nos sale algún perro
con sus collares de hierro
a mordernos sin respeto?[29]

Ítem más:

Durante largas temporadas, se recluye en la finca Chocolatero, de la que es propietario, situada junto a la carretera que conduce de Segura de León a Fuente de Cantos, no pocas de cuyas vistas aparecen reflejadas en sus obras.

Tras una breve enfermedad («no faltó quien achacara la causa inmediata de su muerte a una comilona»),[5][30]​ fallece en su casa de Fregenal el 22 de junio de 1961, a los 70 años de edad, siendo enterrado en un sencillo nicho del cementerio municipal de la localidad.

Según referencias familiares recogidas del propio pintor, pensaba donar todas sus obras a su ciudad natal, para lo que se habilitaría como casa museo su residencia de la calle Segura, proyecto que, finalmente, no llegó a realizarse.[6][31]​ La colección constaba de unos mil doscientos óleos sobre lienzo «a veces aplicado con espátula»,[32]​ madera u otros soportes, dibujos, apuntes…,[3]​ la práctica totalidad de los cuales se conservan en la actualidad en diversas colecciones particulares y organismos públicos de Fregenal de la Sierra, Barcelona, Sevilla o Madrid. También el Museo Provincial de Bellas Artes de Badajoz (MUBA) conserva algunas piezas donadas por el autor (mayormente, se trata de tablillas de 11 x 15 cm),[33]​ que no pueden clasificarse entre las mejores de su extensa producción artística. Si, además, se tiene en cuenta que no vendió ni un solo cuadro en vida,[31]​ dada en parte su desahogada situación económica (para Hermoso, «le perjudicó siempre tener dinero»),[34]​ se trataría, prácticamente, del total de su trabajo.

Entre su pintura, se encuentran obras de gran calidad, jugosas y expresivas. Sus paisajes (Granada, Cuenca, Galicia, Mallorca (Santañí…), Mahón (Cala Figuera, Sa Mesquida…),[35]​ Portugal (Figueira da Foz…), Marruecos…), pueblos extremeños (Segura de León, Fregenal de la Sierra, Jerez de los Caballeros, donde posee la denominada Huerta de los Frailes…), bodegones, flores, etc., generalmente al óleo, son expresados con un lenguaje colorista y luminoso, con recuerdos de los impresionistas franceses, que debió de conocer de un modo progresivo a partir de sus viajes a París, probablemente (son muy escasas las obras firmadas y/o fechadas por Catón) durante el periodo 1920-5, o los españoles «Anglada, Mir, Meyfrén y algún otro».[35]

Se trata con cierta frecuencia de obras de pequeño formato realizadas sobre tablillas de madera, conocidas en el ambiente artístico de entonces como tableautins. Fueron muy utilizadas por Fortuny, Bernardo Ferrándiz, Picasso… Frecuentemente, como era el caso de Catón, provenían de cajas de puros, lo que unido al uso, en ocasiones, de pinturas «de no mucha calidad»[36]​ hacía que su elaboración resultase en general muy económica.

Al margen de las normas del momento, su obra se distancia de la pintura costumbrista de la primera mitad del siglo XX, especialmente extremeña, a través de una técnica más pastora y rica y una pincelada más suelta y menos precisa, según los principios de la pintura au plein air (o plenairismo), iniciada en España por Carlos de Haes y defendida a principios de la centuria por Sorolla, Rusiñol, etc. Con frecuencia, utiliza gamas sienas, azules y verdes e iluminaciones blanquecinas que crean atmósferas muy poéticas, expresadas con un lenguaje sereno y solitario pero contrastado.

En sus primeros años, realiza una serie de retratos inspirados en el estilo de Eugenio Hermoso, junto a algunos paisajes de luces tenues y colorido austero, limitados a una gama personal: blancos, sienas, ocres, azules y algún toque rojo, entre los que cabe reseñar especialmente un conjunto de vistas de Granada, fechadas en torno a 1923. Cabe advertir que son muy pocas las piezas anteriores a estos años que se conocen hasta ahora.

Entre 1925 y 1945, se puede hablar de una segunda etapa caracterizada por una mayor matización cromática y un espectro tonal diferente. Los violetas, morados, azules y verdes enriquecen ahora una técnica de toques cortos y paralelos, a modo de un neoimpresionista o divisionista, claramente relacionada con el espíritu pictórico del antes mencionado Joaquín Mir o el asturiano Darío de Regoyos.

A partir de 1946, recurre a un tratamiento más austero y sobrio de la composición, estructurada en planos muy diferenciados y tratada con un punto de perspectiva bajo, que da a los cielos y las nubes un particular protagonismo.

Se conservan también algunos bodegones (Sardinas, Lenguados…), llenos de luz, plasmados por el pintor con una técnica más perfeccionista y detallada.

En su trabajo sobre El paisaje en la Pintura extremeña (2019), el profesor Román Hernández Nieves escribió al respecto:

Son pocas las ocasiones en las que se han visto expuestas obras de Gómez Catón. No obstante, se hallan noticias aisladas de algunas muestras celebradas en Badajoz,[40][41]​ Almendralejo,[42]​ Fregenal,[43]​ Madrid, Mahón o Palma de Mallorca.[44][45][46][47][48]​ Sobre todo, destaca la prensa que tiene que esforzarse para no imitar a su paisano Hermoso, su cultura, su costumbre de pintar al aire libre (pese a que el tiempo, a veces, no es el más propicio para ello), lo que lo aleja decididamente de las normas académicas de entonces.

En abril de 1981, con motivo del 75.º aniversario de la coronación canónica de Santa María de los Remedios, se organizó en la Escuela Sindical de Formación Profesional de Fregenal una muestra antológica del pintor a la que concurrieron 47 piezas, todas procedentes de colecciones particulares, entre las que cabe destacar Hijas del guardia, Patio extremeño, Chocolatero, Eduvigis, Marruecos, etc.[49]

Junto a su extensa producción pictórica, se encuentran numerosos cuadernos de notas en los que el artista va recogiendo dichos, pensamientos, impresiones… (a menudo sin conexión lógica aparente), en los que deja entrever una amplia formación intelectual, acrecentada por medio de sus múltiples lecturas, con el mismo rigor milimétrico con que apunta su dieta diaria, ya a partir de los años 40:[50]

Como ya se ha mencionado, Gómez Catón pensaba donar toda su obra a su ciudad natal. Es lo que parece desprenderse de este texto fechado en Jerez de los Caballeros el 16 de mayo de 1952, que el artística titula Monólogo imaginativo:

En términos similares, se expresa tres días después, esta vez en Fregenal:

En otro momento, arremete contra la Pintura

Se conservan también algunos comentarios en los que muestra una honda preocupación existencial:

Asimismo, hay referencias a José Camón Aznar,[32]Santiago Rusiñol, Joaquín Mir, Anglada Camarasa (son muy frecuentes los contactos con el grupo catalán), los extremeños Timoteo Pérez Rubio,[32]Adelardo Covarsí o Enrique Pérez Comendador y otros artistas e intelectuales coetáneos.[52][53]

Sobre su producción poética, cabe mencionar dos dísticos publicados tardíamente (bien que en lujosa y cuidadísima edición) en la obra colectiva Badajoz en 100 fotografías (1989. Caja de Badajoz. ISBN 978-8450588189):

Campo extremeño hermoseando
la presencia de Dios.

Cualquier manera en el campo
nos acerca a la esperanza.

Con todo, es bastante probable que aún queden otros textos de Gómez Catón diseminados entre las publicaciones de la época, sobre todo en aquellos lugares por los que discurrió su actividad artística.



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