Segundos analíticos (en griego antiguo Ἀναλυτικῶν ὑστέρων, llamados en latín Analytica posteriora y abreviado An. Post ) es un texto del filósofo griego Aristóteles de Estagira. Se compone de dos libros (I: 71a - 89b, II: 90a - 100b) y no existen dudas acerca de la autenticidad de la obra. Es el cuarto libro del Órganon, donde se coloca después de Primeros analíticos y antes de los Tópicos. En algunas ediciones se traduce Αναλυτικών υστέρων por Analíticos posteriores.
En Segundos analíticos, Aristóteles se ocupa de las necesidades específicas de la demostración, así como de la definición y el conocimiento científico. Según Aristóteles:
El libro I trata específicamente de las condiciones formales de la demostración;
El libro II trata de la teoría de la definición y de la causa.
La demostración se distingue como un silogismo que genera conocimiento científico, mientras que la definición se marca como el planteamiendo de la naturaleza de una cosa, [...] un planteamiento del significado del nombre, o de una fórmula nominal equivalente.
En los Primeros analíticos se considera la lógica de silogismos en su aspecto formal; en los Segundos, se considera respecto a su sustancia. La "forma" de un silogismo descansa en la necesaria conexión entre las premisas y la conclusión. Aun cuando en la forma no haya falta, puede haberla en la sustancia, es decir, las proposiciones de que se compone, que pueden ser verdaderas o falsas, probables o improbables.
Cuando las premisas son ciertas, verdaderas y primarias, y la conclusión formalmente se sigue de ellas, esto es demostración, y genera conocimiento científico de una cosa. Tales silogismos se llaman apodícticos y de ellos se trata en los dos libros de Segundos analíticos. Cuando las premisas son inciertas, tal silogismo se llama dialéctico, y de estos se trata en los ocho libros de los Tópicos. Un silogismo que parece perfecto tanto en forma como en sustancia, pero que no lo es, se llama sofístico, y de éstos se trata en el libro De las refutaciones de los sofistas.
El contenido de los Segundos analíticos pueden resumirse como sigue:
En el segundo, Aristóteles comienza con una afirmación admirable; los tipos de cosas determinan los tipos de preguntas, que son cuatro:
La última de estas preguntas fue llamada por Aristóteles, en griego, el "qué es" de la cosa. Esto lo tradujeron los lógicos escolásticos al latín como quidditas, que ha pasado al español como quididad. Esta quididad no se puede demostrar, pero debe ser fijada por una definición. Se ocupa de la definición y de cómo se debe elaborar una definición correcta. Como ejemplo ofrece la definición del número tres, que define como el primer número non.
Al mantener que conocer la naturaleza de una cosa es conocer por qué es y que poseemos conocimiento científico de una cosa sólo cuando conocemos su causa, Aristóteles postuló cuatro tipos mayores de causa como los términos medios más buscados de demostración: la forma definible; un antecedente que necesita un consecuente; la causa eficiente; la causa final.
Concluye el libro con el modo en que la mente humana llega a conocer las verdades básicas o premisas primarias o primeros principios, que no son innatas, ya que nos es posible desconocerlas durante gran parte de nuestra vida. Tampoco pueden deducirse a partir de ningún conocimiento anterior, o no serían primeros principios. Afirma que los primeros principios se derivan por inducción, de la percepción sensorial que implanta los verdaderos universales en la mente humana. De esta idea proviene la máxima escolástica "nada hay en el intelecto que no haya estado antes en los sentidos" (Nihil est in intellectu, quod prius non fuerit in sensu).
De todos los tipos de pensamiento, se consideran universalmente verdaderos sólo el conocimiento científico y la intuición, y esta última es la fuerte originadora del conocimiento científico. La obra termina así: la ciencia en su totalidad es [...] fuente originadora de todo el cuerpo de hechos.
Escribe un comentario o lo que quieras sobre Segundos analíticos (directo, no tienes que registrarte)
Comentarios
(de más nuevos a más antiguos)