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Textus Receptus



Textus Receptus (término en latín que significa ‘texto recibido’) es el nombre por el cual se conoce el texto griego del Nuevo Testamento editado por Erasmo de Róterdam (Desiderius Erasmus) e impreso por primera vez en 1516 y luego, corregido, en 1519, 1522, 1527 y 1533. Este texto representa a un conjunto de manuscritos en lengua griega del Nuevo Testamento, de los cuales los más antiguos datan aproximadamente del siglo X, y son la base de muchas traducciones clásicas de la Biblia, como la Biblia del Oso en español como diferentes traducciones en otros idiomas (versiones anteriores a 1881). Buenaventura y Abrahán Elzevir introdujeron el término textus receptus como parte del prefacio a su edición del texto en 1633.[1]​ No debe confundirse con el Texto masorético, del Antiguo Testamento en hebreo.

La coincidencia entre las diferentes ediciones es tan exacta, menos de 1% de variantes, que de ahí que muchos tomen el Textus Receptus como una misma edición, cuando la última edición, la del dr. Scrivener de 1881/1894, es la última de casi 40 ediciones y revisiones, lo que convierte al Textus Receptus en el texto del Nuevo Testamento griego más revisado hasta hoy.

A partir de 1512, Erasmo comenzó a trabajar para la impresión una edición latina del Nuevo Testamento, para lo cual recopiló variados manuscritos de la Vulgata y para corregir su traducción se apoyó en manuscritos griegos. En abril de 1515 acordó con el impresor Johann Froben la publicación de su traducción latina y de un texto griego que le sirviera como base. A partir de julio de 1515, usó siete manuscritos para realizar la edición griega: los Minúsculos 1eap, 1rK, 2e, 2ap, 4ap, 7p y 817.[2]

Para cada libro del Nuevo Testamento comparó al menos tres o cuatro de los manuscritos, excepto en el Apocalipsis, que solamente estaba en uno de los manuscritos y desgraciadamente a éste le faltaba la última hoja con seis versos. Decidió retraducir este final del latín al griego, tomándolo de la variante textual libro vitae de la Vulgata, que en Apocalipsis 22:19 en lugar de decir απο του ξυλου ("del árbol") dice απο βιβλου ("del libro"), una lectura que no se encuentra en ningún manuscrito griego. En algunos otros casos también incorporó el texto de la Vulgata Latina, como por ejemplo en Hechos 9:5-6. Esto sumado al hecho de que los manuscritos en los que se basó representan una forma tardía del texto bizantino hizo necesario un gran progreso hasta llegar al grado de restablecimiento del texto griego tal como lo exponen hoy los textos maestros más modernos [como ser el de Nestle-Aland, Merk, Bover, entre otros].[3][4]​ Estos últimos toman como base manuscritos mucho más tempranos, como ser el Códice Sinaitico (siglo IV) o el Códice del Vaticano 1209 (siglo IV), tomando en cuenta otros como el Papiro 46 (cuya datación es cercana al año 200 de nuestra era) o el Papiro 75 (Siglo III), entre tantos otros.[5]

La impresión comenzó el 2 de octubre de 1515 y terminó el 1 de marzo de 1516, publicada con el título de Novum Instrumentum omne. La versión en griego, la primera impresa en la historia, contenía sin embargo varios errores tipográficos.

La segunda edición, corregida en 440 sitios, apareció en 1519 y utilizó también en manuscrito griego conocido como Minúsculo 3 o Codex Cosendocensis. Estaba titulada como Testamentum y contenía también la nueva traducción latina de Erasmo.[6]López de Zúñiga reprochó a Erasmo que en su texto faltaba la parte de 1 Juan 5, ahora conocida como Coma Juanina, y Erasmo respondió que no la había encontrado en ningún manuscrito griego. Erasmus prometió insertarla en ediciones futuras con la condición de que se encontrase un solo manuscrito griego con esa frase.

La segunda edición fue utilizada por Lutero para su traducción de la Biblia al alemán.

La tercera edición, de 1522, difería de la anterior en 118 lugares e incluyó la cláusula añadida conocida como Coma Juanina, ya que posteriormente fue encontrada en un único manuscrito de elaboración tardía del siglo XVI, la Minúscula 61, aunque Erasmo expresó sus dudas sobre su autenticidad en sus «Anotaciones».[7]

En la Cuarta Edición de 1527, Erasmo mejoró su texto usando la Políglota complutense y en el libro del Apocalipsis introdujo 90 modificaciones. En el resto del texto esta edición sólo difería de la tercera en 20 lugares. Se imprimió en tres columnas paralelas, que contenían el texto griego, la versión latina de Erasmo y la Vulgata.

En noviembre de 1533 Juan Ginés de Sepúlveda envió a Erasmo una descripción del antiguo manuscrito vaticano, informándole de que difería del texto que él había editado en 365 lugares a favor de la Vulgata.[8]​ En otra carta que envió a Erasmo en 1534, Sepúlveda le informó que los manuscritos griegos estaban alterados a partir de la Vulgata.[9]

La quinta edición de Erasmo fue publicada en 1535, un año antes de su muerte. Dejó de lado la Vulgata. Del resto, esta edición difería de la cuarta sólo en 4 lugares.

Robert Estienne, conocido como Stephanus, un impresor de París, publicó el Nuevo Testamento griego en cuatro ocasiones, en 1546, 1549, 1550 y 1551, la última en Ginebra. Las dos primeras están entre los textos griegos más bellos conocidos, y conocida como O mirificam. La tercera edición incluye un instrumental crítico en el que manuscritos citados se refieren al texto, marcados por símbolos (de α para ις). Usó la Polyglotta Complutense (simbolizada por α) y 15 manuscritos griegos. Entre estos se incluyó el Códice de Beza, el Códice Regius y los Minúsculos 4, 5, 6, 2817, 8 y 9. Significó el primer paso hacia la moderna crítica textual y se conoce como la Editio Regia. La edición de 1551 contiene la traducción latina de Erasmo y la Vulgatae introdujo por primera vez la división del Nuevo Testamento en versículos.

La tercera edición de Estienne fue utilizada por Teodoro de Beza, quien la editó nueve veces entre 1565 y 1604. En el aparato crítico de su segunda edición entre los manuscritos utilizados incluyó el Codex Claromontanus y el Nuevo Testamento siríaco publicado por Emmanuel Tremellius en 1569.

El lector de habla hispana puede remitirse a la Biblia Paralela (publicada por Editorial Vida) para contrastar una versión [Reina-Valera 1960] de las Sagradas Escrituras traducida del Textus Receptus con otra [Nueva Versión Internacional] basada en ediciones modernas del texto griego ( ver Comprendamos cómo se formó la Biblia de Neil R. Lightfoot, Editorial Mundo Hispano, pp. 208-209, 211-212).

A continuación veremos algunas de las diferencias que podemos encontrar entre el Textus Receptus (con todas las características de manuscritos del siglo XIV y XV —The Text of the New Testament and Introduction to the Critical Editions and to the Theory and Practice of Modern Textual Criticism de Kurt Aland y Barbara Aland, Eerdmans Publishing, p. 4—) y textos más modernos (confeccionados sobre manuscritos que llegan incluso a principios del siglo II —el Papiro 52 se data como cercano al 125 de nuestra era—).

Para la cita del Textus Receptus lo exponemos tal como aparece en Novum Testamentum Textus Stephanici A.D. 1550. En cuanto al texto moderno que nos servirá de ejemplo es The Greek New Testament cuarta edición revisada editado por Sociedades Bíblicas Unidas.

Textus Receptus: οπως η σου η ελεημοσυνη εν τω κρυπτω και ο πατηρ σου ο βλεπων εν τω κρυπτω αυτος αποδωσει σοι εν τω φανερω.

Reina-Valera 1960: "para que sea tu limosna en secreto; y tu Padre que ve en lo secreto te recompensará en público."

The Greek New Testament (SBU): ὅπως ᾖ σου ἡ ἐλεημοσύνη ἐν τῷ κρυπτῷ· καὶ ὁ πατήρ σου ὁ βλέπων ἐν τῷ κρυπτῷ ἀποδώσει σοι.

Nueva Versión Internacional: "para que tu limosna sea en secreto. Así tu Padre, que ve lo que se hace en secreto, te recompensará."

Textus Receptus: οτι τρεις εισιν οι μαρτυρουντες εν τω ουρανω ο πατηρ ο λογος και το αγιον πνευμα και ουτοι οι τρεις εν εισιν και τρεις εισιν οι μαρτυρουντες εν τη γη το πνευμα και το υδωρ και το αιμα και οι τρεις εις το εν εισιν

Reina-Valera 1960: "Porque tres son los que dan testimonio en el cielo: el Padre, el Verbo y el Espíritu Santo; y estos tres son uno. Y tres son los que dan testimonio en la tierra: el Espíritu, el agua y la sangre; y estos tres concuerdan."

The Greek New Testament (SBU): ὅτι τρεῖς εἰσιν οἱ μαρτυροῦντες, τὸ πνεῦμα καὶ τὸ ὕδωρ καὶ τὸ αἷμα, καὶ οἱ τρεῖς εἰς τὸ ἕν εἰσιν.

Reina Valera Actualizada (Editorial Mundo Hispano): "Porque tres son los que dan testimonio: el Espíritu, el agua y la sangre; y los tres concuerdan."

Nos damos cuenta de que algunas diferencias entre el Textus Receptus y las ediciones críticas modernas son importantes. Esto ha llevado a que el Textus Receptus tenga defensores y detractores. Sus defensores lo llaman también "Majority Text" o ‘Texto Mayoritario’, ‘Texto de la Mayoría’. Esto se debe a que la mayoría de los manuscritos griegos presentan la forma bizantina del texto —recordemos que esta es la misma que la del textus receptus—. Esto parecería suficiente razón creer en una superioridad del Textus Receptus sobre los textos modernos. Sin embargo, este dato por sí solo no implica que el texto sea más fiel, es decir, más cercano al original, a la autógrafa. ¿Por qué decimos esto? Bueno, toda esa gran cantidad de manuscritos podrían ser copias (directa e indirectamente) de un solo manuscrito. La gran similitud entre los manuscritos bizantinos nos debería hacer pensar en esta posibilidad. Además al momento de determinar lo confiable de un manuscrito debemos considerar cuan cercana al original es tal copia. Recordemos que las ediciones críticas modernas consideran también manuscritos varios siglos más antiguos que los que conforman el llamado Texto Mayoritario.

Otro aspecto importante es que, el hecho de que un manuscrito sea del siglo X, por ejemplo, no implica que su lectura sea menos antigua que un manuscrito del siglo IV d.C. lo que conlleva, y esta aceptado por cada vez más críticos textuales que el Texto Mayoritario tiene lecturas tan antiguas como el Texto Crítico, sino más y se esta reconsiderando de nuevo, un ejemplo de esto es el Nuevo Testamento Interlineal de Hernández Ardura.

Vale recordar que el nombre técnico que reciben los escritos originales es Autógrafa y que es a las copias en el idioma original a las que se denomina manuscritos. La autógrafa original de los textos bíblicos no existe, pero si manuscritos de gran antigüedad, siendo los más importantes en lo que refiere a las Escrituras Hebreoarameas, a inicios del siglo XXI los Manuscritos del Mar Muerto o Escritos de Qumram (que son manuscritos del Antiguo Testamento).

Edward Hills fue el primer crítico textual que defendió al Texto Recibido.[10]​ Parte de la defensa de la superioridad del tipo textual bizantino del Nuevo Testamento, realizada a finales del siglo XIX por J. W. Burgon y Edward Miller,[11]​ valora los trabajos de Erasmo, Stephanus y Beza y además se centra en exponer diversos argumentos doctrinales. Aunque otros expertos han defendido el Texto Recibido, algunos parten de argumentos fundamentalmente doctrinales no están reconocidos como críticos textuales (por ejemplo Theodore Letis, David Hocking) o sus obras no están en un nivel erudito (por ejemplo Terence H. Brown o D. A. Waite).[12]

Wilbur Norman Pickering ha hecho un completo resumen de los argumentos que desde el punto de vista de la crítica textual permiten defender el Texto Recibido y el tipo de texto bizantino en que se basa.[13]​ Sin embargo, la debilidad de los argumentos de Wilbur Norman Pickering han sido puestos en evidencia por el Dr. Daniel B. Wallace, profesor de griego y de Nuevo Testamento del Dallas Theological Seminary.[14]

Otro aspecto a tener en cuenta es la coincidencia de pasajes propios de lecturas en el Texto Recibido o del Texto Mayoritario en autores cristianos primitivos. Por ejemplo en Lucas 23:34 la oración intercesora de Jesús en la cruz, "Y Jesús decía: Padre, perdónalos, porque no saben lo que hacen. Y repartieron entre sí sus vestidos, echando suertes." En el Texto Crítico se duda de dicho pasaje que es atestiguado por el Textus Receptus y el Texto Mayoritario, y por escritores tales como Clemente de Roma en su epístola clementina XI del siglo I d.C., por Irineo de Lyon en su III contra las herejías, Taciano, Hegesipo, etc.

Y muchos más pasajes como Hechos 8:37, Mateo 6:13, 1 de Juan 4:3, Lucas 22:43-44, Marcos 9:24, Juan 1:18, 3:13 5:3-4, 1 Corintios15:47, 1 Jn 5:7 entre otros casos.

Con estos ejemplos se demuestra que aunque haya manuscritos antiguos que encajan más, no siempre, con el Texto Crítico, hay citas, traducciones y evidencias que están de parte de las lecturas del Texto Receptus.



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