Reasignación de género nació en medicina.
El término reasignación de género se refiere al proceso por el cual un individuo transgénero se somete a una cirugía de reasignación de sexo, la cual consiste en una serie de procedimientos quirúrgicos que se realizan mediante la ablación o extirpación completa o parcial de los órganos sexuales, se lleva a cabo la modificación de los genitales o aparato genital de una persona o individuo para que su apariencia física se vea como los del género con el que el paciente se percibe o identifica. Esta cirugía suele realizarse a personas transgénero o con algún síndrome intersexual que optan a ella como parte de su confirmación de sexo a identidad de género.
El término «cambio de sexo» es poco preciso ya que el sexo en los seres humanos se presenta como un hecho en el cual se integran e interactúan diversos elementos íntimamente vinculados, es así que al factor representado por lo biológico, deben sumarse otros elementos de igual importancia como lo son el psicológico y el perfil socio-jurídico.
En los aspectos socio-jurídicos, se encuentran el cambio de los roles de género (masculinidad o feminidad) y el estatus legal de sexo de una persona (masculino o femenino), incluyendo el cambio de nombre de acorde a su género.
Desde el punto de vista científico se identifican hasta seis elementos que en su conjunto configuran la posición que desde el punto de vista sexual tiene el sujeto:
La importancia muy decisiva de la orientación psíquica se muestra en el hecho de que la psiquiatría, la psicología y la psicoterapia, son impotentes para mudar la inclinación mental y adecuarla a los atributos físicos. Este tratamiento psiquiátrico falla sistemáticamente y, por ende, solo resta la solución inversa que es adaptar el cuerpo a la mente, instalación psíquica que se avizora como irreversible.
Es por ello que más que una transformación lo que ocurre es una estabilización y definición necesaria, para volver a asociar el conjunto con sus componentes elementales, devolviendo la armonía a todos los caracteres físicos y psíquicos.
El consumo de hormonas sintéticas (estrógenos o testosterona sintéticos) o de origen orgánico (estrógenos o testosterona naturales), permiten alterar ciertos caracteres sexuales secundarios para cualquiera de los dos sexos:
En el caso de las mujeres transgénero, si se consumen hormonas femeninas, la grasa se redistribuye hacia caderas y pechos, la forma del rostro cambia y los rasgos físicos se feminizan, disminuye la cantidad de vello corporal y las probabilidades de manifestar calvicie común asociada a los hombres.
En el caso de los hombres transgénero que consumen hormonas masculinas, éstas desarrollan vello facial, se intensifica la vellosidad corporal, aumenta la masa muscular y las facciones se tornan más bruscas, la voz se agrava, obteniendo características propiamente masculinas, pudiendo experimentar el crecimiento del clítoris, nariz y orejas. Normalmente, la hormona masculina testosterona es inyectada, pues puede causar daño a ciertos órganos si se consume por vía gástrica.
Se presenta cuando una persona se siente muy inconforme y afligida acerca del género con el cual nació debido a que no coincide con su identidad de género. La disforia de género es definida por el Manual Diagnóstico y Estadístico de los Trastornos Mentales (DSM), aunque en su quinta versión fue modificada y definida como transexualidad para que de este modo se garantice el acceso a la terapia hormonal y quirúrgica. Esto recibió fuerte crítica del colectivo trans debido a que considera que el diagnóstico contribuye a la estigmatización de las personas trans.
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