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V.S. Ramachandran



Vilayanur S. "Rama" Ramachandran es un neurólogo indio conocido por su trabajo en los campos de la neurología de la conducta y de la psicofísica. Es director del Center for Brain and Cognition, profesor en el Departamento de Psicología y del currículum de Neurociencias en la Universidad de California, San Diego y profesor adjunto de Biología en el Instituto Salk de Estudios Biológicos.

Ramachandran ha sido elegido como miembro del All Souls College, Oxford, y del Royal Institution, Londres (que también le ha otorgado la medalla Henry Dale). En el 2003 protagonizó las Reith Lectures en la BBC, y en el 2007, el presidente de la India le otorgó el título de Padma Bhushan. Richard Dawkins le ha llamado “El Marco Polo de la Neurociencia”, y Eric Kandel le bautizado como "el Paul Broca moderno". La revista Newsweek le nombró miembro de "El Club del Siglo", como una de las "100 personas más destacadas a las que seguir" en el siglo XXI.

V.S. Ramachandran nació en Tamil Nadu, India hijo de un diplomático indio, y pasó gran parte de su juventud en el extranjero, en Asia principalmente.[1]

Se graduó de título de Medicina en el Stanley Medical College en Madras, India, y posteriormente se doctoró en el Trinity College en la Universidad de Cambridge. Los primeros trabajos de Ramachandran fueron sobre la percepción de la visión, pero es más conocido por sus experimentos en neurología de la conducta, los cuales, a pesar de su aparente simplicidad, han causado un profundo impacto en la forma en la que pensamos sobre el cerebro.


Ramachandran ha seguido dos carreras paralelas; una, en el estudio de la percepción visual, usando métodos de psicofísica, que le permite crear inferencias sobre lo que una persona está viendo basándose en lo que describen, y otra, en neurología, en particular dirigida a explicar varios síndromes neurológicos. Se le atribuye a Ramachandran el uso de la retroalimentación visual para tratar el dolor del miembro fantasma (la caja con espejo), la rehabilitación de afectados por el impacto de Rayos, y del «síndrome de dolor regional complejo». También es conocido por sus nuevos experimentos y especulaciones (junto con Edward Hubbard y David Brang) en el campo de la sinestesia y por haber suscitado un renovado interés por este fenómeno ignorado desde hace mucho tiempo. Sus trabajos más recientes se centran en la causa del autismo.

Ramachandran ha publicado unos 180 artículos en publicaciones científicas. Veinte han aparecido en la muy prestigiosa publicación científica Nature, y muchos otros han aparecido en revistas como Science, Nature Neuroscience, Perception y Vision Research. Es autor del famoso libro Fantasmas en el Cerebro que ha sido traducido a nueve idiomas y ha sentado las bases de una serie en dos partes de Channel 4 TV de la BBC (Reino Unido) y un programa especial de una hora para la PBS (EE. UU.). Es el editor de la Enciclopedia del Cerebro Humano (2002), y es coautor de la columna bimestral "Illusions" en "Scientific American Mind.

Las dos fases de su carrera se pueden resumir como sigue:

Las primeras investigaciones de Ramachandran se centraban en la visión humana usando métodos de psicofísica para obtener inferencias claras sobre los mecanismos que subyacen en el cerebro para procesar la visión.

Se le atribuye el haber descubierto varios nuevos efectos visuales e ilusiones: la más notable la de la percepción del ralentizamiento del movimiento bajo equiluminancia (cuando rojo y verde se ven con igual brillo), la percepción estereoscópica usando contornos fantasmas, el aprendizaje estereoscópico, la percepción de forma desde sombras, y captación del movimiento. Inventó (junto a Richard Gregory) el rellenado de "escotomas artificiales" y descubrió un nuevo "efecto remanente del ruido dinámico". También inventó una clase de estímulos (contornos fantasmas) que activan selectivamente la vía magnocelular en la visión humana y que ahora se usan para diagnosticar la dislexia.

El trabajo de Ramachandran (junto con el de otros colegas, incluyendo a Patrick Cavanagh, Ken Nakayama, y Alan Gilchrist) inició una revolución "neo-gestalt" en el estudio de la visión – siguiendo la tradición de Irvin Rock, Bela Julesz, Julian Hochberg, y Richard Gregory (y la generación de gestaltistas anterior: Kurt Koffka, Wolfgang Kohler, Stuart Anstis, y Max Wertheimer). Este trabajo ha potenciado una nueva era de experimentos y modelos de Inteligencia Artificial de la visión.

El área en la que Ramachandran ha hecho las contribuciones más importantes es el estudio de los síndromes neurológicos para investigar los mecanismos neurológicos que subyacen en la función mental humana. Es especialmente conocido por la simplicidad y elegancia de sus experimentos — generalmente usando equipos de muy baja tecnología e intentando dar respuesta a cuestiones fundamentales sobre las funciones cerebrales. Los trabajos más conocidos de Ramachandran son: los miembros fantasma, el autismo, la negligencia (neurológica), su caja con espejo, y sus más recientes trabajos sobre la sinestesia.

Cuando un brazo o pierna es amputado, los pacientes continúan sintiendo vívidamente la presencia de su miembro perdido como un "miembro fantasma". Al comienzo de los años 90, Ramachandran comenzó a utilizar este fenómeno como una sonda para explorar la plasticidad neuronal en el cerebro humano adulto. Ramachandran sugirió que los miembros fantasma podrían ser debidos a cambios en el cerebro más que a cambios en los nervios periféricos. Las sensaciones de los miembros se localizan en el córtex somatosensorial de forma estructurada, dando lugar a una representación que suele denominarse homúnculo somatosensorial. La representación sensorial de la mano se localiza próxima a la del brazo, la del pie, próxima a la de la mano, y así sucesivamente. La cara se localiza en la proximidad de la mano. Debido a la forma en la que la superficie del cuerpo está representada en el cerebro, la estimulación de la mejilla debería suscitar sensaciones en el miembro fantasma si el cerebro se reorganiza tras la amputación, pero no sería así si los cambios sólo fueran periféricos. Por ejemplo, si después de una amputación de un brazo, se toca la cara en el mismo lado del cuerpo el paciente experimenta sensaciones en su brazo fantasma; las sensaciones (tacto, temperatura, vibración, etc.) se trasladan de la cara al brazo de una forma ordenada (la disposición somatotópica). Ramachandran y sus colegas demostraron por primera vez la reestructuración que tenía lugar mostrando que al ser tocados en diferentes partes de la cara los pacientes creían que estaban siendo tocados en diferentes partes de su miembro amputado.[2]

Ramachandran conjeturó (y lo demostró usando MEG) que cuando un brazo es amputado, el área cortical liberada que correspondía al brazo perdido es "invadida" por neuronas que responden a la estimulación en la cara que normalmente sólo se activarían en la región de la cara en el homúnculo cortical. Las señales de la cara se activarían entonces en el área de la mano original del córtex y los centros cerebrales superiores interpretarían esta activación como proveniente de la mano fantasma.[3]​ Los resultados prueban que el cerebro es altamente flexible, y que no está determinado desde el nacimiento tal y como se creía anteriormente.

La mayoría de los pacientes con brazos fantasma sienten que pueden mover estos miembros, pero en muchos el fantasma está fijado o "paralizado", a menudo en una postura forzada que resulta tremendamente dolorosa. Ramachandran sugirió que esta parálisis se debe a que cada vez que el paciente intenta mover el miembro paralizado, recibe información sensorial (a través de la visión y de la propriocepción) de que el miembro no se mueve. Esta información queda fijada en el circuito cerebral a través de un proceso de aprendizaje hebbiano de modo que, incluso cuando el miembro ya no está presente, el cerebro ha aprendido que el miembro (y el subsiguiente fantasma) está paralizado. Para superar esta parálisis aprendida, Ramachandran creó la caja espejo en la cual un espejo se coloca verticalmente frente al paciente e hizo que los pacientes mirasen el reflejo en el espejo del brazo normal, de modo que el reflejo se superponía ópticamente a la localización imaginada del fantasma (creando así la ilusión óptica de que el fantasma había resucitado). Curiosamente, si el paciente movía su mano normal al tiempo que miraba su reflejo, no sólo veía moverse al fantasma (como era de esperar), sino que también notaba como se movía. En algunos pacientes esto parecía eliminar el dolor en el fantasma.



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