x
1

Troya (película)



163 minutos (Edición De Estreno En Cines)

Troy (Troya en España e Hispanoamérica) es una película estadounidense-británica épica-de acción de 2004 dirigida por Wolfgang Petersen y protagonizada por Brad Pitt, Eric Bana y Orlando Bloom.[3]​ Está basada en el poema épico La Ilíada de Homero,[3]​ pero incluye material de su continuación La Odisea, también de Homero, y de La Eneida de Virgilio, además de otras fuentes. Asimismo, la película incorpora en su historia completas divergencias del mito presentado en las obras griegas, quitándole varios de los elementos fundamentales de su trama.

La película narra una historia protagonizada por Héctor, Paris y Aquiles donde se enfrentan los troyanos y los helenos, y se muestran los valores culturales de la Grecia aristocrática y guerrera, incluyéndose la aparición del Caballo de Troya.[3]

El ejército de Agamenón, rey supremo de Grecia va con su ejército a invadir un reino pero el rey enemigo no lo acepta definiendo la conquista entre uno de sus hombres y Aquiles, pero cuando el rey lo llama este no está y mandan a un niño a buscarlo. El niño llega a una aldea y entra en una choza donde encuentra a Aquiles durmiendo. Este va con el ejército y lucha contra el guerrero y lo vence, no por lealtad a Agamenón a quien Aquiles desprecia, sino para salvar la vida de cientos de soldados. Mientras, en Esparta el príncipe troyano Héctor y su hermano menor Paris son invitados a una fiesta en el palacio del rey espartano Menelao para consolidar la paz entre Troya y Esparta. Paris, sin embargo, mantiene un romance secreto con la esposa de Menelao, Helena, a quien convence para irse con él a Troya. Durante el viaje, Paris revela a Héctor que ha metido a Helena furtivamente en el barco, lo que enfurece a Héctor, ya que sabe que tales acciones podrían provocar una guerra entre Troya y Grecia.

Al enterarse de que Helena se ha ido con Paris, un enfurecido Menelao se reúne con su hermano Agamenón y le pide que lo ayude a conquistar Troya como venganza. Agamenón desea conquistar Troya para hacerse con el control del mar Egeo, así que acepta. Pero Néstor, amigo de Agamenón, le dice a este que, a pesar de la magnitud del ejército griego, necesitarán la ayuda del rey mirmidón Aquiles.

De parte de Agamenón, el rey itacense Ulises trata de convencer a Aquiles para que se una a la campaña. En un principio, Aquiles se niega a luchar para Agamenón, a quien odia por considerarlo un tirano sediento de poder, pero accede cuando su madre, Tetis, predice que, aunque morirá en Troya, su nombre y sus hazañas se recordarán por siempre.

En Troya, Héctor, Paris y Helena reciben una gran bienvenida por parte de los troyanos. El rey Príamo recibe amablemente a Helena, pero luego habla a solas con Héctor para decidir qué hacer con ella. Héctor insiste en que lo más inteligente sería devolver a Helena a Esparta, pero Príamo descarta la idea, argumentando que si lo hicieran, Paris iría con ella y Menelao lo mataría. Finalmente, decide enfrentarse a los griegos cuando lleguen, confiando en que Troya se encuentra protegida por sus altas murallas y por el dios Apolo.

Cuando los griegos llegan a la playa de Troya, son combatidos por soldados troyanos dirigidos por Héctor. Los griegos se hacen rápidamente con la playa, teniendo especial protagonismo en el combate Aquiles y sus mirmidones. Aquiles permite que Héctor y los soldados troyanos supervivientes regresen a la ciudad. Los mirmidones saquean el templo de Apolo y capturan a una sacerdotisa troyana llamada Briseida (prima de Héctor y Paris) y se la entregan a Aquiles, pero Agamenón rencorosamente se la arrebata con la intención de abusar de ella como esclava. Indignado por esto, Aquiles decide que él y los mirmidones no intervendrán en la guerra hasta que Agamenón se lo implore.

Al día siguiente, el enorme ejército griego se presenta ante las murallas de Troya, y Héctor y Paris se enfrentan a Agamenón, Menelao y los demás reyes griegos. Paris, quien se siente culpable por la situación, propone que él y Menelao luchen en un combate a muerte por el derecho a Helena. Ansioso de vengarse y contando con que vencerá, Menelao acepta, no sin antes planear en secreto con Agamenón que los griegos atacarán Troya en cuanto Menelao mate a Paris. Menelao humilla y hiere a un inexperto Paris, quien finalmente no puede contener su miedo e intenta huir.

Indignado por la actitud cobarde de Paris, Menelao se dispone a matarlo, pero es asesinado a traición por Héctor. En la batalla que sigue, los arqueros troyanos matan a muchos griegos y Héctor mata al poderoso Áyax. Por insistencia de Ulises, Agamenón ordena a regañadientes la retirada a los barcos. Una vez allí, Ulises dice a Agamenón que, si quieren tener posibilidades de ganar la guerra, deben hacer lo posible por recuperar la lealtad de Aquiles. Algunos hombres de Agamenón intentan torturar a Briseida, pero Aquiles la defiende y se la lleva a su tienda. Se convierten en amantes, y Aquiles decide que él y los mirmidones regresarán a Grecia al día siguiente, pese a las súplicas de Ulises a Aquiles para que se quede y luche.

Esa noche, durante el consejo y a pesar de la opinión de Héctor de que es mala idea, Príamo ordena retomar la playa de Troya y obligar a los griegos a huir. Para sorpresa tanto de los griegos como de los troyanos, los mirmidones se unen a la batalla, dirigidos en apariencia por Aquiles. Héctor lucha contra él y le corta la garganta, pero al quitarle el yelmo descubre que en realidad es Patroclo, el joven primo y aprendiz de Aquiles. Devastados, los griegos y los troyanos deciden no luchar más por ese día, y Ulises hace saber a Héctor que Patroclo era el primo de Aquiles.

Cuando el verdadero Aquiles se entera de que Héctor ha matado a Patroclo, se enfurece y jura venganza. Haciéndose una idea de lo que le va a pasar, Héctor enseña a su mujer, Andrómaca un túnel secreto para salir de Troya, diciéndole que lo use para escapar con su hijo y con todos los troyanos que pueda en caso de que él muera y caiga la ciudad.

Al día siguiente, Aquiles se presenta ante las murallas de Troya y llama enfurecido a Héctor, quien sale a enfrentarse con él y resulta ser un digno rival, pero aun así Aquiles lo mata y se lleva su cadáver al campamento griego, arrastrándolo con su carro.

Disfrazado, Príamo entra furtivamente en el campamento y se reúne con Aquiles, a quien suplica que le permita llevarse el cadáver de Héctor a Troya para organizarle un funeral apropiado a su hijo, además de que le hace ver que sus ansias de venganza contra Héctor no estaban del todo justificadas. Conmovido y avergonzado por sus acciones, Aquiles accede y además permite que Briseida regrese con Príamo a Troya y promete 12 días de tregua mientras duren los funerales de Héctor. Posteriormente, Aquiles da permiso a sus mirmidones para regresar a Grecia, pero él decide quedarse en Troya, argumentando que tiene una batalla pendiente.

Al enterarse de las acciones amistosas de Aquiles con Príamo, Agamenón se enfurece y afirma que conquistará Troya 'aunque le cueste 40000 griegos'. Alarmado porque Agamenón podría llevarlos a la destrucción, a Ulises se le ocurre una forma de conquistar Troya sin que más griegos mueran. Durante los 12 días que dura la tregua, los griegos construyen un gran caballo de madera y esconden sus naves para dar la impresión de que se han ido, dejando en la playa soldados griegos muertos por la peste.

Creyendo que los griegos se han ido y que el caballo es una ofrenda para el dios Poseidón, Príamo decide introducir el caballo en la ciudad para llevarlo al templo de Poseidón, a pesar de que Paris no está de acuerdo.

Esa noche, los griegos que se habían escondido dentro del caballo salen y abren las puertas de Troya, permitiendo así que todos los griegos entren en la ciudad y comenzando así el saqueo de Troya. Andrómaca se lleva a Helena y a otros troyanos a través del túnel que le enseñó Héctor, pero Paris decide quedarse en Troya para luchar y buscar a Briseida que ha desaparecido, así que le entrega la espada de Troya (espada que previamente le había dado su padre) a un joven que también huye de la ciudad, y que resulta ser Eneas (protagonista de la Eneida), dándole instrucciones de proteger a los troyanos en su ausencia y buscarles un nuevo hogar.

En el saqueo, Príamo y el general troyano Glauco son asesinados por Agamenón y Ulises, respectivamente, pero Briseida logra matar a Agamenón. Aquiles finalmente encuentra a Briseida (a quien había estado buscando durante todo el saqueo), pero recibe varias flechas por parte de Paris (la primera de ellas en el talón, que se suponía que era su punto débil) y justo antes de morir se despide de Briseida y la anima a huir de la ciudad. Paris y Briseida huyen de Troya justo antes de que los griegos encuentren el cuerpo de Aquiles. Posteriormente, una vez destruida la ciudad, los griegos incineran los cuerpos de sus guerreros caídos, siendo Ulises quien se encarga del cuerpo de Aquiles.

A diferencia del poema original de Homero, donde Menelao recupera a Helena al final de la guerra, y la lleva de nuevo a vivir consigo, en esta película Paris y Helena consiguen fugarse juntos de Troya. La película privilegia así el amor sobre el honor, contrariamente al texto de Homero, donde el honor es el valor más importante.

Desde un punto de vista cultural, la película sigue a Homero al ignorar cualquier tipo de relación homoerótica entre Aquiles y Patroclo (como en general, entre cualesquiera personajes)[4]​. Asimismo, al presentarlos no como amantes sino como simples parientes, concretamente primos, se atiene a la tradición mítica griega, que en cualquiera de sus variantes genealógicas presenta a los dos héroes como primos (al ser Patroclo hijo de Menecio y este medio hermano de Éaco, abuelo de Aquiles) o incluso primos hermanos (si se acepta que la madre de Patroclo no era Egina, sino Polimela, hija de Peleo)[5]​.




Escribe un comentario o lo que quieras sobre Troya (película) (directo, no tienes que registrarte)


Comentarios
(de más nuevos a más antiguos)


Aún no hay comentarios, ¡deja el primero!