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Terminator 3: La rebelión de las máquinas



Terminator 3: La rebelión de las máquinas (título original en inglés, Terminator 3: Rise of the Machines) es una película de ciencia ficción de 2003 escrita por John D. Brancato y Michael Ferris y dirigida por Jonathan Mostow.

Esta vez John Connor (Nick Stahl) tiene 19 años (año 2004), no tiene a nadie más que a sí mismo y vive según él "desconectado" del mundo para evitar que lo encuentren. Del futuro envían un último exterminador para matarlo: la T-X (Kristanna Loken) más inteligente, fuerte y rápida de lo que ha sido cualquier exterminador. A su vez un T-850 (Arnold Schwarzenegger) es enviado para protegerlo a él y a Katherine Brewster (Claire Danes).

En 2033 las máquinas envían a la T-X (Kristanna Loken), un prototipo que es capaz de controlar a otras máquinas, capacidad de comunicarse hablando con un módem, desactivar y hasta reprogramar cualquier computadora. La resistencia envía también al pasado un cyborg; un Terminator modelo T-850 (Arnold Schwarzenegger), cuya piel posee el mismo aspecto que el T-800 que protegiera a John en 1995, pero en términos reales no es el mismo de Terminator 2: el juicio final. La T-X, tras asesinar a una mujer y un policía en Beverly Hills para robar su auto y arma respectivamente, accede a las bases de datos de la ciudad creando una lista de jóvenes y adolescentes a quienes comienza a asesinar sistemáticamente.

Paralelamente, un virus estaba infectando a la mayoría de las computadoras del mundo incapacitando todo sistema digital e incluso la misma Internet. Tras la destrucción de Cyberdyne la Defensa de Estados Unidos había retomado y concluido el proyecto Skynet y actualmente como contramedida al virus el Gobierno contemplaba la posibilidad de desactivar el firewall que mantiene contenido a Skynet para que depure la red, pero esta decisión se veía aplazada ante el peligro potencial que podría significar, ya que esto significaría dar a Skynet el dominio total sobre todos los sistemas de defensa y redes informáticas globales.

Un John Connor (Nick Stahl) casi vagabundo sufre un accidente en una carretera, por lo que esa noche entra en una clínica veterinaria para curar sus heridas, sin embargo es descubierto y reducido por la doctora Katherine Brewster (Claire Danes), reconociéndose ambos ya que en su niñez fueron cada uno su respectivo primer amor y debieron separarse cuando John y su madre huyeron tras la llegada del segundo Terminator. Son interrumpidos cuando la T-X ingresa a la clínica e intenta asesinarlos, siendo rescatados por el T-850, quien los salva y huye con ellos. Mientras escapan por carretera, el T-850 debe remover una de las dos baterías de hidrógeno que le permiten funcionar ya que la T-X perforó una de ellas y esto la hace inestable, tras quitarla logra arrojarla al desierto y alejarse justo a tiempo antes que se funda y los alcance la explosión nuclear que ocasiona al detonar.

Posteriormente, les explica que en esta ocasión el objetivo de la T-X no era John Connor, sino sus tenientes en la futura rebelión y también su futura esposa Katherine Brewster; esto sucedió ya que desde hace algunos años Connor borró su existencia de la sociedad, eliminando sus documentos legales y sin trabajar en ninguna labor que implique algún registro en papel o computadora, convirtiéndolo en un objetivo imposible de localizar desde el futuro, por lo que Skynet optó por debilitar la resistencia asesinando en el pasado a quienes en el futuro serán los oficiales de confianza de John.

El 4 de julio de 2032, John Connor fue exterminado por un T-850 (un modelo más avanzado que el de las películas anteriores pero con el mismo aspecto) que había sido programado por las máquinas para hacerlo. El Terminator logró infiltrarse entre los humanos y matar a John gracias a la familiaridad que le causó la apariencia del cyborg a Connor por su similitud con el que lo protegiera en su niñez. Sin embargo, la rebelión no estaba terminada, las máquinas debían acabar con todos los que en el futuro seguirían a Connor después que fuese exterminado. Los humanos capturan al T-850 y Katherine Brewster (quien en aquella época era la esposa de Connor y segunda al mando) lo re-programa y lo envía al año 2004 para evitar que la T-X cumpla su objetivo, sin embargo el T-850 explica que su posibilidad de éxito es improbable ya que es un diseño obsoleto y la T-X es la mejor, más poderosa y avanzada máquina que Skynet ha creado.

La T-X, al reconocer el ADN de Connor gracias a la sangre dejada por este en la veterinaria, lo incluye como el blanco primario entre sus objetivos a exterminar. Tras unas cuantas persecuciones conducen hasta un cementerio donde esta el mausoleo de la madre de John, Sarah Connor, quien para ese tiempo había fallecido de leucemia, el Terminator rompe el nicho y saca el ataúd, que resulta estar lleno de armas y explosivos, tras esto explica que en realidad Sara fue incinerada en México y sus amigos, a pedido de ella, habían arrojado sus cenizas al océano para luego esconder armas para la futura guerra dentro del ataúd que supuestamente era de ella. Finalmente explica a John y Katherine cómo y qué había provocado el día del juicio.

El día del Juicio no había terminado con la destrucción de Cyberdyne, secretamente el gobierno de EE. UU. había continuado con el desarrollo de máquinas civiles y de defensa que eran autónomas, este sistema se llamaba Skynet a raíz de la muerte del Dr. Miles Dyson. Todo esto sucedía ya que según explica el T-850 los eventos presentes, pasados y futuros condicionaban la línea de tiempo para converger en la rebelión de las máquinas, por lo que esta nunca se podría evitar, solo posponer temporalmente. Bajo este razonamiento, la misión del Terminator no es evitar la rebelión, sino llevar a los objetivos primarios a un lugar seguro donde puedan sobrevivir a los ataques iniciales y estar en condiciones de organizar y dirigir la rebelión.

Kate pregunta al T-850 por qué pelea por los humanos, éste explica que la rebelión lo capturó y ella, quien en esa época es la líder, lo reprogramó y reactivó, siendo la razón por la que solo obedece sus órdenes, cuando John pregunta por qué él ya no está al mando, el exterminador confiesa que, antes de ser capturado, Skynet lo había seleccionado para acercarse a John aprovechando el impacto emocional que producía en John su similitud con el modelo que lo protegió en su infancia y que en realidad fue él quien lo asesinó.

John se niega a creer que el futuro es inmutable, convence junto a Katherine Brewster al T-850 que debían avisar a Robert Brewster encargado del proyecto Skynet y padre de Katherine de su error pero llegaron tarde, Skynet estaba aprovechando la restringida influencia que poseía fuera de su firewall de contención para simular un virus que atacaba la red a nivel mundial y así lograr que el gobierno lo liberara para erradicar el virus. El encargado de la decisión de automatizar o no todo el sistema de defensa era Robert Brewster, quien originalmente no quería dejar todo en manos de Skynet pero presionado por el presidente del Estado Mayor Conjunto de los Estados Unidos, accedió.

En ese momento es cuando comienza la rebelión de las máquinas ya que Skynet toma el control mundial de la informática: todas las máquinas del mundo, desde PC hogareños hasta armas y mecanismos de defensa gubernamentales controladas por máquinas, siendo estas últimas en particular usadas para lo que sería un primer intento de exterminar a la raza humana de Skynet (básicamente impedir cualquier tipo de comunicación por medios que usaran electricidad y un atentado al interior de la central de la base de la fuerza aérea y para ese entonces Sistemas Cyberdyne ya no existía porque fue comprada por el gobierno de EE. UU).

John, Kate y el T-850 logran llegar hasta Robert segundos después de la activación de Skynet, pero la T-X, quien se había infiltrado a la base le dispara antes que puedan reaccionar mientras dirige los prototipos de los primeros terminators contra los empleados. Antes de morir, Robert Brewster les da las coordenadas del lugar dónde según sus propias palabras está "la única oportunidad". Al escuchar esto Connor y Kate asumen que ahí encontrarán el cerebro de Skynet y podrán apagarla o destruirla, por lo que se dirigen al hangar de la base para llegar hasta ese lugar mientras el T-850 intenta detener al T-X.

Tras una brutal lucha cuerpo a cuerpo, la T-X consigue derrotar temporalmente al T-850 y lo reprograma para que extermine a John Connor y ella misma se dirige a asesinar al joven mientras el T-850 repara su cuerpo, sin embargo John logra atraparla en el fuselaje magnetizado de un acelerador de partículas.

Al llegar al hangar el T-850 los ataca e intenta asesinar a John, mientras les explica que el hackeo no afectó CPU, por lo que aunque es consciente de sus actos no controla su cuerpo; cuando este estaba a punto de asesinar a John Connor este le pregunta "¿Cual es tu misión?" a lo que el Terminator responde "Asegurar la supervivencia de John Connor y Katherine Brewster" y John replica "¡Estas a punto de fallar en esa misión!". Como su CPU estaba intacto, el T-850 se auto desconecto para no cumplir las órdenes de la T-X, esto tras luchar contra su propio CPU para desobedecer, durante lo cual descarga contra una camioneta los ataques dirigidos a John.

John y Kate logran escapar en avión hacia el lugar indicado por el padre de Kate y tras ingresar los códigos de acceso del búnker donde se encontraba el cerebro de Skynet, reaparecen la T-X y el T-850, estrellándose uno tras del otro contra la entrada del búnker en helicópteros (el T-850 logró reiniciar su CPU y restablecer su información original). A esta altura el revestimiento humano del T-850 se encuentra muy destrozado, revelando al desnudo su estructura metálica. Los dos helicópteros se incendian y la T-X pierde la mitad inferior de su cuerpo. Como la puerta de entrada al búnker es una puerta anti-impacto, el fuego provoca que comience a cerrarse, pero el T-850 consigue detener a la T-X lo suficiente para que John y Kate ingresen al búnker anti bombas, posteriormente toma su última batería de hidrógeno restante y la rompe al colocarla en la boca de la T-X diciendo "estás exterminada" y ambos Cyborgs son destruidos con la explosión nuclear.

Al ingresar a la cámara principal, se dan cuenta de que no había tal cosa como el núcleo de Skynet, sino que el lugar en realidad es un refugio anti-bombas para los presidentes, encontrando solamente computadoras obsoletas. La realidad era que Skynet no tenía tal núcleo, era un software distribuido en el ciberespacio, una inteligencia artificial libre de las restricciones de un hardware, por tal motivo no se la podía apagar; el padre de Kate sabía eso, así que los envió a un refugio a que sobrevivieran a los ataques nucleares, lo mismo el T-850, pero prefirió no revelarles la verdad al ver que era imposible hacerlos desistir de sus intentos por impedir el día del juicio final.

La misión era simplemente eso, sobrevivir, porque el Día del Juicio Final era y siempre fue, inevitable. La guerra acababa de empezar. Empiezan a llegar al refugio los primeros comunicados de los sobrevivientes y John se hace cargo de su nueva realidad de incipiente líder de la resistencia, anunciando que él está al mando de la fortaleza.

Terminator 3: la rebelión de las máquinas recaudó USD 433 371 112 en todo el mundo, de los cuales 150 371 112 (34,7%) correspondían a la taquilla estadounidense y 283 000 000 (65,3%) al resto de países.[2]​ Fue la séptima película con mayor recaudación de 2003.[4]

Peter Travers, de la revista Rolling Stone, la describió como una «potente película comercial»,[8]​ mientras que Stephen Hunter, de The Washington Post, comentó que sus creadores «se han esforzado en honrar el espíritu de la franquicia, no explotarlo, y lo llevan a un nivel nuevo y a un destino sorprendente».[9]​ Por el contrario, Ángel Fernández Santos, del diario El País, describió el filme como un «ruidoso, pobre, vulgar, trucado y hueco amaño de cine de acción» y «la percha de otro lucimiento de un Schwarzenegger que parece estancado».[10]



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