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Tirinto



Tirinto o Tirinte (en griego antiguo Τίρυνς y en moderno Τίρυνθα) es un emplazamiento arqueológico micénico en el nomos griego de la Argólida en la península del Peloponeso, algunos kilómetros al norte de Nauplia.

Tuvo asentamientos desde el Neolítico y alcanzó su cénit entre el 1400 a. C. y el 1200 a. C. Sus elementos más notables fueron su palacio, sus túneles o pasadizos y dos anillos de murallas ciclópeas, sobre todo estas últimas, puesto que le otorgaron a la ciudad el epíteto homérico de Tirinto, la de grandes murallas. Su acrópolis recibía el nombre de Licimna.[1]

En la mitología griega, se decía que la ciudad tomó su nombre de Tirinto, un hijo de Argos y nieto de Zeus.[2]​ La tradición indicaba que los cíclopes, venidos desde Licia, habían amurallado la ciudad cuando Preto se apoderó de ella.[3][4][1]​ Entonces Tirinto, Midea y el Hereon formaban parte del mismo reino, mientras Argos era controlado por Acrisio.[5]​ El nieto de este, Perseo, fundador de Micenas, intercambió Argos con Megapentes, hijo de Preto, y así se convirtió en rey Tirinto.[6][7]​ También se asocia la ciudad con Heracles: al servicio de Euristeo, que reinaba en Tirinto, realizó los doce trabajos;[8]​ además se cuenta que despeñó a Ífito desde las murallas de la ciudad.[9]​ Algunas fuentes sitúan aquí su nacimiento.[10]

En el Catálogo de las naves de la Ilíada formaba parte de los territorios acaudillados por Diomedes, durante la Guerra de Troya.[11]

Tirinto estuvo habitada desde el Neolítico (7º-4º milenio a. C.), lo que se ha constatado a través de restos de cerámica. Al 3º milenio a. C., la Edad del Bronce temprana, pertenecen los restos arquitectónicos más antiguos. Su época de apogeo coincide con el de la civilización micénica, a partir del año 1600 a. C., especialmente entre el 1400 y el 1200 a. C.[12]

El lugar llegó a su declive con el fin del período micénico, puesto que en torno a 1200 a. C. fue destruido por el fuego, probablemente a causa de un terremoto, aunque hay indicios de que quizá hasta el año 1050 a. C. mantuvo asentamientos en la parte baja.[13]

En el periodo clásico es citada entre las ciudades que aportó soldados en la batalla de Platea,[14]​ hasta que después de las Guerras Médicas fue destruido, al igual que Micenas, por un ejército de Argos, que pretendía así aumentar su poder en la zona.[15][16]​ Parte de sus habitantes aumentaron la población de Argos[17]​ y otros se refugiaron en Epidauro, en Hermione y en Halias.[1]Pausanias visitó sus ruinas en el siglo II a. C.[2]

En el periodo bizantino había un pequeño asentamiento cuyo fin debió coincidir con la toma de Argos por el Imperio Otomano en 1379.[18]

En Tirinto se han realizado excavaciones dirigidas por el Instituto Arqueológico Alemán y por la Sociedad Arqueológica de Grecia. Heinrich Schliemann y Wilhelm Dörpfeld excavaron el lugar en 1884-1885; entre 1905 y 1929 las excavaciones fueron dirigidas por Dörpfeld, Georg Karo y Kurt Müller; a mediados del siglo XX Nikolaos Verdelis rehabilitó una parte de la fortificación que se había derrumbado; a partir de 1967 las excavaciones nuevamente estuvieron a cargo del Instituto Arqueológico Alemán, dirigidas por Ulf Jantzen, Jörg Schäfer, Klaus Kilian y Joseph Maran.[18][19]

La acrópolis de Tirinto se divide en tres niveles: superior, medio e inferior.

En la parte superior se hallaba el palacio, que tuvo tres fases diferentes de construcción: la primera hacia el año 1450 a. C. y posteriormente fue ampliado en el siglo XIV a. C. y también en el siglo XIII a. C.[20]​ Estaba defendido no solo por su doble muralla sino que también estaba dispuesto para que se tuviese que transitar por una serie de patios cerrados y atravesar dos puertas en forma de H (propileos) antes de alcanzar el pórtico de entrada al megaron.

El famoso megaron del palacio de Tirinto tiene un amplio vestíbulo, habitación principal en la que estuvo el trono frente a la pared de la derecha y una chimenea central rodeada de cuatro columnas de madera de estilo minoico que servían de soporte para el techo. Aquí fueron halladas pinturas al fresco que se encuentran expuestas en el Museo Arqueológico Nacional de Atenas.

En la parte este y sur de la acrópolis hay dos galerías o casamatas abovedadas que están adosadas a las murallas y que podrían haber tenido una función defensiva o de almacenaje.

Con respecto a las murallas, destaca el bastión occidental, que llega a tener una anchura de 7 metros. En la parte norte de las murallas hay un gran número de estancias cuya función, al igual que las galerías, podría haber sido de almacenaje o defensiva.

Sobre el sector oriental del megaron hay un edificio pequeño que se cree que era un templo del periodo geométrico pues allí se hallaron restos de ofrendas que se encuentran en el Museo Arqueológico de Nauplia.[21][22]

En la parte inferior de la acrópolis se encuentran accesos a pozos que suministraban agua. Fuera de las murallas hay restos de viviendas, construcciones funerarias y sistemas de canalización de las aguas. En Tirinto no han aparecido tablillas con inscripciones en lineal B pero sí se han hallado algunos signos en este sistema de escritura inscritos en cerámica.[23]

Se reconoció el sitio arqueológico de Tirinto, junto con el de Micenas, como Patrimonio de la Humanidad por la Unesco en 1999.[24]



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