Valdeprado del Río es un municipio y localidad de la comunidad autónoma de Cantabria, España. Se encuentra en la comarca de Campoo-Los Valles y limita al norte con los municipios de Campoo de Enmedio y Las Rozas de Valdearroyo, al sur con Valderredible, al oeste con Valdeolea y la provincia de Palencia y al este con la provincia de Burgos, ambas provincias son parte de la comunidad autónoma de Castilla y León.
Este municipio tiene como principales medios de transporte la A-67 y la N-611.
El actual municipio de Valdeprado del Río se conformó en 1868 como unión de las antiguas hermandades campurrianas de Valdeprado y los Carabeos, que se habían convertido ya en municipios en 1822. La unión derivó en el actual municipio, que conservó el nombre de la primera hermandad, donde también recayó la capital del mismo, hasta que en 1873 la capital fue trasladada a Arroyal de los Carabeos.
Si accedemos a Valdeprado (localidad) desde el cruce que hay cercanos Reocín de los Molinos, atravesaremos un cerrado bosque de roble que se extiende hasta el frente oriental del hayedo de Costumbría, en la falda del Peña Castillo. Muy grato es el paisaje de esta parte del municipio al que da el nombre el pueblo, especialmente desde el alto de la ermita de Santa Marina.
El municipio, que tiene una superficie de 89,33 km², cuenta según el padrón municipal para 2017 del INE con 323 habitantes y una densidad de 3,62 hab./km².
Como se ve en la gráfica, a principios del siglo XX el municipio llegó a sobrepasar los 2500 habitantes. Desde entonces se inició un lento descenso demográfico, que se acrecentó en las décadas de 1950 y 1960 fruto del éxodo rural que vivió el mundo rural español en esa época. A partir de 1990 la población se estancó en cifras muy bajas, sobrepasándose hoy en día, por poco, los 300 habitantes, en un municipio que tiene una extensión considerable. Es el séptimo municipio de Cantabria con menos población.
Población de derecho según los censos de población del INE. Población según el padrón municipal de 2017.
Hasta 1910 se denominaba Valdeprado.
Entre 1860 y 1877, crece el término del municipio porque incorpora a Los Carabeos.
El municipio está compuesto por núcleos de población muy pequeños. Solo la capital, Arroyal de los Carabeos, supera los 50 habitantes. Hay varias localidades que ni siquiera llegan a los 10 habitantes censados estando, en la práctica, deshabitados gran parte del año. De hecho hay una ruta de senderismo denominada PRS-34 Ruta de los Pueblos Abandonados, que recorre varias localidades del municipio.
Desglose de población según el Padrón Continuo por Unidad Poblacional del INE.
Jaime Soto Marina (PP) es el actual alcalde del municipio. Las siguientes tablas muestran los resultados de las elecciones municipales celebradas en el año 2003 y 2007.
De acuerdo con la Contabilidad Regional que realiza el Instituto Nacional de Estadística, en el año 2014 la renta per cápita de Valdeprado del Río era de 10 046 euros por habitante, por debajo de la media regional que se sitúa en 13 888 € y la estatal (13 960 €).
El concepto de deuda viva contempla sólo las deudas con cajas y bancos relativas a créditos financieros, valores de renta fija y préstamos o créditos transferidos a terceros, excluyéndose, por tanto, la deuda comercial.
Deuda viva del ayuntamiento en miles de Euros según datos del Ministerio de Hacienda y Ad. Públicas.
La deuda viva municipal por habitante en 2014 ascendía a 146,42 €.
El caserío de Valdeprado del Río (localidad) se reparte en seis pequeños barrios en los que encontramos buenas muestras de arquitectura rural, de manera especial en el barrio de la carretera, en donde se agrupan una serie de casas valiosas fachadas. La iglesia Parroquial de Santa María la Mayor es uno de los mejores edificios gótico-barrocos que tenemos oportunidad de analizar en esta guía de Campoo os Valles. Presenta nave única y cabecera recta reforzada con contrafuertes oblicuos y escalonados que se prolongan también por el muro norte para contrarresto de las presiones ejercidas por los tres tramos de bóvedas de terceletes y combados que cubren el edificio. Esta parte de la iglesia se construyó a principios del siglo XVI y mantiene recuerdos muy vivos del gótico final, más patentes en la ventana ajimezada que se abre al mediodía con jambas de baquetón y decoración de rosetón y trilóbulos en los arcos. Fábrica gótica, aunque anterior (siglos XIII o XIV), también tiene la dependencia lateral en la que se sitúa la portada. Aquí las bóvedas son de crucería sobre pilares cilíndricos y ochavados, tras arcos apuntados que se abren a la nave, mientras en el exterior aparecen canecillos de rollos y de bolas. En el siglo XVIII, casi con seguridad en el año 1724 (inscripción de la sacristía), se acometen una serie de obras con las que la iglesia va a ganar en monumentalidad. En principio se reforma la nave, mediante el refuerzo de algún pilar y la sustitución del antiguo alero de por otro moldurado. También se añade la sacristía, la magnífica torre de los pies y la portada, en la que se concentra casi toda la decoración de tipo clasicista, con hornacina avenerada que alberga a la escultura de la patrona. Ya a finales del siglo pasado, concluyen las obras de arquitectura con la construcción de una escalera monumental y una plazuela frente al pórtico que acentúan aún más la categoría de la iglesia. Mención aparte merecen los retablos de Santa María la Mayor. En principal, es una magnífica pieza romanista de finales del siglo XV. Consta de tres cuerpos sobre podio, de tres calles en los dos primeros y de remate único en el superior. El esquema arquitectónico es clásico, sin mayores complicaciones, como corresponde a la fase romanista por lo que lo mejor del retablo se centra en la escultura. Muy rica la imaginería de las entrecalles de influencia del maestro Berruguete con figuras de apóstoles, San Roque y San Sebastián. En las calles aparecen relieves con escenas de la vida de Cristo rematadas por un calvario bajo frontón con Dios Padre en el tímpano. La policromía es a base de colores ácidos y brillantes, con ocasionales dorados, de carácter popular. El retablo se supone realizado por artistas trasmeranos, quizá por el taller de Juan de Sobremazas. Con la reforma y ampliación del siglo XVIII se dotó al templo de dos pares de retablos a cada lado de la nave. Todos ellos son buenas muestras del barroco decorativo o rococó de la segunda mitad del siglo XVIII, con una decoración ofuscante de columnas salomónicas, estípites, balaustres, pámpanos, dorados… En Valdeprado del Río, existen otros dos edificios religiosos de interés. Se trata de las ermitas de San Pedro (en el barrio de la carretera) y de Santa Marina (coronando un collado desde el que se domina visualmente un área extensísima). Ambos son edificios barrocos del siglo XVIII, sencillo San Pedro y con mayores alardes técnicos Santa Marina.
Escribe un comentario o lo que quieras sobre Valdeprado del Río (directo, no tienes que registrarte)
Comentarios
(de más nuevos a más antiguos)