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Silybum marianum



Silybum marianum (llamada comúnmente cardo mariano, entre otros muchos nombres vernáculos) es una especie del género Silybum en la familia Asteraceae.

Es una planta herbácea anual o bienal, de tallo simple o ramificado hacía el ápice, que puede alcanzar 3,5 m de altura. Dichos tallos son de sección más o menos circular, no alados y con costillas longitudinales, foliosos sobre todo en la base, y con un denso indumento blanquecino araneoso. Las hojas pueden medir hasta 40 por 12 cm y son pecioladas o sentadas y abrazadoras, pero no decurrentes, más pequeñas hacia la parte superior del tallo; las basales más o menos rosuladas, pecioladas, oblongo-lanceoladas, de sinuado-pinnatífidas a pinnatipartidas en 4-6 pares de lóbulos con márgenes con espinas amarillas de hasta de 15 mm, y de haz verde brillante con un retículo blanquecino; las caulinares y superiores, similares pero sésiles y más pequeñas.

Los capítulos son terminales y solitarios con pedúnculos tomentosos de 15-20 cm; tienen el involucro, de 25-35 por 25-40 mm, ovoide, glabrescente o algo araneoso con 5-7 series de brácteas mayores hacia dentro pero con las medias mayores que las internas; las externas y medias tienen base oblonga, brutalmente ensanchada en un apéndice 15-50 mm, ovado y con margen dentado-espinoso en su base y acabado en un acumen central subulado con espina terminal amarilla hasta de 1 cm; las brácteas internas son estrechamente lanceoladas, sin apéndice, inermes, finamente escábridas en el margen.

El receptáculo es plano, alveolado, y con páleas peliformes blanquecinas lisas. Los flósculos tienen una corola de 20-35 mm, rosado-purpúrea, glabra, con un tubo filiforme algo blanquecino o blanco y un limbo rosado-purpúreo con 5 lóbulos lineares (generalmente uno de ellos más largo que los otros). Las cipselas, de 6-7 por 3-3,5 mm, son homomorfas, oblongo-obovoides, algo comprimidas e inconspicuamente y transversalmente arrugadas, de color canela en la madurez y, habitualmente, con manchas lineares irregulares pardo óscuro/negruzcas que pueden llegar a cubrir toda la cipsela que, entonces, resulta uniformemente de dicho color, y con el reborde, entero y inflado, de la placa apical de un tono amarillento; dicha placa apical lleva en su centro un nectario conspicuo algo globular-pentalobulado persistente rodeado de un doble vilano caedizo en bloque, el externo con 4-5 filas de pelos escábridos implantados en un anillo basal cónico-cilíndrico invertido, y el interno con una fila de pelos ciliados muy cortos, algo conniventes, insertos en el borde de dicho anillo basal. El hilo cárpico, basal a latero-basal, carece de eleosoma.[1]

Hojas: roseta basal.

Tallo acanalado: detalle

Capítulo en antesis: vista cenital.

Corte vertical del capítulo: vista parcial con receptáculo carnoso (comestible), brácteas axilantes (páleas filiformes), ovarios/frutos in situ y brácteas involucrales internas.

Capítulo seco evidenciando brácteas externas con bases dilatadas lateralmente espinosas.

El cardo mariano es una especie nativa de los países ribereños del Mediterráneo[2]​ y Asia hasta India y Siberia; naturalizada en el resto del mundo[3]​ y también cultivada, a veces intensamente, en países de Europa central donde fue introducido: Austria, Rusia, Polonia, Crimea, Ucrania, Hungría, etc...[2]​ y en Argentina,[4]Venezuela, Ecuador y China para la extracción de las sustancias de uso medicinal que contiene.[5]
Crece en bordes de cultivos, caminos y carreteras, baldíos (incluidos descampados urbanos), etc..., en suelos muy nitrificados, desde el nivel del mar hasta 1300 m de altitud. Florece de abril a agosto.[1]

La especie fue creada y descrita primero por Carolus Linnaeus como Carduus marianus en Species Plantarum,vol, 2, p. 823 en 1753, y atribuida luego al género Silybum por Joseph Gaertner y publicado en De Fructibus et Seminibus Plantarum, vol. 2, p, 378 en 1791.[6]

Número de cromosomas: 2n=34.[1][12]

Se híbrida ocasionalmente con Silybum eburneum, la otra, y única, especie aceptada del género.[1]

*Nota: no existen estudios con metodología y rigor científico que avalen los beneficios para la salud humana descritos aquí.

El uso de cardo mariano es habitual en tratamientos de medicinas alternativas que no ha superado las oportunas pruebas de verificación, lo que ha sido criticado por algunos expertos en oncolología.[13][14]

Las semillas del cardo mariano se han venido usando desde hace siglos con fines medicinales. De ellas se obtienen sustancias como la silimarina (una mezcla de silibina, silicristina y silidianina, y en menor medida isosilibinas A y B, 3-desoxi-silicristina, silandrina y silimonina),[15][16][17]​ que se usa en afecciones crónicas del hígado y la vesícula biliar; o la silibinina (o derivados de la misma), que se usa en casos de intoxicación por ingestión de amanitas (por ejemplo la amanita phalloides o la amanita muscaria).
Otros supuestos beneficios -no corroborados científicamente- atribuidos al cardo mariano son los siguientes:

La planta puede contener altas concentraciones de nitrato de potasio, lo cual es potencialmente peligroso para el ganado rumiante, en el estómago del cual la flora bacteriana lo transforma en nitrito que se combina con la hemoglobina, produciendo anoxia y fracaso circulatorio periférico.



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