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Saturio



¿Dónde nació Saturio?

Saturio nació en Soria.


Saturio (Soria, 493-ibídem, hacia el 570) fue un anacoreta visigodo del siglo VI. Ha sido el santo patrón de Soria desde 1628 y su festividad es el 2 de octubre.

La tradición sitúa a San Saturio como un eremita soriano que vivió en la segunda mitad del siglo VI. Su muerte se data hacia el año 570, aunque la Historia no tiene suficientes datos escritos como para reconstruir de manera fiable los detalles de su vida.

Al parecer, Saturio procedía de una familia de nobles y ricos visigodos. Cuando sus padres murieron repartió sus bienes entre los pobres, siguiendo los consejos evangélicos y se retiró a una cueva en la Sierra de Santa Ana, donde llevó una vida de oración continua y de contemplación y construyó un oratorio en honor del Arcángel San Miguel, del que era muy devoto.

San Saturio recibió cuando ya era un anciano la visita de Prudencio atraído por la fama de santo de que gozaba Saturio. Durante siete años le enseñó las virtudes evangélicas, hasta que murió. Prudencio le enterró allí en la cueva y volvió a La Rioja, donde siguió evangelizando y fue posteriormente elegido Obispo de Tarazona. San Prudencio quiso volver a la cueva de Saturio para rendirle un homenaje, y organizó una peregrinación para venerar las reliquias de su maestro, a quien desde entonces tuvieron por santo. Así fue como Saturio, por aclamación popular se elevó a los altares, práctica aprobada por la Iglesia entonces.

Hay documentos conservados en el archivo de la Santa Iglesia Concatedral de Soria de los que se deduce el culto que desde entonces se tributó a San Saturio en esta ciudad. También se sabe que en Soria hubo una parroquia dedicada a San Prudencio, sin duda por su relación con San Saturio. Su pila bautismal se conserva en los claustros de la Concatedral de San Pedro.

Al lado derecho del altar de San Miguel está señalado el lugar donde aparecieron las reliquias de San Saturio y cuya lápida lo recuerda. Por lo visto todo este recinto estaba totalmente tapiado hace algunos años y sin embargo los sorianos aprovechaban para meter la cabeza por un pequeño ventanuco ya que aseguraban que era un excelente remedio para mitigar los dolores de cabeza.

Las reliquias se veneran ahora en el altar mayor de la ermita en una arqueta. No así la cabeza del santo que se encuentra en la Capilla de San Saturio de la Concatedral de San Pedro, eso sí, protegida con una artística funda-relicario de plata. En el inventario de las reliquias realizado el 11 de octubre de 1603 por orden del obispo don fray Enrique Enríquez se describen las siguientes reliquias:

Así mismo, el busto-relicario de San Saturio que se encuentra en el altar mayor de la ermita y que fue realizado a principios del siglo XIX, contiene en el pecho una falange del santo protegida tras un cristal.

A mediados del siglo XVI, casi se había olvidado la memoria de san Saturio, y no se conservaba más que una ligera reminiscencia de que, en la antigua ermita de San Miguel, se conservaban los restos de lo que se decía que era un cuerpo santo:

En 1628, san Saturio fue recibido como patrón de Soria y con tal motivo se celebró un festejo taurino extraordinario en el que contribuyó el Estado Noble (Los Dice Linajes) junto con las demás comunidades a petición del ayuntamiento. Éste sería el inicio de las Fiestas de san Saturio. Desde entonces, el día del Patrón, el Concejo comenzó a realizar una misa y procesión desde la ermita de san Miguel hasta la Colegiata de san Pedro. En 1630, hallamos otro acuerdo por el que se dispone hacer una rogativa, por la falta de lluvia, de manera que se bajó a la Virgen del Mirón a la Concatedra de san Pedro, llevando también allí al Santo, para llevar a las dos imágenes en procesión. El cielo debió acceder a los ruegos de los fieles, regando con la abundante lluvia los campos, porque al año siguiente de 1631, la ciudad acordaba por primera vez, que el 1 de octubre, víspera del de san Saturio, se fuera en procesión a la ermita de san Miguel, donde estaba el cuerpo del santo, y se trajera la imagen a la iglesia de san Pedro, y al día siguiente se dijera en su honor una misa, así como también que por la noche hubiera grandes luminarias, y en la procesión fueran todas las cofradías, los pendones y las ceras, anunciándose esta nueva fiesta a los vecinos por medio de un pregón. Durante tres años se siguieron realizando estos actos; en 1633 se regularon definitivamente las fiestas añadiendo a los festejos anteriores una corrida de toros, y en adelante se celebró esta fiesta sin interrupción.

El reconocimiento a san Saturio como santo en el catálogo de santos de la Iglesia llegó el 31 de agosto de 1743 por decreto del papa Benedicto XIV se concedía el patronazgo y el carácter de fiesta de ambos preceptos a la ciudad de Soria, en el día de san Saturio. La ciudad abre el mes de octubre con un novenario en honor a San Saturio, cuyas reliquias son procesionadas. Las calles se visten de fiesta con desfiles de gigantes y cabezudos, conciertos y espectáculos pirotécnicos. Es tradición, por otra parte, celebrar una romería a la ermita de San Saturio.

Pese a ser un santo local, existe una imagen que se venera todavía en la iglesia parroquial de San Felíu de Codinas (Barcelona). En esta localidad se fundó en 1604 un gremio y cofradía de curtidores y tejedores que estuvo bajo la advocación de Sant Miquel y de San Saturio a partir del 1753, a causa del rector Saturio Romero y Palacios, hijo de Soria.[3]​ También se conserva de esta localidad una lámina del siglo XVIII con un canto, en verso y en catalán a San Saturio.[4]

En la ciudad de Cádiz existe así mismo una imagen de San Saturio, de cuerpo entero. En el retablo mayor de la Real Capilla de Nuestra Señora del Pópulo encontramos la imagen de madera policromada de San Saturio, obra de influencias genovesas, realizada en el siglo XVIII.

En el Museo Gomellano sito en la iglesia de Santa María de la localidad de Gumiel de Izán, se encuentra otra de las escasas tallas de cuerpo entero de san Saturio. Es una talla policromada de 0,93 metros del siglo XVII y estilo barroco. Su cabeza es la clásica en toda la imaginería del santo, con flequillo y barbas largas, veste de anacoreta y capa. En el pecho lleva un relicario donde puede leerse: «San Saturio, ora pro nobis».[5]



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