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Tartagal



Tartagal es una ciudad del norte de Argentina, en la provincia de Salta. Está situada en el noreste de la provincia, en el Departamento General José de San Martín, del cual es cabecera. Por su economía, es la tercera ciudad en importancia de la provincia, después de Orán. Se destaca como un centro de extracción petrolera y gasífera, además de contar con una fuerte extracción en el sector maderero. En esta región también se encuentra la selva de las Yungas la cual tiene gran variedad de flora y fauna. La más importante destacar es que aquí todavía no está extinto el guacamayo verde en vida silvestre.

Se encuentra ubicada a 365 km de la capital provincial, Salta, 57 km de la frontera con Bolivia (por lo que se la considera una ciudad fronteriza), 103 de la frontera con Paraguay, y 1736 de Buenos Aires. Tartagal está conectada con el resto de la provincia y del país por medio de la Ruta Nacional 34 ya que no cuenta con aeropuerto.

Aloja una sede regional de la Universidad Nacional de Salta y de la Universidad Católica de Salta.

La localidad adopta el nombre de Tartagal debido a la gran cantidad de plantas de tártago que se encuentran en la zona con cuyas semillas se produce el aceite de ricino.

El lugar en donde se encuentra la ciudad era llamado por los nativos de la zona Ñancahuasu (río de las Corzuelas). A fines del siglo XIX, el Ejército Argentino lanza la Conquista del Chaco, con la cual el Estado Nacional domina a los pobladores originarios y extiende su autoridad en la zona, la que pasa a formar parte de la provincia de Salta.

Luego se extienden los ferrocarriles llevando cientos de trabajadores al entonces pueblo, que terminarían fijando allí residencia y comenzando un paulatino desarrollo urbano; al crearse la Estación del F.F.C.C. General Belgrano, se la bautizó con el nombre de Manuela Pedraza. Pero el lugar rápidamente adopta el nombre de Tartagal, por la gran cantidad de plantas de tártago, con cuyas semillas se produce el aceite de ricino.

A principios del siglo XX se descubrieron importantes yacimientos de petróleo; la cuenca representa el 25% de la producción total del país y cerca del 16% de la producción total de gas.

Simultáneamente a la llegada de vías y durmientes, la ciudad recibió una fuerte corriente migratoria desde el vecino país del norte, debido a la instalación en la zona de las oficinas de la Standard Oil Company, luego conocida por el nombre de ESSO, empresa seducida por el descubrimiento de las cuencas petrolíferas y de la extracción de los hidrocarburos.

La empresa nacional Yacimientos Petrolíferos Fiscales (YPF), fundada por el presidente Hipólito Yrigoyen en la década de 1920 y fuertemente valorizada durante los gobiernos de Juan Domingo Perón entre los años 40 y 50, fue desplazando a la Standard Oil, tanto en términos de producción como en términos de impacto social, ya que aseguraba trabajo, seguridad en el aspecto previsional, educación para los hijos de los trabajadores y decenas de beneficios que dignificaron la vida de los obreros, sin contar el flujo comercial que impactó positivamente en la zona.

En 1992, el presidente Carlos Menem decidió privatizar la exploración, extracción y exportación de petróleo y gas, que de esta forma pasaron principalmente a manos de la española Repsol. La privatización fue un duro golpe para la ciudad. El 90% de los antiguos trabajadores de la YPF estatal fueron despedidos, y miles de personas emigraron de la ciudad. En 1999 y en 2002-2003 la ciudad fue escenario de graves y violentos conflictos sociales como resultado del desempleo.

A principios de 2006 una crecida del río Tartagal provocó importantes destrozos, y el 9 de febrero de 2009 la situación se repitió causando al menos 2 muertos, 6 desaparecidos y graves daños en la infraestructura de la ciudad.[1]​ Esta segunda catástrofe provocó la visita de la presidenta Cristina Fernández de Kirchner, que destinó una importante suma en dinero para la restauración de obras públicas y para ayudar a los damnificados.

El clima de Tartagal es del tipo clima tropical húmedo con invierno seco (Cwa) , de acuerdo con la clasificación climática de Köppen.

La composición social de Tartagal se caracteriza por su diversidad cultural. En este municipio habitan Ocho etnias aborígenes: wichís (o weenhayek), chiriguanos, chanés, quechuas, chorotes, chulupíes y aymaras y Tobas Otro elemento importante de su conformación social es el componente migratorio que se suma a su población; por su cercanía a Bolivia, un alto porcentaje de sus habitantes son de origen boliviano. Tartagal fue el principal destino de la inmigración de la población campesino-ganadera del oriente (comúnmente conocidos como "chaqueños") Que se afincaron, al igual que los aborígenes, en barrios periféricos de la ciudad. También cuenta con importantes comunidades extranjeras: sirio-libanesas, paraguayas, españolas, entre las principales. Tartagal tiene una población heterogénea y muchos matices culturales.

El último censo del año 2010, determinó que la ciudad de Tartagal cuenta con una población de aproximadamente 64.530 habitantes,[4]​ siendo de este modo la tercera ciudad más poblada de la provincia, solo superada por la Capital provincial y por la ciudad de San Ramón de la Nueva Orán.

La sismicidad del área de Salta es frecuente y de intensidad baja, y un silencio sísmico de terremotos medios a graves cada 40 años.[7]



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