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Taquicardia supraventricular



En cardiología, taquicardia supraventricular es uno de los trastornos del ritmo cardíaco caracterizada por una frecuencia cardíaca acelerada cuya señal eléctrica se origina en el nódulo auriculoventricular o bien en la aurícula cardíaca. Estas arrítmias, por definición, se inician o se mantienen en el nódulo AV o en la aurícula, en contraste con las potencialmente letales taquicardias ventriculares, las cuales se originan en los ventrículos cardíacos, es decir, por debajo de las aurículas o del nódulo AV. La frecuencia cardíaca normal es de unos 70 latidos por minuto, mientras que en las taquicardias SV, la frecuencia cardíaca escala desde 175-250 latidos por minuto. Es probable que el estrés y la cafeína causen una taquicardia SV, aunque puede que la causa principal se deba a un defecto congénito en el sistema de conducción eléctrica del corazón del individuo afectado, sea humano o animal.[1]

Los síntomas de una taquicardia supraventricular pueden aparecer bruscamente y desaparecer luego, sin tratamiento. Pueden durar pocos minutos hasta entre 1 y 2 días. Los rápidos latidos del corazón durante una taquicardia supraventricular pueden causar que la función de bomba cardíaca sea menos eficaz y el gasto cardíaco disminuya, produciendo una caída en la tensión arterial. Los siguientes son algunos de los síntomas clásicos de un pulso acelerado entre 140 y 250 latidos por minuto:

El término taquicardia supraventricular se usa con frecuencia para describir diferentes patologías. El término correcto se refiere a cualquier tipo de taquicardia o frecuencia cardíaca rápida que no es de origen ventricular, incluyendo la taquicardia sinusal. Sin embargo, a menudo se usa como sinónimo de una taquicardia supraventricular paroxística, el cual tiene un comienzo inmediato, mientras que las verdaderas taquicardias supraventriculares son trastornos de aparición gradual y no inmediata. La taquicardia supraventricular paroxística es una forma de taquicardia de reentrada al nódulo AV.

Los siguientes son formas de taquicardias supraventriculares, cada uno con un mecanismo de impulso y mantenimiento:

La mayoría de las taquicardias supraventriuclares tienen un complejo QRS angosto en el electrocardiograma, pero es importante destacar que la taquicardia SV con una conducción aberrante puede producir una taquicardia con un QRS ancho muy parecido a la taquicardia ventricular. En la clínica, es de importancia determinar si un complejo QRS ancho es debido a una taquicardia ventricular o SV, pues se indican tratamientos distintos para ambos. La taquicardia ventricular requiere un tratamiento adecuado, pues tienden a degenerar hacia una fibrilación ventricular y muerte. Se han diseñado una variedad de algoritmos con el fin de determinar si un complejo QRS ancho es de origen ventricular o SV.[2]​ Por lo general, el tener antecedentes de trastornos cardíacos estructurales aumenta de manera dramática la probabilidad de que la taquicardia sea de origen ventricular.

Los subtipos individuales de la taquicardia SV se pueden distinguir uno del otro por ciertos patrones fisiológicos y eléctricos, muchos de los cuales se encuentran presentes en el electrocardiograma.

En general, las taquicardias supraventriculares no implican un riesgo para la vida del individuo, pero los episodios se deberían tratar o prevenir. Aunque existen modalidades que se aplican a todas las taquicardias supraventriculares, existen terapias específicas que curan algunas de los subtipos. La cura tiende a requerir un conocimiento íntimo de como y donde se inicia y propaga la arritmia.

Las taquicardias supraventriculares pueden ser separadas en dos grupos, basado en si incluyen al nódulo AV para mantener un impulso o no. Los que usan al nódulo AV pueden terminar al enlentecer la conducción por el nódulo AV. Cuando la conducción no requiere al nódulo AV, no se detienen con maniobras sobre el nódulo AV. Sin embargo, son maniobras útiles, pues un bloqueo AV transitorio a menudo desenmascara el ritmo anormal de base. El bloqueo del nódulo AV puede realizarse en tres maniobras.

Existen un número de maniobras físicas que causan un bloqueo aumentado del nódulo AV, principalmente por medio de la activación del sistema nervioso parasimpático, conducido al corazón por el nervio vago. Estas manipulaciones son denominadas colectivamente maniobras vagales.

El más reconocido de las técnicas vagales es la maniobra de Valsalva, el cual aumenta la presión intratorácica y afecta tanto a los receptores de presión o barorreceptores dentro del arco de la aorta. Se logra esta maniobra al pedirle al paciente que sostenga el aire en sus pulmones, apretando su nariz y soplar con la boca cerrada. Es igualmente eficaz el sumergir la cara en un recipiente con agua fría o simplemente beber un vaso de agua helada.[3]​ Aunque es igualmente efectivo el masaje de las carótidas sobre el cuello, es un tipo de maniobra que debe ser supervisada por un profesional de la salud capacitado. Otras maniobras menos frecuentemente usadas son el estimular el reflejo nauseoso y la aplicación de presión sobre ambos globos oculares (ambas maniobras tienen sus contras, como el vómito y el posible desprendimiento de retina).

Otra modalidad incluye el tratamiento con medicinas, tales como la adenosina, un agente bloqueante del nódulo AV de acción ultra corta. De funcionar el tratamiento con adenosina, se sugiere seguimiento con diltiazem, verapamil o metoprolol. Las taquicardias SV que no mejoran pueden responder con otros medicamentos anti-arrítmicos, como el sotalol o amiodarona. En el embarazo, el metoprolol tiende a ser el tratamiento de elección.

Si no se tiene éxito con maniobras físicas o medicamentosas o si el paciente se encuentre extremadamente inestables, a menudo se indica la cardioversión sincronizada, el cual es casi siempre efectiva.

Una vez que el episodio agudo ha terminado, el tratamiento continuo debe ser indicado para prevenir una recurrencia de la arritmia. Los pacientes que hayan tenido un solo episodio aislado o episodios infrecuentes y mínimamente sintomáticos, por lo general no requieren tratamiento, solo observación o seguimiento cardiológico regular.

Quienes tengan síntomas con más frecuencia o síntomas debilitantes como consecuencia de episodios de taquicardia SV, tienen la indicación de terapia preventiva medicamentosa como los agentes que bloquean al nódulo AV, tal como los beta bloqueantes y antiarrítmicos. Los riesgos de estas terapias farmacológicas deben ser medidas con los potenciales beneficios.

Para la taquicardia causada por reentrada, la mejor opción puede que sea la ablación por radiofrecuencia. Este es un procedimiento de bajo riesgo que usa un catéter dirigido al corazón para enviar energía por radiofrecuencia y destruir así los caminos alternos que producen la reentrada. La ablación tiene una demostrada eficacia del 99% en eliminar las taquicardias por reentrada y en ciertos casos de flutter auricular atípicos.

El ciclista Bobby Julich fue diagnosticado y tratado de una taquicardia supraventricular de reentrada, luego de los cual ocupó el 3.er lugar en el Tour de Francia 1998 y una medalla de bronce en los Juegos Olímpicos de Atenas 2004. El ex-Primer Ministro del Reino Unido, Tony Blair fue operado con ablación de un flutter, una de los subtipos de taquicardia supraventricular.[1]​ La estrella del pop de voz ronca, Anastacia le fue diagnosticada en 2008 esta dolencia y en la actualidad, en lugar de operarse, está tomando medicación.



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