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Rolinga



Rolinga es el término con que se designa a una subcultura que nació en Argentina en 1981 luego del lanzamiento de Start Me Up y cuyos miembros son fanáticos de The Rolling Stones de donde surgió el nombre de propia subcultura debido a la castellanización de la palabra Rolling. Otro sinónimo con que se nombra a los miembros de esta tribu urbana es la palabra stone (aunque ese término en Argentina también se usa para denominar a cualquier fanático de la banda inglesa, más allá de si pertenece a la subcultura rolinga o no).

Los rolingas se caracterizan por su estética basada principalmente en el estilo desarrollado en la década de 1970 por Mick Jagger y Keith Richards. Típicamente acompañado de ropa "popular". Se los suele ver con jeanes viejos, o muy sucios y desgastados, pañuelos a cuadros en el cuello, zapatillas tipo Converse, polainas y flequillo corto, más corto en hombres que en mujeres. Se distinguen además por ser seguidores de bandas argentinas de rock and roll cuyo estilo es similar al de The Rolling Stones, como Ratones Paranoicos, Viejas Locas, Jóvenes Pordioseros, La 25, etc. Antiguamente, un Rolinga era un roquero "cheto" (es decir, de una clase social muy acomodada) pero con el surgimiento de bandas como Viejas Locas o La 25 de los sectores más carenciados, comenzó a asociarse más al Rolinga con los sectores populares o marginales.

El origen de esta subcultura se da a mediados de los años '80, en especial con la aparición de Ratones Paranoicos, banda argentina de rock and roll visiblemente influenciada por The Rolling Stones. Esto permitió que se reúnan con asiedad jóvenes que ya eran fanáticos de la banda inglesa, la cual era una de las más populares del mundo.

Las claves eran su estética simple, la identificación (similar a la correspondiente a un equipo de fútbol) con la banda inglesa y con las bandas argentinas similares, y la simpleza musical de éstas bandas. Además que evidenció el predominio de la "cultura barrial" en los espacios artísticos de la Argentina, al haber popularizado, junto a su explosión, otras corrientes de similar origen marginal.

Los seguidores de esta tribu, pertenecientes en un principio a sectores medios y luego a los sectores más marginales de Buenos Aires y del Gran Buenos Aires, crecieron en número, y su presencia se hizo notoria en lugares como parques públicos, estadios de fútbol, recitales, discotecas, etc. Su número sobrepasaba claramente al de los pertenecientes a otras subculturas al ser un fenómeno masivo a nivel nacional, principalmente en las grandes urbes.

La subcultura se volvió masiva puntualmente a partir de 1995, con la llegada de The Rolling Stones a Argentina por primera vez, como parte de una de sus giras mundiales. Desde entonces y hasta a principios de la década de 2000 la popularidad de los rolingas era notable.

A partir del año 2000, con el nacimiento de la de la subcultura de los cumbieros (seguidores de la cumbia villera, estilo nacido en 1999), la de los rolingas comenzó a perder peso.

La cumbia villera también había causado sensación en el público más marginal y carente de recursos, por eso había desplazado a los rolingas en los barrios de clase baja u obrera, y especialmente en las villas de emergencia, donde las subculturas relacionadas al rock and roll nunca fueron populares. Sumado a esto, la desaparición de Viejas Locas en el año 2000 y el cambio de música en otras bandas rolingas contribuyó a la decadencia.

El factor considerado universalmente como el que definió el camino descendente de ésta subcultura fue el incendio del local bailable República Cromañón, donde se vieron implicados, entre otros, los integrantes de la banda Callejeros y perdieron la vida 194 personas. A partir de allí, las nuevas medidas de seguridad y prevención adoptadas por los gobiernos para los pequeños locales donde las bandas underground solían tocar, debilitaron también el seguimiento del público, que fue perdiendo entusiasmo.

Por otro lado, los medios comenzaron a prestarle atención al indie, al rock alternativo, y al pop rock, dejando a las bandas consideradas rolingas en un segundo plano. Mediáticamente, acapararon la atención nuevas tribus urbanas que tomaron lugar en el país en la década del 2000, en especial los cumbieros, los floggers y los emos.

A diferencia de otras subculturas, como a veces sucede en la de los punks, las bases de los rolingas no estaban erigidas sobre una ideología política o sobre el contestatarismo, por lo que su masividad estaba condicionada a la aparición de nuevas subculturas que acapararan mayor atención. Una versión sobre la supuesta decadencia del género y cómo sobrevive actualmente fue explicada por Toti Iglesias, actual líder de Hijos del Oeste:

La subcultura sobrevivió y en algunos casos se nutrió mezclándose con otras subculturas marginales, como la de los rastafaris y los cumbieros (similar a lo que ocurrió con punks y skinheads, góticos o emos). A pesar de no gozar de la masividad de la segunda mitad de la década de 1990, la subcultura sobrevive y muchas de las bandas que imitan visualmente o musicalmente a The Rolling Stones son muy activas en los circuitos underground. También cabe destacar la vuelta en 2009 de una clásica banda seguida por rolingas, Viejas Locas.

Los rolingas son fanáticos de The Rolling Stones. Además son seguidores de bandas similares (denominadas algunas veces bajo la carátula de rock rolinga) como Ratones Paranoicos, Viejas Locas, La 25, Jóvenes Pordioseros, Los Gardelitos y Guasones, además de una gran cantidad de bandas que tocan en el circuito underground, como vodka doble La Mocosa, Barrios Bajos, La Colosa, La Covacha, Criatura, La Pulposa, etc. También eran seguidores de bandas ya desaparecidas como Callejeros, Intoxicados, , Hijos del Oeste, etc.

Sin embargo, los rolingas también suelen seguir bandas un poco más alejadas de la influencia de The Rolling Stones, como La Renga, Patricio Rey y sus Redonditos de Ricota, Los Piojos, Las Pelotas, Bersuit Vergarabat o Divididos.

Generalmente, las canciones tienen letras simples que suelen hablar de las vivencias en los barrios marginales y algunas veces se pueden encontrar letras asociadas con protesta o críticas hacia la alta sociedad o la política.

En cuanto a lo musical, también las canciones tienen una composición bastante simple. Tienen ritmo de rock and roll o blues la mayoría de las veces. La progresión de acordes es originaria del blues (al igual que el rock and roll), es decir, fundamental - subdominante - fundamental - dominante - subdominante - dominante (algunas veces con séptima) - fundamental; aunque su ritmo es más rápido.

Instrumentalmente, la banda se compone (generalmente) de pocos y básicos instrumentos: Guitarras eléctricas (generalmente uno de los guitarristas se encarga de cantar en el grupo), bajo y batería. Uno de los instrumentos que caracterizan al género es la armónica, usada por la gran influencia del blues sobre The Rolling Stones.

En otros casos se pueden agregar guitarras acústicas, teclados o saxo (instrumento de gran importancia en bandas como Viejas Locas, Callejeros, Intoxicados o Casi Justicia Social).

Una de las características de los rolingas es su estética estereotipada. No obstante, en los últimos años la subcultura rastafari y la cumbiera influyeron en ella. Los rolingas suelen utilizar el flequillo característico de Mick Jagger en los años '60, usando con frecuencia zapatillas gastadas y/o sucias (en general Topper), una chalina en el cuello, una remera de alguna banda del movimiento o con la lengua de The Rolling Stones. En algunos casos usan collares en el cuello y pulseras en las muñecas. También suelen utilizar camperas y pantalones de joggins, aunque también utilizan pantalones jamaiquinosllamados bahianos o jeans clásicos.

Las mujeres se visten de la misma forma, aunque también suelen utilizar en sus orejas aros gitanos comprados en ferias artesanales, y faldas largas, también de estilo gitano. Tanto hombres como mujeres llevan consigo morrales o mochilas con motivos de sus bandas preferidas.

La "cultura barrial" es un elemento que los rolingas también adoptaron. Poseen un sentido de pertenencia fanático por su barrio, su grupo de amigos, la escuela a donde van, la banda a la que siguen y su equipo de fútbol. Este fanatismo ha sido analizado por ciertos medios de manera negativa, describiéndolo como una "futbolización de la música" que empobrece la calidad de la misma.

Cuentan con una serie de "ritos", relacionados directamente con el fútbol: el uso de banderas con inscripciones relacionadas con su banda (llamadas trapos en la jerga argentina), cánticos de fútbol con letras hablando del fanatismo por su banda (cuya melodía es sacada de otra canción, que puede ser de cualquier género, e incluso en inglés) o de desprecio por una banda que les disgusta (similar a las que cantan las hinchadas del fútbol contra sus equipos rivales), y se encienden elementos pirotécnicos como las bengalas. También escriben graffittis simples en las paredes.

Los rolingas están fuertemente arraigados a la zona oeste del conurbano bonaerense. Suelen vivir en barrios de clase baja y media baja. En sus momentos de recreación, van hacia parques públicos, estadios de fútbol, pequeños clubes, bares y pubs, y ferias artesanales o comerciales.

La tribu con la que más problemas tuvieron los rolingas desde el principio fue con los punks. A diferencia de otras rivalidades donde los grupos enfrentados eran uno de origen marginal contra otro de origen en el estrato social medio (como ocurre entre cumbieros y floggers), esta rivalidad se daba entre dos subculturas que tenían origen marginal . Sumado a esto, ambas frecuentaban la escena underground del rock and roll argentino y su rivalidad tenía características territoriales: los rolingas frecuentaban la zona oeste del conurbano bonaerense mientras que los punks frecuentaban la zona sur de dicha aglomeración.

Juan Diego Incardona, escritor argentino y ex compañero en la escuela secundaria de Pity Álvarez (vocalista de Viejas Locas e Intoxicados), dio un indicio de cómo eran los enfrentamientos entre ambas tribus:

Bárbara Zampini, la joven argentina viuda de Dee Dee Ramone, comentó:

Las entrevistas de Flema justifican en ciertos aspectos esta rivalidad, a la vez que demuestran que en muchos casos los mismos músicos punks no odiaban a The Rolling Stones:

Por esa razón, cada vez que Ricky tocaba un tema de The Rolling Stones, lo recibían mal, como evidencian los actuales testimonios.[8][9]

Con el correr de los años, la rivalidad entre punks y rolingas fue bajando los niveles que tenía en los '90 hasta desaparecer.



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