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Medusa (animal)



Las medusas (Medusozoa), también llamadas aguamalas, malaguas, aguavivas, aguacuajito, aguacuajada, o lágrimas de mar, son animales marinos pertenecientes al filo Cnidaria (más conocidos como celentéreos); son pelágicos, de cuerpo gelatinoso, con forma de campana de la que cuelga un manubrio tubular, con la boca en el extremo inferior, a veces prolongado por largos tentáculos cargados con células urticantes llamados cnidocitos. Aparecieron hace unos 500 millones de años en el Cámbrico.[1]

Para desplazarse por el agua se impulsan por contracciones rítmicas de todo su cuerpo; toman agua, que se introduce en su cavidad gastrovascular, y la expulsan usándola como "propulsor".

El concepto de medusa es tanto taxonómico como morfológico. Muchos cnidarios tienen una alternancia de generaciones, con pólipos sésiles que se reproducen asexualmente y medusas pelágicas que llevan a cabo la reproducción sexual. Solo los antozoos carecen de forma medusa; las otras tres clases de cnidarios (hidrozoos, escifozoos y cubozoos) poseen forma pólipo y forma medusa; dichas medusas presentan características distintivas en las tres clases, de modo que se puede hablar de hidromedusas, escifomedusas y cubomedusas respectivamente.

Las medusas tienen forma de campana o sombrilla. La zona aboral (el polo opuesto a la boca, véase simetría radial) es convexa y se denomina exumbrela y la zona oral, cóncava, subumbrela. De ésta cuelga el manubrio, en el extremo del cual se abre la boca. Del borde de la exumbrela cuelgan varios tentáculos provistos de numerosos cnidocitos, las células urticantes típicas de los cnidarios.

El tejido que forma su cuerpo se denomina mesoglea y, a diferencia de los pólipos, es típicamente muy grueso; suele ser gelatinoso, pero puede alcanzar consistencia cartilaginosa en algunas especies.

La cavidad gastrovascular de estos animales posee un estómago central del que parten bolsas gástricas o diversos canales radiales, que pueden continuarse dentro de los tentáculos; de este modo, los nutrientes pueden distribuirse con mayor facilidad por todo el cuerpo. Su organismo está formado aproximadamente por un 95 % de agua.

Del huevo se libera una larva llamada plánula pelágica en forma de pera y completamente ciliada que, cuando encuentra un sustrato apropiado, se fija y se transforma en un pólipo asexual; los pólipos producen medusas sexuadas que cierran el ciclo.

En las clases Hydrozoa y Scyphozoa, los pólipos se reproducen asexualmente formando yemas de las cuales surgirán medusas sexuadas, cosa que no ocurre en Cubozoa:

La mayoría de las medusas tienen los sexos separados (dioicas). Durante la reproducción sexual, las medusas liberan los gametos (óvulos y espermatozoides) en el agua, donde se produce la fecundación, o bien los espermatozoides fecundan los óvulos en el interior del cuerpo de la medusa hembra.

Algunos tipos de medusa son bioluminiscentes, es decir, brillan. Tanto algunas medusas marinas como dulceacuícolas tienen esta capacidad. Las medusas usan su bioluminiscencia para advertir a sus depredadores de su toxicidad. Un ejemplo de medusa bioluminiscente es la hidromedusa gelatina cristal (Aequorea victoria).

Las medusas poseen tentáculos formados por células urticantes, o nematocistos, que usan para capturar presas y como forma de defensa. Estas células contienen una cápsula con un filamento tóxico (venenoso). Al contacto con una presa, los filamentos se eyectan e inyectan veneno. Los tentáculos de medusas muertas que a veces se encuentran en las playas pueden ser venenosos durante varias semanas.[2]

La toxicidad de la picadura de la medusa varía según la especie. La mayoría de las medusas que encuentran los bañistas provocan picaduras dolorosas y con una sensación de ardor, pero pasajeras. Sin embargo se aconseja a los bañistas salir del agua inmediatamente, porque existe la posibilidad de padecer un shock anafiláctico y ahogarse.[3]​ La medusa más venenosa es la avispa marina.[4]

Las picaduras de la medusa fisalia, también llamada carabela portuguesa (Physalia physalis) y ortiga de mar (Chrysaora quinquecirrha) rara vez son mortales. Las picaduras de la medusa avispa de mar (Chironex flecheri, Chiropsalmus quadrigatus) pueden causar la muerte en minutos.

Algunos peces como el "chicharro" son inmunes al veneno de las medusas y por eso las utilizan como escondite de los posibles predadores.

Las medusas de los géneros Cyanea y Physalia llegan a tener tentáculos de hasta 40 metros, en los cuales algunos peces se refugian. Pero en contacto con el hombre, se pueden producir ciertas reacciones alérgicas que podrían causar la muerte.

Cotylorhiza tuberculata

Pelagia noctiluca

Rhizostoma pulmo

Physalia physalis

Las relaciones filogenéticas estarían conformadas por las siguientes clases:[5]

 Stauromedusae

 Hydrozoa

 Cubozoa

 Scyphozoa

Las medusas Rhopilema (Rhopilema hispidum y Rhopilema esculentum) y Nemopilema nomurai son comestibles.[6]



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