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Rumpelstiltskin



Rumpelstiltskin (a veces deletreado como Rumplestiltskin) es el personaje antagonista principal de un cuento de hadas de origen alemán (llamado Rumpelstilzchen en el original).

El cuento, que en español se llama El enano saltarín, fue incorporado por los Hermanos Grimm en Cuentos de la infancia y del hogar (Kinder- und Hausmärchen) en la edición de 1812.

En la colección de cuentos de los Hermanos Grimm, Rumpelstiltskin (Rumpelstilzchen) es el n.º 55.[1]

La historia de Rumpelstilskin es un ejemplo de cuento folclórico del tipo 500 de Aarne-Thompson: El nombre del ayudante, tema recurrente de los cuentos de hadas que incluye tareas imposibles, la condición pesarosa, el intercambio del hijo, y, sobre todo, el nombre secreto.[2]​ La única manera de romper un contrato con rumpelstiltskin es decirle su apellido el cual es duendilbertecillo

Tratando de parecer más importante delante del joven rey, un pobre molinero le miente afirmando que su hija sabe hilar tan bien que puede convertir la paja en oro. Asombrado por tal proeza, el rey le dice que lleve a la chica al día siguiente al palacio, donde la introduce en una habitación llena de paja y le ordena convertirla en oro usando una rueca y un carrete. El rey le advierte que, de no lograrlo, morirá junto con su padre por mentirle.

Mientras pasa el tiempo sin saber qué hacer, sola y desesperada, la muchacha comienza a llorar, cuando de repente se aparece un duendecillo, quien le pregunta el motivo de su llanto. Enterándose de lo que sucede, el duende se ofrece a realizar el trabajo, a cambio de un premio. La hija del molinero le promete entonces su collar. De esa manera, el misterioso hombrecillo comienza a hilar la paja, que se convierte en oro, hasta transmutarla toda.

Al siguiente día, el rey se presenta nuevamente y, sorprendido ante aquel prodigio, su corazón se llena de codicia, por lo que lleva a la hija del molinero a una habitación aún más grande y con más paja, ordenándole que la hilara en una noche so pena de su vida. Una vez más, el hombrecillo aparece y a cambio de la sortija de la joven, convierte la paja en oro.

Finalmente, al tercer día, el rey lleva a la muchacha a una tercera habitación aún mayor que las anteriores, y le promete desposarse con ella a cambio de convertir la paja en oro. Por tercera vez, el duendecillo hace el cambio una vez que la hija del molinero le hace una promesa: entregarle a su primer hijo una vez sea reina.

Cumplido el cometido, el rey se casa con la joven, que se convierte en reina, y un año después, es madre, sin acordarse de su promesa. Entonces, el hombrecillo reaparece: viene a llevarse al niño. Llorando, la reina intenta convencerlo de lo contrario, y entonces el duende le da tres días para adivinar su nombre, a cambio de no llevárselo, seguro de que no lo logrará.

La reina junto con el rey (quien supo del trato del duende y la joven) envían mensajeros a todo el reino para averiguar el nombre, pero todo es en vano, hasta que al filo del tercer día, uno de ellos le informa haber observado una noche a un hombrecillo junto a otros más que bailaba alrededor de una hoguera, cantando una extraña canción, en la cual revela su verdadero nombre: Rumpelstiltskin.

Es así como, al escuchar de labios de la reina que ella conocía su verdadero nombre, Rumpelstiltskin se enfurece y patea el suelo tan fuerte, que se hunde hasta la mitad del cuerpo.

El nombre Rumpelstizchen se emplea por primera vez, según el folclorista Hans-Jörg Uther (n. 1944), en la recopilación de juegos infantiles que aparece en el libro de Johann Fischart Affentheurlich Naupengeheurliche Geschichtklitterung (1575), una traducción libre de la serie de François Rabelais Gargantúa y Pantagruel. Allí se hace referencia a un ser llamado "Rumpele stilt o el Poppart".[3]Rumpelstilz era una denominación para un duende maligno que, al igual que un Poltergeist, hace ruidos (en alemán rumpeln) al sacudir o zarandear Stelzen (en alemán moderno, "zancos", en este caso referido a objetos tales como las patas de una mesa). El sufijo —chen, al igual que el sufijo -lein, se emplea en alemán para construir el diminutivo.



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