La pregunta sin respuesta (inglés: The Unanswered Question) es una de las obras más conocidas del compositor estadounidense Charles Ives.
Originalmente era la primera parte de la obra Two Contemplations (‘Dos contemplaciones’) compuesta en 1906, emparejada con otra obra llamada Central Park in the Dark. Como sucede con muchas obras de Ives, permaneció desconocida buen tiempo hasta mucho más tarde, siendo publicada por primera vez en 1940. Hoy las dos obras son comúnmente consideradas como obras distintas e independientes, y pueden ser interpretadas separadamente o en conjunto.
El título completo que Ives dio originalmente a la composición fue A Contemplation of a Serious Matter (Una contemplación de un asunto serio) o The Unanswered Perennial Question (La perenne pregunta sin respuesta).
Ives pulió la partitura en 1908, luego entre 1930 y 1935 trabajó en una versión de ella para orquesta sinfónica. El estreno de esta versión fue el 11 de mayo de 1946, interpretado por una orquesta de cámara estudiantil de la Juilliard School dirigida por Theodore Bloomfield. El mismo concierto presentó los estrenos de Central Park in the Dark y su Cuarteto de cuerdas n.º 2. La versión original de la obra no fue estrenada sino hasta marzo de 1984, por Dennis Russell Davies y la American Composers Orchestra en Nueva York (Mortensen 2005)
Su biógrafo Jan Swafford la considera «una especie de collage en tres niveles distintos, coordinados ásperamente». Los tres niveles involucran la instrumentación para un cuarteto de cuerdas, un cuarteto de maderas y una trompeta sola. Cada nivel tiene su propio tempo y tonalidad. El mismo Ives describió la obra como un «paisaje cósmico» en el que las cuerdas representan «el silencio de los druidas, que no saben, no ven, ni oyen nada». La trompeta entonces lanza «la perenne pregunta de la existencia» y los vientos buscan «la respuesta invisible» pero la abandonan frustrados, de modo que al final sólo es contestada por el silencio.
Leonard Bernstein dio la siguiente descripción de la obra:
Bernstein también habla de cómo las cuerdas van tocando tríadas tonales opuestas a la frase atonal de la trompeta. Al final, cuando la trompeta pregunta por última vez, las cuerdas «[se] prolongan calladamente en una tríada pura de sol mayor hasta la eternidad» (Bernstein 1976, 269).
Jan Swafford escribió otro punto de vista:
Henry y Sidney Cowell dirían:
Linda Mack reveló su sentir sobre The Unanswered Question:
En la «Nota a los intérpretes», [Ives] indica que los grupos deben trabajar independientemente.
David Jaffe (1996) cree que hay un texto o letra que va con la música:
Según él, el texto de la obra fue ensamblado por el compositor a partir de fragmentos de obras de Carl Sandburg, Tertuliano, Leo Tolstoi, Lenin, Rudyard Kipling, Matthew Arnold y Sir Arthur Conan Doyle. Es el siguiente:
Wanting the Impossible
Credo quia impossibile.
Pure... sorrow is as impossible as pure... joy.
The substitution of the proletarian for the bourgeois state is impossible without a violent revolution.
I am the Prophet of the Utterly Absurd,
Of the Patently Impossible and Vain.
Still bent to make some port he knows not where,
Still standing for some false impossible shore.
How often have I said to you
that when you have eliminated the impossible,
whatever remains, however improbable,
must be the truth?
Escribe un comentario o lo que quieras sobre The Unanswered Question (directo, no tienes que registrarte)
Comentarios
(de más nuevos a más antiguos)