El síndrome purpúrico, también llamado púrpura a secas, se caracteriza por la aparición de manchas cutáneas de color rojo o púrpura que no desaparecen al aplicarles presión. Se debe a sangrado subcutáneo e incluye la presencia de petequias (lesiones menores de 3 mm de diámetro) y equimosis (lesiones de un diámetro mayor de 2 cm). Las lesiones de tamaño intermedio representan la púrpura propiamente dicha, que puede ser palpable (lo que en general indica la existencia de vasculitis) o no palpable. La púrpura suele asociarse con un trastorno de la hemostasia primaria y tiene como causa subyacente una gran variedad de enfermedades. Entre las infecciosas se destacan el tifus y la meningococemia. La presencia de lesiones purpúricas en un niño, en particular si es un recién nacido, requiere una evaluación diagnóstica urgente.
Dentro de los mecanismos fisiopatológicos del síndrome purpúrico, las causas subyacentes se pueden dividir en:
Las púrpuras no trombocitopenicas pueden ser causa de:
La púrpura trombocitopénica puede ser causa de:
El diagnóstico, que es principalmente clínico, cobra real importancia en el momento de encontrar la causa subyacente de la púrpura. Entre los exámenes utilizados se destacan:
El tratamiento es orientado a resolver a la patología de base que origina el síndrome purpúrico
Escribe un comentario o lo que quieras sobre Síndrome purpúrico (directo, no tienes que registrarte)
Comentarios
(de más nuevos a más antiguos)