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Salto ecuestre



El salto es una disciplina dentro de la equitación que consiste en un acontecimiento sincronizado juzgado en la capacidad del caballo y del jinete de saltar sobre una serie de obstáculos, en un orden dado. Esta disciplina es una de las más populares de los deportes ecuestres y la más usada por los jinetes de hoy en día, además es la más moderna especialidad del deporte ecuestre, que ha venido a convertir al deporte clásico de la equitación en un deporte de espectáculo.[1]

Al conjunto de caballo y jinete o amazona también se les denomina «binomio», y en los reglamentos de competiciones de salto el jinete o amazona que compiten aparecen igualmente con la denominación de «atletas» (aludiendo a la etimología del término en griego).

No existen referencias específicas del origen del salto como deporte ecuestre, pero ya en la segunda mitad del siglo XVIII el salto a caballo era una parte imprescindible del deporte de la caza. En el siglo XIX, la caza a través de campos cercados aumentó, tanto en Gran Bretaña como en el continente. Es a partir de esta época cuando se mejoran las razas de caballos, consiguiendo una mayor habilidad física permitiendo galopar y saltar en velocidad, lo que daba las bases para los concursos modernos de saltos. Los primeros itinerarios realizados con una suerte de obstáculos dispuestos, que había que franquear más rápidamente posible y que consistían en barreras y rías y montículos de tierra naturales.número de dificultad es 8.7 según un experto

Las carreras de obstáculos no eran del todo populares ya que los espectadores no podían seguir el desarrollo de las mismas. Por lo que empezaron a realizarse competiciones en escenarios que fueran recintos acotados. Esto se conoció como 'lepping'. Así, el primer concurso de salto de obstáculos (clase 'lepping') se celebró en Irlanda en 1865 en el marco del Dublin Horse Show. Quince años más tarde, las competiciones de salto de obstáculos (clase 'lepping') llegaron a Inglaterra y para 1900, en las islas británicas la mayoría de los espectáculos ecuestres más importantes tenían concursos de saltos.

De algunos documentos se desprende que el nacimiento de los Concursos de Grand Prix se produjo en París en 1866. En 1900, en el marco de la Exposición Universal de París (1900), se incluyó durante los Juegos Olímpicos de 1900 la primera competición internacional de saltos ecuestres con tres pruebas individuales para jinetes, concurso de saltos, salto alto mixto y salto largo mixto. En 1906 los deportes ecuestres fueron propuestos para incorporarse de manera definitiva a los Juegos Olímpicos, hecho que ocurre a partir de los Juegos Olímpicos de Estocolmo 1912, y para los Juegos Olímpicos de París 1924 se inscribieron 99 jinetes de 17 países.

Por otra parte, a partir de 1902 Federico Caprilli, considerado el introductor de la equitación moderna con la monta en suspensión, técnicas de cabalgadura que alivian el lomo del animal y armonizan al jinete con el movimiento natural del animal, aporta innovaciones en la postura del jinete con la inclinación del busto hacia adelante al tiempo del salto, en la disposición adelantada de la silla de montar, en las longitudes cortas de los estribos y largas de las riendas, lo que hizo que se pudieran superar obstáculos cada vez de mayor altura. De esta manera Federico Caprilli consiguió el récord mundial de salto alto el 24 de mayo de 1902 montando a «Melapo», al batir una altura de 2,08 m (6 ft 9⅞ in).[2]

Al fundarse en 1921 la Federación Ecuestre Internacional (FEI), se homologaron las reglamentaciones de las disciplinas ecuestres y de las distintas competiciones internacionales oficiales, incluyendo las de los Juegos Ecuestres Mundiales y los Juegos Olímpicos.

Con anterioridad a la Segunda Guerra Mundial, la mayoría de las competencias ecuestres internacionales eran exclusividad de oficiales del arma caballería de los distintos ejércitos nacionales. Desde que los eventos ecuestres fueron incluidos en el programa olímpico en los Juegos Olímpicos de París 1900 y luego desde su continuación desde los Juegos Olímpicos de Estocolmo 1912 hasta los juegos de Juegos Olímpicos de Helsinki 1952 (en los cuales el francés Pierre Jonqueres d´Óriola ganó las preseas doradas), fueron militares los que dominaron las presentaciones olímpicas. En los juegos de Juegos Olímpicos de Melbourne 1956 se introdujo por primera vez la participación de las amazonas en la equitación, siendo este uno de los deportes de gran aceptación en las citas olímpicas.[3]

Las reglas han ido variando desde su implantación como disciplina ecuestre, teniendo cada federación nacional la capacidad de determinar diferentes modalidades y reglas, aunque es la Federación Ecuestre Internacional (FEI) la que dicta el reglamento para los concursos internacionales oficiales, los juegos ecuestres mundiales, los concursos de los juegos olímpicos y los récords mundiales de salto alto y de salto largo.

En los concursos de salto los tipos de penalizaciones son:

La silla de montar del jinete o de la amazona, indispensable para que el movimiento posterior del caballo en el momento del salto sea más eficaz y así, evitar un derribo por parte del caballo, no está reglamentada, con excepción de que las aciones y los estribos (también el estribo de seguridad) deben colgar en libertad del enganche de la silla de montar y del exterior del faldón, sin que se admita cualquier otro método de fijación y sin que el jinete o amazona pueda atar directa o indirectamente una parte de su cuerpo a la silla de montar. En algunas modalidades de salto se puede juzgar el modo de montar, como las de monta a la amazona o en las de monta a pelo.

El ganador es el competidor que tenga menos penalizaciones y obtenga un menor tiempo, a pesar de que existen algunas pruebas sin cronómetro tasado y algunas pruebas sin tiempo límite. Además, existe la modalidad de tiempo óptimo, que consiste que el ganador es el binomio que termina con el tiempo más próximo al tiempo ideal del recorrido.

Existen distintos baremos que penalizan con distinta puntuación cada una de las penalizaciones realizadas, que además son susceptibles de modificación en cada nueva edición del reglamento para concurso de saltos. Este sería un ejemplo:

La prueba dificultades progresivas se disputa sobre seis, ocho o diez obstáculos, los cuales son progresivamente más difíciles. No puede haber ninguna combinación de obstáculos. Las dificultades no se deben solamente a la altura y fondo de los obstáculos, sino también al trazado dispuesto.

La prueba de derbi se desarrolla sobre una distancia mínima de 1.000 y máxima de 1.300 metros, sobre un recorrido en el que al menos, la mitad de los esfuerzos son sobre obstáculos naturales y con un solo desempate, si así se ha previsto. No tiene tiempo cronometrado pero sí tiene un tiempo límite.

La prueba de dobles y triples debe presentar un recorrido que debe comprender seis obstáculos: uno simple como primer obstáculo y cinco combinaciones, de las que al menos un obstáculo debe ser un triple. Si hay desempate, si así está expresado en el avance, el recorrido debe comprender seis obstáculos: un doble, un triple y cuatro obstáculos simples o tres dobles y tres simples, y siempre se deben de suprimir elementos de combinaciones del recorrido inicial.

La finalidad de estos concursos son la de demostrar la aptitud del caballo para saltar un número limitado de obstáculos, pero de grandes dimensiones.

El concurso de potencia (del francés, 'puissance') consiste en un máximo de cinco rondas, con una ronda de apertura seguida de un máximo de cuatro desempates, sin tiempo preestablecido para cada intervención. La primera ronda se compone de cuatro a seis grandes obstáculos individuales, incluyendo el muro de potencia. El primer obstáculo debe tener un mínimo de 1,40 m de altura, dos obstáculos entre 1,50 m y 1,60 m y un muro u obstáculo vertical que puede estar a 1,60 m o 1,70 m de altura. Se prohíben todas las combinaciones de obstáculos, rías, fosos y obstáculos naturales. El muro puede tener un plano inclinado por el lado en que el caballo bate con una distancia máxima del plano inclinado a la base 30 cm. Para los desempates, solo hay dos obstáculos, un fondo o un vertical y el muro de potencia, y los obstáculos verticales deben elevarse y los horizontales ensancharse en cada ronda, si los participantes empatados para el primer puesto no han sido penalizados en el recorrido precedente. En caso de igualdad después de la quinta ronda, los competidores comparten el primer premio.

El muro de potencia habitualmente llega a superar los 2 m (6 ft 6¾ in) de altura. En 1983 en el concurso de saltos del "Washington International Horse Show" Washington D. C. (Estados Unidos), Anthony d’Ambrosio y su caballo «Sweet & Low» saltaron un muro de potencia de 2,33 m (7 ft 7½ in) de altura, siendo el récord mundial vigente en pista cubierta. En 1988 en el concurso de saltos en pista al aire libre de Franconville (Francia), el jinete Markus Fuchs montando a «Pushkin» saltó un muro de potencia de 2,35 m (7 ft 8½ in). Tres años más tarde este récord fue superado por el récord actual de muro de potencia, que se alcanzó el 8 de junio de 1991 en el Concurso de Saltos Internacional Oficial celebrado en Chaudfontaine (Bélgica), en el cual se calificaron el jinete Otto Becker montando a «Optiebeurs Lausbub» y el jinete Franke Sloothaak montando a «Optiebeurs Golo» y a «Optiebeurs Leonardo». En el desempate, mientras que el otro binomio rehusó el obstáculo, Franke Sloothaak y «Optiebeurs Leonardo» realizaron un salto de 2,40 m (7 ft 10½ in), siendo el récord mundial vigente en pista al aire libre.[4][5][6]

El 25 de noviembre de 2011 en el marco del "Stockholm International Horse Show", se establece en Estocolmo (Suecia) el récord mundial de salto de potencia en la modalidad de monta a pelo (sin silla de montar), en pista cubierta, cuando el jinete Robert Whitaker[7]​ y el caballo «Waterstone» lograron saltar un obstáculo de 2,12 m (6 ft 11½ in).[8]

En este concurso el caballo debe mostrar plena confianza en el jinete ya que los caballos no ven lo que hay detrás del muro de potencia. En los últimos tiempos se ha reducido la participación del competición de potencia en los concursos ecuestres, por considerarse demasiado peligrosa para la salud del caballo si este se accidenta, y las competiciones se han ido reemplazando por el concurso de destreza de seis barras.

Para esta prueba, los caballos deben pasar seis obstáculos verticales dispuestos en línea recta y separados con una distancia de dos pasos, que equivalen a unos 11 m de distancia entre ellos. Deben construirse de forma idéntica usando solo barras del mismo tipo. Esto obligaría a una pista con un mínimo de 96 m para que pueda ser realizable. Según el tamaño de la pista, pueden ser menos de seis. Todos los obstáculos pueden ser colocados a la misma altura, por ejemplo a 1,20 m, o con alturas progresivas, por ejemplo a 1,10 m, a 1,20 m, a 1,30 m, a 1,40 m, a 1,50 m y a 1,60 m; o bien los dos primeros a 1,20 m, los dos siguientes a 1,30 m, y así sucesivamente. En caso de rehúse o desobediencia, el competidor debe retomar el recorrido en el obstáculo donde fue cometida la falta. El primer desempate se debe disputar sobre los seis obstáculos que previamente se han elevado progresivamente, salvo en el caso en que los competidores empatados por el primer puesto hayan penalizado en el recorrido inicial. Después del primer desempate se puede reducir el número de obstáculos hasta tres cuatro, siempre retirando los obstáculos más bajos y manteniendo la distancia entre ellos alrededor de los 11 m, tal como se dispuso inicialmente. Puede suceder que si hay múltiples desempates, la altura de los obstáculos en las rondas finales se eleven a más de 1,80 m.

La finalidad de estas pruebas es probar la obediencia, la conducción (o manejabilidad) y la velocidad del caballo a lo largo de recorridos que deben ser sinuosos con obstáculos variados. Todas las pruebas de este tipo son denominadas pruebas de velocidad y conducción (o manejabilidad). Son llamadas pruebas de caza aquellas que contienen obstáculos naturales tales como terraplenes, taludes, fosos, etcétera. En todas se permiten obstáculos alternativos que den al competidor la posibilidad de acortar su recorrido, pero saltando un obstáculo más difícil. En el plano del recorrido no estará establecido ningún trazado fijo a seguir, pero se colocará una serie de flechas indicando la dirección en que se debe saltar cada obstáculo. También se pueden incluir puntos de paso obligado solo en casos de absoluta necesidad.

La prueba de salto alto consiste en que un binomio debe sortear un único obstáculo. Parte desde una altura mínima de 1,60 metros y la diferencia con las otras competencias de salto es que solo se sortea un salto. El concurso de salto alto tiene una serie de normas que regulan tanto la forma y disposición del obstáculo vertical, que es de forma oblicua ascendente.

El primer binomio en sobrepasar los dos metros de altura en el salto alto fue el oficial italiano Federico Caprilli y su caballo Melapo, quienes saltaron 2,08 metros en 1902. Posteriormente se fueron quebrando los récords hasta el año 1949 cuando el oficial del Ejército de Chile Alberto Larraguibel y su caballo Huaso saltaron un obstáculo de 2,47 metros en la ciudad chilena de Viña del Mar.[9]​ Después de muchos años e intentos, este récord hasta el día de hoy sigue sin batirse, transformándose en uno de los récords mundiales más largos del deporte.[10]

El Campeonato Mundial de Saltos Ecuestres se disputa desde 1953, y desde 1990 se incluye en el marco de los Juegos Ecuestres Mundiales, que son un acontecimiento deportivo que se realiza cada cuatro años.

Desde los Juegos Olímpicos de París 1900 el concurso de salto ecuestre está presente en los Juegos Olímpicos de Verano. El nivel de los jinetes y caballos que compiten en estos juegos es de los más altos, ya que la altura de los obstáculos es alrededor de 1,60 m. En los Juegos Olímpicos de París 1900 se realizaron, además del concurso individuales de saltos, las pruebas individuales de salto alto mixto y de salto largo mixto.



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