La Sala Rock-Ola de Madrid fue una sala de conciertos situada en el número 5 de la calle Padre Xifré, frente al edificio Torres Blancas. El Rock-Ola, como era popularmente conocido, constituyó uno de los centros neurálgicos de la llamada Movida madrileña entre 1981 y 1985. Entre sus muros actuaron en directo la práctica totalidad de los grupos de ese movimiento cultural, entre ellos Aviador Dro, Alaska y Dinarama, Nacha Pop, Radio Futura, Las Chinas, Ejecutivos Agresivos, Gabinete Caligari, Parálisis Permanente, Derribos Arias, Décima Víctima, Los Elegantes, Los Coyotes, Malevaje o Glutamato Ye-yé, así como de otras ciudades (Siniestro Total, Danza Invisible, Loquillo y los Trogloditas…). Pero fueron especialmente destacables los conciertos de los principales artistas internacionales de la época, como Spandau Ballet, Simple Minds, Depeche Mode, Echo and the Bunnymen, Siouxsie and the Banshees, Nick Cave, Iggy Pop, The Stranglers o New Order. Fue además una discoteca con concepto de club que abría a diario y atraía a un contingente de público fiel.
El Jardín era en junio de 1979 una pequeña sala de fiestas que había tenido un pasado exitoso como Le Carrousel y que languidecía como sala rociera. Los propietarios, entre los que estaba Jorge González Bellier, encargaron la gestión del local a Pepe Ugena, Juan Ruiz "El Gitano" y Paco Martín. Ese verano El Jardín se convirtió en una de las primeras salas que acogieron actuaciones de grupos de la Nueva Ola (lo que bastante después se llamaría la Movida madrileña), que empezaban a ser conocidos a través de los programas de radio de Onda 2, dirigidos por Rafael Abitbol, Gonzalo Garrido, o Mario Armero; del de Julio Ruiz desde Radio Popular FM; y más tarde de Radio 3, con Juan de Pablos o Jesús Ordovás. Tras ese verano se encargaron de la gestión Paco Martín, un joven de origen andaluz entusiasta de la música, y Lorenzo Rodríguez. Ambos intensificaron esa línea y convirtieron a El Jardín en el centro de la Nueva Ola. En El Jardín dieron sus primeros conciertos grupos como Tos (que luego serían Los Secretos), Mamá, Mermelada, Los Nikis, Los Elegantes o Parálisis Permanente.
Con la popularización de los grupos de la Nueva Ola, El Jardín se iba quedando pequeño. Jorge González Bellier también tenía otra sala de fiestas llamada Top Less (anteriormente llamada Picadilly), donde durante años y hasta hacía poco actuaban Tip y Coll, situada junto a la Avenida de América. En el verano de 1980 decide encargar su gestión a Paco Martín y Lorenzo Rodríguez, y en septiembre se reinaugura como sala de conciertos Marquee, con la actuación de Secretos, Nacha Pop y Mamá. La dirección de la sala se completaba inicialmente con Pepo Perandones y Floren Moreno como DJ's, y Mario Armero como aval de las contrataciones internacionales. Gustavo Sánchez, un joven diseñador gráfico cuyos trabajos decoraban las paredes del Pentagrama, diseñó el logotipo del Marquee (más tarde también el del Rock-ola) e inició una línea gráfica, de clara influencia británica, que marcó la vida de la sala y de la época que representó.
Desde el primer momento el joven equipo profesional del Marquee estableció una línea clara, basada en traer a la sala a los nuevos grupos punteros de la bulliciosa escena madrileña y española, pero especialmente de la internacional, todo ello en consonancia y simbiosis con lo que se escuchaba en las mencionadas emisoras de radio. Además el Marquee, como luego el Rock-Ola, se caracterizó por su vocación de club y por su innovador estilo para promocionarse entre su contingente de fieles socios, a través de envíos postales y de su inconfundible línea gráfica en carteles, octavillas promocionales y entradas.
De nuevo la sala se quedó pequeña en pocos meses. Paco Martín se reincorporó a la industria discográfica. El bingo contiguo al Marquee, también propiedad de Jorge González y de un tamaño mucho mayor, estaba disponible, de modo que se decidió habilitarlo como sala de conciertos, dando continuidad al proyecto con Lorenzo Rodríguez y su equipo al frente de ambas salas. Así, el 31 de marzo de 1981 tuvo lugar la apertura de la Sala Rock-Ola (cuyo nombre ideó Gustavo Sánchez, por encargo de Mario Armero) con la fiesta de presentación de la serie revivalista "Música para jóvenes carrozas" del sello RCA. El Marquee siguió funcionando con distintas líneas (más tarde se unirían ambas). Al equipo se sumó meses después, entre otros, Magín Perandones, que venía de El Jardín, como jefe de la cabina de DJ.
Los primeros conciertos fueron del grupo punk británico U.K. Subs, los días 3 y 4 de abril. Una semana después Rubi y los Casinos inauguraban la lista de grupos españoles. Durante los tres años siguientes el equipo de dirección de la sala desarrolló una actividad frenética, ofreciendo varios conciertos semanales en los que, además, se daba entrada a grupos principiantes. Por ello no puede haber mejor descripción de este periodo que la larga relación de los conciertos que allí tuvieron lugar.
En esa época se trataba de una de las salas de conciertos más grandes de Madrid, prácticamente la única que podía acoger a las principales bandas emergentes en el panorama internacional. En ocasiones estas preferían tocar dos días consecutivos en el Rock-Ola, con su escenario bajo y su público muy próximo, antes que ir a pabellones deportivos.
El Rock-Ola no fue solo una sala de conciertos, sino que en unos meses se convirtió en una popular discoteca, un gran bar de copas que abría a diario. Aunque había otras salas que se abrieron antes o después, y que también ofrecían conciertos nacionales e internacionales, el Rock-Ola se estableció como el centro social y cultural de la Movida, el lugar donde había que estar para ver y ser visto y para bailar con las últimas novedades traídas de Londres.
En consonancia con el espíritu de la época, tras sus puertas convivían y se mezclaban jóvenes de diferentes clases sociales y de diferentes colectivos: punks, mods, nuevos románticos, hippies… y modernos en general que hacían gala del eclecticismo estético propio de la Movida. A la vez, desde el principio se hizo común ver en alguna de sus barras a las más notorias personalidades de este movimiento cultural: cineastas como Pedro Almodóvar, fotógrafos como Ouka Lele o Alberto García-Alix, pintores como El Hortelano o Pablo Pérez-Mínguez, actrices como Bibi Andersen o periodistas como los citados arriba y, por supuesto, las grandes figuras de la nutrida escena musical local.
Además de los conciertos, en Rock-Ola se celebraron todo tipo de eventos relacionados con la música y con las otras artes: exposiciones fotográficas y pictóricas, desfiles de moda, proyecciones de películas, representaciones teatrales, fiestas homenaje u organizadas por compañías discográficas o revistas...
A principios de 1983 el Marquee había sido absorbido por el Rock-Ola (como Rock-Ola 2), aunque más tarde se recuperaría temporalmente la marca Le Carrousel para eventos menores en esos bajos. A finales de ese año tuvo lugar el incendio de la discoteca Alcalá 20, y 1984 se inauguró con una psicosis por la seguridad que de inmediato empezó a dar problemas a salas como Rock-Ola.
Paralelamente, en 1984 la ya llamada Movida iba decayendo de manera imparable. Lo que antes fue fresco, espontáneo y falto de pretensión se empezaba a convertir en algo estereotipado y rebuscado. La mayoría de los grupos más innovadores de la escena musical madrileña habían desaparecido o se reciclaban, y surgían otros que se alejaban del espíritu de la Movida y apostaban por un estilo de rock más tradicional. En el ámbito internacional ocurría algo similar, pero además los grandes grupos de la escena británica de años atrás eran ya demasiado grandes para salas del aforo de Rock-Ola.
En estas circunstancias, a partir del mes de marzo Lorenzo Rodríguez y los hermanos Perandones van dejando la sala de manera escalonada para iniciar un nuevo proyecto, y con ellos en cierto modo se va el espíritu que había hecho grande el concepto Rock-Ola. La dirección de la sala pasa entonces a manos del hijo del propietario, Jorge González Jr., con Joe Borsani como director artístico y programador, y con Pedro Barranco como responsable de la cabina del DJ. Ese último año se multiplicó la presencia de grupos españoles noveles, pero el nivel general de los conciertos ofrecidos se resintió, y con el desencanto del cambio de época el público de la sala se redujo. Se intentó levantar el Rock-Ola con grandes grupos internacionales, como The Psychedelic Furs (tres noches consecutivas en junio), o New Order, pero ya nunca volvería a ser lo mismo.
En noviembre de 1984 un incendio en los bajos del Rock-Ola (el ya cerrado Le Carrousel) destruyó el mobiliario, los equipos y archivos que ahí se guardaban. Esto complicó los problemas de la sala con las autoridades municipales por el cumplimiento de la normativa de seguridad, y el 20 de febrero se notificó su cierre administrativo, que quedó en suspenso.
La sala Rock-Ola nunca fue un lugar especialmente conflictivo, pero ya en la última época los problemas en sus alrededores se hicieron más frecuentes. El 10 de marzo de 1985, a la una y media de la madrugada, un grupo de mods sale a la puerta, donde se produce una reyerta con otro grupo de rockers. En el incidente muere Demetrio Jesús Lefler. La noticia salta a todas las portadas y sentencia de muerte al Rock-Ola. Días después se ordena su cierre definitivo.
(por orden de llegada)
Los datos hasta el 15 de marzo de 1984 provienen del registro oficial conservado por Lorenzo Rodríguez, director de la sala, respaldado en la mayoría de los casos por otra evidencia documental de particulares (entradas, carteles, etc.), y se pueden considerar completos. Los datos posteriores a esa fecha están en proceso de actualización.
Los datos hasta el 15 de marzo de 1984 provienen del registro oficial conservado por Lorenzo Rodríguez, director de la sala, respaldado en la mayoría de los casos por otra evidencia documental de particulares (entradas, carteles, etc.), y se pueden considerar completos. Los datos posteriores a esa fecha están en proceso de actualización.
Escribe un comentario o lo que quieras sobre Sala Rock-Ola (directo, no tienes que registrarte)
Comentarios
(de más nuevos a más antiguos)