Túnel de Somosierra

El túnel de Somosierra es un túnel ferroviario perforado bajo Somosierra, en el sistema Central. Fue terminado en 1933. La infraestructura era usada por el ferrocarril que une Madrid y Burgos hasta que un derrumbe en marzo de 2011 dejó atrapada una máquina de obras de vía en su interior. También se conoce como túnel de Somosierra al túnel de la A-1, abierto en 1992. En sus cercanías se encuentra situada la estación de Robregordo-Somosierra.

El túnel tiene 3895 metros de longitud^[1]​ y un trazado de vía única —aunque está diseñado para acoger doble vía—. El proyecto original contemplaba la construcción de un túnel de 3750 metros, pero este se terminó ampliando para evitar la acumulación de nieve durante el invierno.

Durante la dictadura de Primo de Rivera se aprobó el llamado Plan Guadalhorce, en 1926, que preveía la construcción de varías líneas férreas y la creación de una red radial de ferrocarriles que mejorara las comunicaciones con Madrid. Una de las primeras líneas cuya construcción se acometió fue la del ferrocarril directo Madrid-Burgos, cuyas obras comenzaron en 1928, si bien estas se alargaron durante varias décadas y la construcción no se completaría hasta 1966. La línea fue inaugurada en su totalidad en julio de 1968 por RENFE. El túnel de Somosierra pertenecía a esta línea,^[2]​ permitiendo atravesar la difícil orografía que separa las provincias de Madrid y Segovia. A pesar de los retrasos en la línea férrea, las obras del túnel se completaron en 1933.

Al comienzo de la Guerra Civil, en julio de 1936, el túnel de Somosierra llegó a ser escenario de algunos combates entre ambos contendientes.^[3]​

En 2011 el túnel sufrió un colapso tras su desprendimiento parcial, permaneciendo cerrado en la actualidad. Esto supuso que el tráfico de la línea quedase interrumpido entre Soto del Real y Aranda de Duero. En 2018, Adif taponó con un pequeño muro las dos entradas del túnel, para evitar el acceso a éste por personal no autorizado.

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