x
1

Tartufo



Tartufo o el impostor (Le Tartuffe ou l'Imposteur) es una comedia en cinco actos escrita en versos alejandrinos por Molière y estrenada en París el 5 de febrero de 1669 en el Teatro del Palais-Royal.

Orgón es un personaje principal que ha caído bajo la influencia de Tartufo (Tartuffe es el nombre dado a la trufa, un hongo escondido bajo tierra), un falso devoto, que busca quedarse con todos sus bienes. De hecho, los únicos que no se han dado cuenta de la verdadera naturaleza de Tartufo son Orgón y Madame Pernelle, su madre.

La obra fue presentada ante el rey antes de su estreno en una versión inconclusa con solo tres actos. Aun así, consigue indignar al partido de los devotos por su contenido. La Compañía del Santo Sacramento utilizó su influencia para conseguir que la obra se prohibiera. Veían en ella un ataque frontal a la religión y a los valores que ellos propugnaban. Es cierto que tras la crítica de la hipocresía, que es el tema principal de la obra, se esconde también un ataque al papel demasiado influyente que tenían algunos devotos directores espirituales, que en realidad eran saqueadores de herencias. De hecho, San Francisco de Sales en su obra Introducción a la vida devota publicada en 1608 había desarrollado ampliamente la figura de director espiritual que Tartufo personifica de forma verosimil para ser satirizada, lo que encolerizó al clero.[1]

Tras algunas vicisitudes, Molière trató de representar su obra con el título de Panulfo o el impostor en agosto de 1667. Pero tras la primera representación, el responsable de la policía prohíbe de nuevo la obra con el argumento de que «no es el teatro el sitio para predicar el Evangelio». El arzobispo de París, Hardouin de Péréfixe, llega a amenazar con la excomunión a cualquiera que represente o escuche la obra, a la que acusa de ser un virulento ataque a la religión.

Hay que esperar hasta febrero de 1669 para que Luis XIV de Francia autorice a Molière a representar su obra, que recupera además su título original de Tartufo.

El personaje Tartufo describió de manera tan excelsa al ser hipócrita que este nombre es utilizado ahora en el Diccionario de la Real Academia Española para definir a la persona hipócrita y falsa.

Al escribir esta obra, Molière ataca un bastión muy influyente: los falsos devotos. Entre ellos se encuentran hombres religiosos sinceros pero también manipuladores conscientes del poder que puede proporcionarles su devoción. Este segundo grupo es el que el autor ataca.

Con la situación doméstica que Molière refleja en el Tartufo quiere reflejar al mismo tiempo la situación política en Francia: Luis XIV, monarca absolutista de poder no discutido (comparable al de un padre de familia), estaba rodeado de una serie de personas que se dieron cuenta de que la única manera de mandar en Francia era acercarse al rey e influirle, presentándose como personas de pleno sentir religioso y moralidad intachable.

Molière quería que la autoridad real se ejerciese y se alejase a esas personas, que fueron las que no permitieron la representación del Tartufo (ni siquiera bajo el título El impostor), por lo que tuvo que alterar su obra en varias ocasiones. De hecho, el último acto enseña cómo la familia solo puede apelar a una fuerza exterior. Él quería que eso, trasladado al plano político, simbolizase que solo el rey y la justicia real podían resolver los problemas del pueblo francés.

El rey lo comprendió y levantó la prohibición de la obra en 1669.



Escribe un comentario o lo que quieras sobre Tartufo (directo, no tienes que registrarte)


Comentarios
(de más nuevos a más antiguos)


Aún no hay comentarios, ¡deja el primero!