Travesía (urbanismo)

Travesía, en urbanismo, puede designar diferentes tipos de vía, bien en el propio centro urbano o en su entorno. Por lo general denomina a la callejuela que une dos calles principales, o al camino que une de manera transversal dos vías o caminos mayores.^[1]​ También se denomina así a un tramo de calle que atraviesa una población (travesía como calle principal).^[2]​ Fernández de los Ríos las definió como «calle subalterna que sirve de comunicación entre dos más importantes, de una de las que suele tomar el nombre».^[3]​

Su etimología la presenta como forma femenina de travesío (camino o vía transversal), y este a su vez de través.^[4]​ Es pues sinónimo de vía o camino transversal o traviesa, además de nombre alternativo para pasaje, calleja o callejuela.^[5]​

Aunque común en toda España, algunas capitales como Madrid conservan en su callejero buen surtido de vías enunciadas como travesías (en 1850, Monlau catalogaba 58);^[6]​ así, por ejemplo la Travesía de Cabestreros y la de Primavera en Lavapiés, o las del Almendro, Trujillos o el Reloj en el barrio de Palacio, en el distrito Centro... frente a otras ya desaparecidas como la Travesía de Moriana, callejuela engullida por el trazado de la Gran Vía madrileña,^[7]​ aunque inmortalizada por el escritor Benito Pérez Galdós en las páginas de su novela La de Bringas.^[8]​ Además de las más relativamente modernas travesías de San Mateo, la Cruz Verde o la de Pozas, en el antiguo Barrio de Maravillas.