Valmiki es un sabio legendario (majarishi) a quien la tradición considera autor de la epopeya hindú Ramayana (datada entre el siglo III y el siglo I a. C). También se le atribuía tradicionalmente la autoría del Ioga-vásista, aunque actualmente este se fecha entre el siglo XI y el XIV
En la India, en el año 2008, su fiesta de nacimiento cayó el 14 de octubre. En el calendario hindú (lunar), cada año cae en una fecha diferente.
En idioma sánscrito, vālmīki significa ‘colina de la hormiga’ (hormiguero), derivada de la palabra vamrī-kūṭa (montaña [de tierra] de hormigas), siendo vamrā: ‘hormiga’ en el antiguo sánscrito rigvédico.
Cuenta la leyenda que Valmiki era hijo de un rey. Con tan solo unos meses de edad fue abandonado por su familia en el bosque. Unos ladrones lo encontraron, le llamaron Vailía Koli y le enseñaron su oficio. Con los años, Valmiki formó una familia, a la que mantenía robando a los viajeros.
Un día, el sabio volador Nárada Muni estaba vagando por el bosque y Vailía Koli lo asaltó. Nárada —con su dulce voz— le preguntó si sabía lo que estaba haciendo. Vailía le respondió que estaba manteniendo a su familia, y que esta era consciente de sus actividades.
Entonces Nárada le preguntó si alguno de los miembros de su familia se haría cargo del karma (la reacción) de sus asesinatos. Vailía se sintió tan tocado por esta idea, que corrió a su casa y les preguntó uno por uno a su esposa e hijos si alguno estaba dispuesto a ir al infierno por él. Todos se negaron, y le recriminaron que su deber como padre era mantener a su familia, por lo que él era el único responsable de la manera en que cumplía con su deber.
Al entender esto, Vailía experimentó un cambio. Volvió con el sabio Nárada y le pidió que lo iluminara. Nárada le enseñó todo acerca del hinduismo y las bondades de la oración. Valmiki entonces pasó tanto tiempo quieto rezando que las hormigas lo cubrieron entero y formaron su hormiguero encima de él.
Tiempo después Valmiki le preguntó a Nárada: «Oh, venerable rishi, por favor dime si hay en este mundo un hombre perfecto que sea al mismo tiempo virtuoso, valiente, responsable, veraz, noble, estable y amable con todos los seres».
Nārada respondió: «Hay uno, el príncipe de la dinastía del rey Ikswakú, llamado Rama. Es un gran héroe, es el protector del dharma (la religión), es firme, justo, liberal, bien versado en los Vedas y en las artes marciales. Posee todas las virtudes, es un hijo obediente, un amable hermano, un amoroso esposo, un amigo fiel, el rey ideal, un enemigo misericordioso y amante de todos los seres vivos. Es inigualable en belleza, aunque su piel es de color verdoso. Todo el mundo lo adora». Entonces el sabio Nárada le contó a Maharshi Valmiki el relato de Rama, tal como lo había escuchado del dios Brahmá, condensado en 100 versos. Esto se llama el Sankshipta Rama-aiana (‘corta Rama-historia’). Esta historia llenó los pensamientos de Valmiki y él empezó a obsesionarse y a pensar una y otra vez en lo mismo.
Algún tiempo después de que Nárada se fue, Valmiki fue a las orillas de río Ganga a bañarse. Su discípulo BharadVásh le llevaba las ropas (con lo cual se indica que el sabio iba desnudo). Cruzaron el arroyo Tamasa (ignorancia o estupidez), cuyas aguas eran muy cristalinas. Valmiki le dijo a su discípulo: «Mira qué limpia y tranquila es el agua de este arroyo de la estupidez, como la mente de la gente buena».
Valmiki entró en el agua y escuchó el cantar de una pareja de pájaros que estaban copulando en las ramas de los árboles. Valmiki se sintió muy contento de ver a esta feliz pareja. Justo entonces uno de los pajarillos fue atravesado por una flecha y cayó muerto. Valmiki, al encontrar al cazador, sin querer le gritó en verso:
En sánscrito esta forma de versificación se denomina śloka (estrofa de dos versos).
El dios Brahmā le había dado esta capacidad de versificar, y le ordenó escribir el Ramaiana completo. Esta estrofa es reverenciada como el primer shloka de la literatura hindú; Valmiki es reverenciado como el primer poeta (kavi), y el Ramaiana como el primer poema (kavia).
Otra tradición dice que Nárada Muni engañó al ladrón Vailía, diciéndole que si su deidad regente era la Muerte (mara o mritiu en sánscrito), tenía que adorarla repitiendo su nombre. Así se volvería mejor asesino. Valmiki se sentó en el bosque y empezó a repetir ininterrumpidamente: «Mara, Mara, Mara…» (que finalmente se oía como «Rama, Rama, Rama»). Solo por repetir el santo nombre del dios Rama, toda la historia del Ramaiana se empezó a develar naturalmente en su mente. El ladrón quedó tan absorto en el desarrollo de esta historia, que se olvidó de comer y dormir.
Cuando meses después Nárada volvió a pasar por ese bosque para ver el avance de su engañado «discípulo», lo encontró dentro de un hormiguero: las hormigas habían construido su morada alrededor de él.
Otra leyenda dice que el dios Brahmá apareció ante Valmiki y le dijo que escribiera el Ramayana.
El Rāmāyaṇa consiste en 480.002 palabras (24.001 versos) distribuidos en siete capítulos (kāṇḍa). Esto representa una cuarta parte del Majábharata (el otro texto épico importante de la India), y cuatro veces más largo que la Ilíada.
Cuenta las hazañas de un príncipe, Rama de Aiodia, cuya esposa Sita es raptada por el rey de Lanka, el demonio (rakshasa) Rávana. El Ramayana data de entre el siglo III y el II a. C., aproximadamente de la misma fecha que la composición del Majábharata. No es posible datarlo exactamente debido a que —como la mayoría de los textos épicos tradicionales— atravesó un largo proceso de interpolaciones y redacciones.
Se cree que Valmiki fue el autor basándose únicamente en la atribución que aparece en el propio texto.
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