El supereón Precámbrico es una división informal de la escala temporal geológica, es la primera y más larga etapa de la historia de la Tierra —más del 88 %—, que engloba los eones: Hádico, Arcaico y Proterozoico. Este supereón comenzó cuando se formó la Tierra, hace entre 4567,9 y 4570,1 millones de años y terminó hace 542,0 (±1,0) millones de años. Duró aproximadamente 4027 millones de años y dio paso al eón fanerozoico / era paleozoica / período cámbrico. El estudio del Precámbrico es muy complejo, pues en general las rocas formadas durante este tiempo están muy transformadas por diferentes ciclos orogénicos (deformación tectónica, metamorfismo, etc.) y los fósiles son muy escasos.
Las rocas precámbricas son principalmente ígneas y metamórficas. En el cratón de Kaapvaal (Sudáfrica), en el cratón de Pilbara (Australia Occidental) y en Suramérica en la zona conocida como escudo guayanés y en Groenlandia se encuentran las rocas terrestres más antiguas datadas en 3800 millones de años aproximadamente.
La Comisión Internacional de Estratigrafía divide este supereón en tres eones:
En ese tiempo se produjeron los siguientes acontecimientos: formación de la litosfera, hidrosfera, la atmósfera, el origen y la evolución temprana de la tierra.
El material más antiguo que se conoce en el planeta Tierra tiene una edad que oscila entre 4100 y 4200 millones de años de antigüedad y corresponde a unos granos de mineral de zircón. Pero algunos meteoritos, que se considera se formaron al mismo tiempo que la tierra, permiten asignar a la tierra una edad de 4550 millones de años.
Al calentarse la Tierra, el vulcanismo expulsó vapor de agua y dióxido de carbono a la atmósfera primitiva (protoatmósfera), que estaba además compuesta por gases reductores, como el amoníaco. Sin embargo faltaba totalmente el oxígeno.
El vapor de agua se acumuló en la atmósfera hasta que la temperatura terrestre descendió por debajo de los 100 °C, hace unos 3800 millones de años, y entonces se solidificaron las primeras rocas. De esta misma época hay indicios de una primera cubierta líquida (océano primigenio), al precipitar el vapor de agua a la corteza terrestre y comenzar a acumularse sales.
Los primeros núcleos continentales, llamados cratones, se movían sobre un manto caliente y chocaban entre sí. Las colisiones de estos núcleos primitivos plegaron la Tierra y formaron las primeras montañas.
Las agrupaciones de todos los cratones en un único continente, se produjo tres veces durante el Proterozoico.
Durante el transcurso del eón Proterozoico ocurrieron dos grandes orogenias, la última de las cuales coincide con una gran glaciación (periodo de enfriamiento global, con nevadas, avance de glaciares en las montañas y engrosamiento de la capa de hielo en los mares fríos).
Una vez conseguida una estabilidad tanto cortical (corteza suficientemente espesa, diferenciada y rígida), como atmosférica (desaparición de amoniaco, metano, ácido sulfhídrico, etc., y reemplazo por oxígeno y nitrógeno), desde hace unos 2500 millones de años, el clima de la tierra se estabilizó y ya estaba preparado el escenario para la proliferación y evolución de la vida.
La primera corteza continental se formó a partir del manto superior terrestre en un período que oscila entre los 3800 y los 2800 millones de años de antigüedad. Se formaron andesitas y basaltos, siendo muy numerosas las intrusiones graníticas.
Los científicos creen que esta corteza continental primitiva, rica en silicatos de aluminio, era más fina, más caliente y discontinua que la corteza actual.
A las zonas constituidas por esta primera corteza, se les denomina escudos, y forman el núcleo de los actuales continentes. En alguno de ellos llegan a constituir la mayor parte, como en el caso del continente americano en el Macizo Guayanés o en las Sierras de Ventania y en el continente africano. Los escudos más antiguos son los de África y Groenlandia, con una edad que puede llegar hasta los 3500 millones de años de antigüedad.
Es probable que al final del precámbrico se diera una dinámica de placas similar a la actual.
La vida se origina en el Precámbrico, muy probablemente en el mar.
Los fósiles precámbricos son muy escasos, pero excepcionalmente se conservan restos de alguno de los organismos primitivos que vivieron entonces, o bien sus impresiones o huellas.
La carencia de fósiles precámbricos se puede deber a que prácticamente la totalidad de los organismos debían ser de cuerpo blando y desprovistos de partes duras que pudieran fosilizar.
Otra de las posibles causas de la escasez de fósiles es que los sedimentos del Precámbrico han sufrido diferentes etapas de metamorfismo a lo largo de la historia geológica y se han destruido la mayor parte de los restos de organismos que pudieran haber quedado englobados en ellos.
En islas que se encuentran al occidente de Groenlandia se han encontrado rocas de 3800 millones de años de antigüedad que podrían tener origen orgánico. Se han encontrado en Australia occidental rocas que contienen numerosos microfósiles. Los más antiguos tienen alrededor de 3460 millones de años y corresponden a primitivas bacterias bien preservadas. Son especialmente abundantes los estromatolitos —capas y masas semiesféricas de carbonato cálcico—, formados por la actividad de cianobacterias, que pueden llegar a tener 1400 millones de años de antigüedad.
Hace unos 670 millones de años, corales blandos, medusas, anélidos y otros animales de cuerpo blando aparecieron en mares poco profundos y en las orillas de los continentes (véase fauna de Ediacara).
En el transcurso del Proterozoico los océanos y la atmósfera fueron sufriendo cambios. Las sales que el agua de lluvia disolvía de la tierra emergida y llevaba hasta los mares hicieron que aumentara su concentración salina.
Hace 2800 millones de años las cianobacterias comenzaron a producir oxígeno que empezó a acumularse en la atmósfera. 300 millones de años después, hace 2450 m. a., se produjo un aumento más rápido en la producción de oxígeno, causando lo que se conoce como «la Gran Oxidación». La reacción del oxígeno con el hierro presente en los mares produjo la formación de importantes depósitos sedimentarios de óxidos de hierro bandeados, actualmente explotados como principal fuente de dicho elemento.
Hace 1800 millones de años, a partir del oxígeno atmosférico, se formó una capa de ozono que protege a los seres vivos de la letal radiación ultravioleta del Sol.
En cuanto al clima, se alternaron periodos de clima desértico con épocas frías y húmedas, e incluso algunos periodos glaciales muy intensos, como los del período Criogénico.
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