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Socialfascismo



¿Dónde nació Socialfascismo?

Socialfascismo nació en Komintern.


El Socialfascismo fue una teoría apoyada por la Internacional Comunista (Komintern) durante la década de los años 1930 que sostuvo que la socialdemocracia era una variante del fascismo, ya que, además de un modelo económico corporativista compartido por ambas ideologías, la socialdemocracia se oponía a una transición completa y final hacia el comunismo. En ese momento, los líderes de la Internacional Comunista, como Iósif Stalin y Rajani Palme Dutt, argumentaron que la sociedad capitalista habían entrado en el "tercer período" en el que una revolución de la clase obrera era inminente, pero podría ser impedida por los socialdemócratas y otras fuerzas "fascistas". El término "socialfascista" fue utilizado durante todo el período de entreguerras de forma peyorativa para descalificar a los partidos socialdemócratas, los partidos socialistas y progresistas anti-Comintern, y también a los disidentes internos de la Comintern.

Durante el 6.º Congreso de la Komintern en 1928 se proclamó el final de la estabilidad capitalista y el comienzo del llamado "Tercer Período". Se esperaba que el final del capitalismo llegara en poco tiempo, acompañado con una revolución de la clase obrera, y la socialdemocracia era identificada como el principal enemigo de los comunistas. Esta teoría de la Komintern se basaba en los argumentos de Grigori Zinóviev de que la socialdemocracia internacional era un ala del fascismo. Esta visión fue aceptada por Iósif Stalin, que describió al fascismo y a la democracia como "hermanos gemelos",[1]​ argumentando que el fascismo y la socialdemocracia dependían del apoyo mutuo. Después de haber sido expuesta durante el 6.º Congreso, la teoría del socialfascismo fue aceptada por el movimiento comunista.[2]

La nueva dirección de la Komintern estaba estrechamente vinculada a la política interna del Partido Comunista de la Unión Soviética (PCUS). Después de una lucha entre facciones internas del PCUS tras la muerte de Lenin en 1924, el grupo que salió victorioso era el encabezado por Stalin y viró decisivamente hacia la izquierda.

Al mismo tiempo el Partido Socialdemócrata de Alemania (SPD), bajo el liderazgo del canciller alemán Hermann Müller, acordó con los demás partidos anti-comunistas que "rojo equivalía a marrón".[3]​ Esto llevó a una hostilidad mutua entre socialdemócratas y comunistas, que se intensificó cuando el 1 de mayo de 1929 la policía de Berlín, bajo el control del SPD, disparó contra los obreros que se manifestaban durante la festividad del Primero de Mayo. Esto, y la represiva legislación anticomunista que siguió, sirvió para que el Partido Comunista de Alemania (KPD) se convenciera de que los socialdemócratas eran de hecho unos "socialfascistas".[4][5]

En agosto de 1931, con el fin de capitalizar su creciente popularidad, el Partido Nacionalsocialista Obrero Alemán (NSDAP) propició la celebración de un referéndum para derrocar el gobierno socialdemócrata en Prusia. Al principio, el Partido Comunista lo rechazó. Pero tres semanas antes de la votación, siguiendo las órdenes del Komintern, sus militantes se unieron a los nazis para hacer caer a su "principal enemigo a batir", el Partido Socialdemócrata.[6]

Los comunistas alemanes continuaron negando que existiese cualquier diferencia entre el nazismo y la socialdemocracia incluso tras las elecciones del 5 de marzo de 1933 en las que el Partido Nacionalsocialista de Adolf Hitler obtuviese la mayoría. Durante la campaña electoral, el 23 de febrero, los socialdemócratas propusieron a los comunistas unirse antes de que el desastre fuera total. Pero Ernst Torgler, el líder del grupo comunista en el Reichstag, respondió que primero era necesario que los nazis tomaran todo el poder, para que luego pudiese ocurrir la "revolución del proletariado", que estimaba ocurriría "cuatro semanas" después.[7]

El KPD, bajo el liderazgo de Ernst Thälmann, acuñó el eslogan "¡Después de Hitler es nuestro turno!" y tuvo la convicción de que no era necesario la formación de un Frente unido contra los nazis, en la creencia de que los trabajadores cambiarían de opinión y reconocerían que el nazismo, a diferencia del comunismo, no ofrecía una verdadera solución para los problemas de Alemania.[8]

En Francia la crítica "socialfascista" del Partido Comunista Francés (PCF) se planteó en contra de la Sección Francesa de la Internacional Obrera (SFIO), pero tras los Disturbios del 6 de febrero de 1934 —que fueron percibidos por la izquierda como un intento de golpe de Estado fascista— se inició una cooperación entre el PCF y la SFIO.[9]

Después de la subida al poder de Adolf Hitler y los nazis, el KPD fue ilegalizado y miles de sus militantes, incluido Thälmann, fueron arrestados. Tras estos eventos, la Komintern se cuestionó la política y sobre si hubiera sido factible una alianza con los socialdemócratas; la teoría del socialfascismo fue abandonada finalmente. Durante el 7.º Congreso de la Komintern, Georgi Dimitrov esbozó las líneas de la nueva política del "Frente Popular" en su discurso "Por la unidad de la Clase Obrera en contra del Fascismo".[10]​ Esto se vería reflejado en la posterior formación de diversos "Frentes Populares": en Francia (1935), en España (1936) o en Chile (1937).



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