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Teatro Romano de Cádiz



El teatro romano de Cádiz (Theatrum Balbi[2]​) se descubrió en el año 1980 en unas excavaciones arqueológicas destinadas a localizar el Castillo de la Villa. Hasta entonces solamente se habían visto algunas de sus galerías interiores sin identificar a que edificio pertenecían.

Desde 1980 hasta ahora se han ido sucediendo las actuaciones de recuperación del teatro romano de Gades. Actualmente, cuenta con un centro de interpretación al que se accede desde la Calle Mesón, 11-13 (Barrio de El Pópulo), en el que se pueden observar mediante pozos excavados en el suelo distintas zonas del teatro, como el escenario, la orchestra o las gradas de la proedria. Además, el centro ofrece al visitante la posibilidad de ver la cavea del teatro a través de grandes ventanales, conocer su historia por medio de paneles informativos, restos arqueológicos y un audiovisual en el que se muestra cómo era este edificio. Se puede acceder a la galería del teatro a través de uno de sus vomitorios, excavado bajo el suelo de la Posada del Mesón, un edificio que está junto al centro de interpretación. Asimismo, desde la galería se puede acceder por una pasarela a una zona acotada de la grada. El teatro fue abandonado en el siglo IV d. C. Sobre sus ruinas los musulmanes edificaron una fortaleza. En el siglo XIII el rey Alfonso X El Sabio reconquistó la ciudad. Hoy en día, hay edificios que se superponen al teatro como la Guardería Municipal, la Posada del Mesón, la Casa de Estopiñán y la Casa de Contaduría, construcciones que conforman parte del barrio del Pópulo que conserva en sus calles el trazado del antiguo barrio medieval, las murallas y tres de sus puertas.

El Teatro de Cádiz tiene ciertas características, que lo diferencian del resto de teatros romanos hallados hasta la fecha, como son:


Cuenta Estrabón que los gaditanos en un principio vivían en una ciudad muy pequeña; "más Bálbos el Gaditanós, que alcanzó los honores del triunfo, levantóles otra que llaman Nueva; de ambas surgió Didyme, cuyo perímetro, aunque no pasa de veinte estadios, es lo suficientemente grande para no sentirse agobiada de espacio". Y así se inició la construcción de la Neápolis y la de un teatro que, actualmente, está considerado como el más antiguo y el segundo más grande de Hispania. Todo un ejemplo del esplendor que vivió Gades en la Antigüedad clásica.

El edificio se abandonó a finales del siglo III y fue saqueado a partir de la centuria siguiente, aunque en época tardorromana, islámica y cristiano-medieval, los restos de su estructura fueron utilizados como almacenes, cuadras, parte de viviendas, etc.

El teatro romano de Cádiz surgió "dentro de los planes urbanísticos de una familia gaditana, los Balbo, en su intención de dotar a su ciudad de importantes edificios públicos, a imitación de su capital, Roma", cuenta el arqueólogo Ángel Muñoz Vicente. Los Balbo proyectaron ampliar el antiguo asentamiento fenicio construyendo otro nuevo junto a él. Este núcleo urbanístico es conocido como Neápolis, y de él se conocen, además del teatro, numerosos restos urbanos excavados en los últimos años. "Igualmente tenemos noticias de la existencia de otro importante edificio público, el anfiteatro, en el barrio adyacente al Pópulo, el de Santa María, en las cercanías de las actuales Puertas de Tierra", apunta Muñoz, para quien el teatro romano es "uno de los pocos edificios antiguos de nuestra Península que cuenta con referencias directas de los autores importantes de la época. Así, Cicerón, refiriéndose al mandato político de Balbo en Cádiz, alude a ciertos usos del edificio por este personaje en beneficio propio".

Si los restos del anfiteatro fueron visibles al menos hasta el siglo XVI –su perímetro aparece representado en un grabado de esa época de Antón de las Viñas– el teatro, por el contrario, estaba ya cubierto, o sus estructuras reutilizadas e integradas en la villa medieval erigida por Alfonso X el Sabio en el siglo XIII.

Del teatro no se sabía nada fuera de los textos clásicos, entre los cuales algunos indicios señalan que ya en el año 44 a. C. se habían representado en Gades obras de teatro como Iter, una autobiografía de Lucio Cornelio Balbo el Menor, para conmemorar su elección como magistrado local y en la que narraba su intervención en las guerras civiles; crónicas posteriores relatan que el propio autor lloró al contemplar la representación y recordar a Julio César, que había sido asesinado solo unos meses antes. También se habla del teatro en las Cartas a familiares de Cicerón en 43 a. C.: Asinio Polión, en carta a Cicerón afirma que, en los juegos organizados por Balbo en Gades, había en el teatro catorce filas de asientos reservadas a los caballeros.

Y aunque desde el siglo XVIII existen referencias a subterráneos en la zona –sin duda relacionadas con algunas de las galerías del monumento, y que hablan de pozos que permiten acceder a una rotonda con asientos de mármol– hubo que esperar hasta octubre de 1980 para que, de una manera inesperada y casual, afloraran los restos del teatro.

En 1980 los sondeos arqueológicos encargados por el Ministerio de Cultura al entonces director del museo de Cádiz, Ramón Corzo Sánchez, para delimitar la zona de expropiación para descubrir la alcazaba medieval deparara el hallazgo del monumento romano. Posteriores catas permitieron localizar las gradas superiores, y, poco a poco, se excavó un tramo de la galería y del graderío.

Hoy, del teatro romano perduran un buen número de filas de gradas de la media cavea y se han documentado las gradas inferiores de la ima cavea y la proedria, además de parte de la orchestra. Piedra ostionera, mármol y Hormigón romano, mortero de cal con piedras y un revestimiento de cal son los materiales con los que se construyó el monumento.

Ángel Muñoz indica que el sector superior de la summa cavea ha desaparecido tanto por la utilización de sus materiales para construir inmuebles en la época medieval como por la propia acción del mar. Pero junto a este sector socavado se ha conservado "excepcionalmente", dentro de otras construcciones, un tramo de muro curvo que corresponde a la fachada trasera del teatro, "así como parte del entramado que sostendría el graderío y el inicio de un pasillo o deambulatorio tras la fachada".

Entre esta zona y la primera línea de gradas conservadas se observa también una hilada de sillares de piedra ostionera "que quizás corresponda a la pared lateral de mayor radio de una galería superior, perdida en su mayor parte al arrancar la misma desde la cota de suelo que hoy pisamos". Por el oeste, el graderío se adentra bajo el ábside de la Catedral Vieja, la Casa de Contaduría eclesiástica, la Posada del Mesón y la Casa de Estopiñán, que conserva restos en la planta baja. Y por el extremo oriental el graderío entra bajo la Guardería Municipal y, por consiguiente, bajo los cimientos del castillo medieval.

Otro sondeo permitió en 1999 comprobar la existencia de otra bóveda simétrica a la documentada en la Casa de Estopiñán y permitía establecer la orientación del monumento y su diámetro: 120 metros.

Para Muñoz, el futuro del teatro "pasaría por un replanteamiento de la ordenación urbanística actual de un grupo de inmuebles de escaso o nulo valor arquitectónico e histórico" del siglo XIX, "cuyo derribo permitiría sacar a la luz el resto del edificio, pudiéndose visualizar totalmente la orchestra, el resto del graderío y la scaena del teatro más antiguo de Hispania".

Un nuevo proyecto de rehabilitación prevé recuperar el acceso primigenio y el perfil de su graderío. Desde el año 2017 hasta 2020, el proyecto de rehabilitación y restauración, dotado con 4.908.618 €, se propondrá mejorar los accesos y reforzar la relación e integración del enclave con su entorno urbano. El objetivo es dar valor al yacimiento “desde el punto de vista cultural, patrimonial y turístico”.[4]

El teatro de Gades, al ser muy antiguo, conserva muchas características de los teatros griegos, aunque con adaptaciones hechas por los romanos. Como era corriente hacer por ellos, se utilizó un desnivel del propio terreno para apoyar en la roca gran parte del graderío, que era de hormigón. Las técnicas constructivas son las características de la etapa republicana, sobre todo usaban el hormigón (opus caementicium), mortero de cal, cascotes y arena que era más resistente y salía más económico que la cantería tradicional.

Todo el graderío en la zona superior e intermedia iba cubierta con un revoco de cal y cerámica triturada, y la zona más cercana a la orchestra llevaba sillares.

Todos los teatros romanos eran en realidad una representación de la sociedad romana y sus clases sociales bien diferenciadas y separadas por pasillos llamados praecintios.

La excavación solo ha dejado al descubierto una porción del edificio, parte media del graderío y la galería que discurre bajo él, pero por ella podemos hacernos una idea aproximada de sus características. Se levantó aprovechando parcialmente la pendiente del terreno para apoyar sobre ella el graderío. Las ruinas de la escena y el pórtico que se abriría tras la orchestra permanecen sepultadas bajo el caserío del barrio del Pópulo.

Las técnicas constructivas son características de la etapa republicana; sobre la mampostería y el aparejo isodomo (sillares puestos en hiladas iguales) predomina el hormigón, opus caementicium, mortero de cal, cascotes y arena, de gran plasticidad, resistencia, y sin el costo ni la complejidad de la cantería tradicional. Con él se modeló todo el graderío, que en la zona intermedia y superior iba cubierto con un leve revoco de cal y cerámica triturada, opus signinum, mientras que en la más cercana a la orchestra llevaba un forro de sillares.

Presenta rasgos muy antiguos, con graderío en forma de semicircunferencia prolongada como una herradura, asientos distribuidos radialmente en varios sectores y perfil parabólico en la sección de las gradas para conseguir la acústica adecuada. Disposición similar tienen algunos teatros helenísticos tardíos, cuyos paralelos más cercanos se localizan en el sur de la península itálica y Sicilia.

Entrando en las ruinas, vemos que la summa cavea desapareció por la reutilización de las piedras en edificaciones medievales. El graderío, o cavea, aparece dividido en tres sectores. La summa cavea podría estar basada sobre muros anulares y radiales y constituida por un armazón de vigas de madera, quizás cubierta con un toldo o velarium apoyado en postes de madera. Perdura la mayoría de las filas correspondientes a la media cavea y se han documentado las gradas inferiores y parte de la orchestra; los dos sectores inferiores, apoyados sobre galerías abovedadas, se encuentran en muy buen estado de conservación.

Una zanja abierta en el eje del teatro permite observar una pequeña superficie de la zona inmediata a la orchestra y los asientos de la proedria, que estaban separados del graderío por un amplio pasillo.

Otro importante sector excavado es un amplio tramo de la galería que canalizaba la circulación de espectadores para acceder desde el exterior a los asientos de la zona media del graderío. Es de amplias dimensiones y se cubre con una bóveda anular de medio punto o de cañón. Al igual que en el exterior el material más utilizado es el hormigón.

Para construirla fue necesario recortar previamente la roca natural y luego, con sillares perfectamente labrados en la misma piedra, se levantó el muro externo, mientras en la parte inmediata al terreno natural se hizo un muro de hormigón de la misma altura. Sobre ambos se dispusieron cimbras de madera para formar la bóveda también con hormigón.

En el muro exterior se abren los vanos o vomitoria que comunican con el graderío, además de los lucernarios para iluminar el espacio de la galería. Se han localizado los cuatro vomitorios con los que contaba el teatro de Gades. En estos accesos observamos huellas de una reforma que debió realizarse cuando el edificio aún estaba en construcción.

El diseño original disponía una serie de escalones para salvar el desnivel existente entre la galería y el graderío, pero, por causas desconocidas, posiblemente problemas en la evacuación de las aguas pluviales, hubo que elevar el pavimento de la galería y en consecuencia anular parte de los escalones cubriéndolos con una rampa de sillería para salvar el nuevo desnivel.

En las zonas donde se ha destruido la rampa podemos observar que algunos escalones quedaron incluso sin terminar de tallar, labor que debía realizarse una vez colocados. Otros, que sí están acabados, no presentan el desgaste lógico provocado por el uso. Como consecuencia de esas transformaciones fue necesario transformar también la zona superior de los vomitorios, aumentando su altura.

Esta galería permanecía casi completamente colmatada hasta finales del siglo XX, ya que en ella desembocaba una antigua cloaca.

El que era el mayor teatro romano de Hispania debió tener, pese a ser el más antiguo también, una decoración acorde con sus dimensiones. En el museo de Cádiz se conservan trozos de cornisas de mármol con delicados adornos vegetales, además de varios fragmentos de frisos del frente escénico y varios tambores de columnas de alabastro, también de la escena. Otro elemento decorativo rescatado es un fragmento de estatua representando una figura masculina. También se han recuperado fragmentos de capiteles de columna, figurando hojas de acanto y volutas.



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