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Trochilidae



Los colibríes (Trochilidae), también conocidos como picaflores, chuparrosas, tucusitos, pájaros mosca, ermitaños o quindes, son un conjunto de aves apodiformes endémicas de América que cuenta con más de 300 especies.[1]​ Son unas minúsculas aves americanas que se caracterizan por el colorido de su plumaje, su forma de volar y por los hábitos peculiares de alimentación que poseen. Emiten un zumbido con las alas, que mueven con mayor rapidez que las de cualquier otra ave, hasta el extremo de que no se distinguen cuando vuelan.

Según algunos autores, como Charles Sibley, forma su propio orden Trochiliformes, para otros está clasificada dentro del orden Apodiformes junto con los vencejos. Entre sus integrantes se encuentran algunas de las aves más pequeñas del mundo. La familia de colibrí comprende más de 100 géneros que se dividen en un total de 330 a 340 especies.

La familia se divide en dos subfamilias:

Frecuentan lugares donde crecen las madreselvas y otras plantas similares, ya que se alimentan del néctar y los pequeños insectos que encuentran en el interior de las flores. Como van de una a otra planta, también contribuyen a polinizarlas, al igual que hacen las abejas.

Los colibríes sólo pueden posarse en las ramas, ya que se ven imposibilitados para andar o correr sobre el suelo. Construyen sus nidos empleando telas de araña, musgo y líquenes, y los aseguran a las ramas y hojas resistentes, bastante por encima del nivel del suelo.

Entre sus integrantes se encuentran algunas de las aves más pequeñas del mundo. Su distribución geográfica es fundamentalmente neotropical, si bien se extiende desde Alaska a Tierra del Fuego.[2]

Los picaflores o colibríes se alimentan del néctar de flores y son polinizadores importantes, especialmente de flores con corola de forma tubular. Al igual que las abejas, pueden calcular la cantidad de azúcar en una flor y pasar por alto las que no son adecuadas a sus necesidades. Prefieren un contenido de azúcar de alrededor del 25 % y si baja a menos de 15 % no lo beben. El néctar es un alimento energético, pero es pobre en proteínas, vitaminas y minerales. Por eso los picaflores suplementan su alimentación con insectos y arañas y especialmente usan estos para alimentar a sus crías.

La mayoría de los picaflores tienen picos largos, finos y rectos, pero en algunas especies la forma del pico está adaptada para una alimentación especial. Los del género Chalcostigma tienen picos cortos y filosos para alimentarse de flores con corola corta y para perforar la base de las de corola larga. Otros tienen un pico curvo que usan en flores con corola de esa forma tales como las de la familia Gesneriaceae. Los de Avocettula recurvirostris son curvados hacia arriba como los de avocetas, familia Recurvirostridae.

Las dos partes del pico del picaflor se superponen y calzan de tal forma que el picaflor puede abrir ligeramente el pico y sacar la larga lengua cuando liban néctar.

Al igual que Nectariniidae y a diferencia de otras aves el picaflor tiene una lengua que puede curvar los bordes formando un tubo que le permite libar néctar.[3]

Debido a que el vuelo del picaflor consume una gran cantidad de energía, pasa gran parte del tiempo en reposo y necesita comidas frecuentes, consumiendo pequeños invertebrados además de néctar. En total consume hasta cinco veces su peso corporal por día. En promedio pasan 10 a 15 % de su tiempo alimentándose y 75 a 80 % reposando y digiriendo.

Los picaflores son nectarívoros especializados (Stiles, 1981) y están vinculados a flores ornitófilas de las cuales se alimentan y a las que polinizan. Algunas especies, por ejemplo el colibrí picoespada (Ensifera ensifera) son aún más especializadas. Han coevolucionado con un número limitado de especies de flores y presentan adaptaciones a tales flores, como la forma desusada del pico. Esta coevolución se refleje en la relación existente entre los rasgos morfológicos de los colibríes como longitud del pico, curvatura del pico y masa corporal y la morfología de las plantas en caracteres como longitud de la corola, curvatura y volumen.[4]

Las flores polinizadas por picaflores suelen tener colores en matices de rojo, naranja y rosado brillante; si bien no vacilan en visitar flores de otros colores. Los picaflores pueden ver ondas luminosas próximas al ultravioleta, pero las flores visitadas por picaflores no reflejan tales ondas a diferencia de muchas flores polinizadas por insectos. Es posible que esto sirva para que estas flores sean menos atractivas para los insectos y que estos no las visiten ni roben el néctar.[5][6]

El néctar de flores polinizadas por picaflores suele tener un contenido de azúcar de alrededor de 25 % y altas concentraciones de sacarosa, mientras el de las flores polinizadas por insectos tiene mayores concentraciones de azúcar y predominan la fructosa y glucosa.[7]



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