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Villaconejos



Edificio del Ayuntamiento de Villaconejos.

Villaconejos es un municipio y localidad española de la Comunidad de Madrid, con una población de 3422 habitantes (INE, 2020). Es conocida por los melones que crecen en sus campos y su edificio más antiguo es la iglesia de San Nicolás de Bari, del siglo XVI. Su gentilicio es conejeros.

El nombre del pueblo ha ido derivando desde Villa de los Conejos hasta el que hoy conserva , pasando por pocos estadios más (Villa Conejos, Villaconejos). El nombre supone pensar que en la zona abundaban los lepóridos y se practicaba su caza. Existe un paraje conocido como el Vedado y un pequeño cerro conocido como Cerro Barbero, pero antes llamado Cerro Galguero. Estos términos están relacionados con la caza: la zona vedada y los galgos, perros comúnmente usados para cazar por su agilidad y rapidez. La actividad de la caza se llevaba a cabo hasta hace bien poco, existiendo anteriormente, incluso, una asociación de cazadores. La multitud de conejos en la zona y la fama y calidad de sus melones desde hace tiempo consta en escritos históricos.

En el año 1561 tuvo lugar una tala de árboles importante en la zona conocida como el Montecillo, que contaba con numerosos encinas, pinos y quejigo, tan frondoso que era habitado por gran número de lobos. La corta de leña se llevó a cabo acordada por vecinos de Colmenar de Oreja y Villaconejos.[1]​ Los vecinos tenían que realizar batidas de vez en cuando debido a que estos mamíferos llegaban a las entradas de los pueblos, poniendo en peligro a los habitantes. El hecho de que hubiera lobos, por tanto, se debe también a que había conejos como alimento.

El municipio se encuentra en el sur de la comunidad autónoma uniprovincial de Madrid, en la parte central de la península ibérica. Pertenecería a la comarca de Las Vegas o a la comarca de la Alcarria de Chinchón.[cita requerida] Su superficie es de 36,65 km² y su altitud sobre el nivel del mar es de 680 m.

Villaconejos cuenta con dos líneas de autobús, conectando una con Madrid en Villaverde Bajo-Cruce. Las líneas son:

Es posible que la aparición de Villaconejos sucediera antes del siglo VIII, mientras otros expertos opinan que se originara durante el período de la Reconquista.

Dos calzadas romanas muy importantes atravesaban esta zona: la calzada que iba de Augusta Emerita (actual Mérida) a Caesar Augusta (Zaragoza) y la calzada que llevaba desde Urci (Huércal, Almería) hasta Flaviobriga (Castro Urdiales, Cantabria). Muchas de las vías medievales aprovecharían posteriormente las antiguas calzadas romanas, y ambos tramos perduraron en la zona, quedando hasta nuestros días casi tal cual estaban. De hecho, es muy seguro que la cañada que une las carreteras Villaconejos-Aranjuez y Villaconejos-Titulcia y que toca la base de Valtaray sea parte de la ruta Urci-Flaviobriga.

El general árabe Tarik, enviado por Musa y primer general de su región en pisar tierras hispanas, y sus tropas anduvieron por Valtaray, un valle del lugar tal vez conocido por los romanos como Vallis Taraci, alrededor del año 711, formándose así como zona habitual de paso por árabes.

Muchos de los pueblos de la zona pertenecían a la Corona por varios siglos hasta el XVIII o eran de Señorío Nobiliario. Villaconejos, entre otras tierras, fue cedido al Concejo de Segovia por Enrique IV en 1454 durante un período de repoblación.

Según Jesús Sancho, en su libro Villaconejos - Apuntes de nuestro pueblo (véase Referencias y Bibliografía) algunos antiguos escritos definen al pueblo en una época antigua de este modo:

En 1480, son eximidos de la jurisdicción de Segovia por los Reyes Católicos "1.200 vasallos de Chinchón, Valdelaguna, Villaconejos, Bayona, Ciempozuelos y San Martín de la Vega, además de los pertenecientes a los lugares del sexmo de Casarrubios"[2]​ para los marqueses de Moya Andrés Cabrera y su mujer Beatriz de Bobadilla.

En 1706, las tropas que en la Guerra de Sucesión se apoderaron de Madrid y las de Felipe V, que la recuperaron, pasaron por la villa. Algunos de los soldados extranjeros a quienes dieron muerte las tropas de Felipe V fueron enterrados en la Iglesia.

Hasta el año 1834, Villaconejos perteneció judicialmente al sexmo de Valdemoro. A partir de entonces, con 170 habitantes, pasa a depender de Chinchón, mientras que la iglesia pertenecía a la diócesis de Ocaña-La Guardia y al Arzobispado de Toledo hasta el 1881, año en el que se traspasa a la diócesis de Madrid-Alcalá. La administración del pueblo fue llevada a cabo por la Comunidad de Villa y Tierra de Segovia hasta que pasa a la Comunidad de Villa y Tierra de Madrid en 1801, posteriormente incluida en la creación administrativa de la provincia de Madrid en 1833.

La actividad principal en la historia del pueblo es la agricultura. Es mediterránea, cultivando olivos, vides y cereales. La calidad del aceite es excelente y los buenos vinos hacen honor a la fama de los viñedos de la zona. De gran fama mundial son también los melones, cuya crianza ocupó al pueblo durante siglos como principal labor. Actualmente la labor de comercialización del melón a nivel nacional e internacional, es una de las principales actividades económicas del municipio.

La ganadería y la caza también han sido importantes, aunque no es superada por la actividad agrícola. Actualmente, no hay ganado en Villaconejos. Entre 1880 y 1914 se extrajo agua mineral rica en sulfato de sodio en un manantial situado en la cabecera el barranco de Villacabras, agua que fue muy popular como purgante en Francia en esa época.[4]

Acerca de cómo llegaron los famosos melones a estas tierras, corre por el pueblo una leyenda. Se dice que fue un soldado de Zeluán quien trajo, de retorno desde tierras africanas, las primeras semillas envueltas en una tela. Cierta o no, los melones de Villaconejos llevan cultivándose muchísimo tiempo y son famosos desde hace siglos (ya eran conocidos por su fama a finales del siglo XVI y principios del XVII, como se menciona en el libro Historia de Madrid, de Federico Bravo Morata).

Antes de ser construidas las dos ermitas se erigió la ermita de Nuestra Señora de la Concepción que en la actualidad no se conserva.

La fiesta en honor al Santísimo Cristo de la Buena Dicha se celebra el primer domingo del mes de mayo.

En honor a san Isidro Labrador, se celebra el día 15 de mayo.

Esta fiesta se celebra en honor a santa Ana entre los días 25-26 del mes de julio.

La Fiesta del Melón se celebra el día 12 del mes de octubre. Históricamente, en este día se celebra el día de la Hispanidad. La Cooperativa quiso aprovechar esta fiesta para celebrar también en ella el regreso de los vecinos que dejaron temporalmente su hogar para partir en busca de unas tierras en las que depositar y cultivar las selectas semillas de los famosos melones. Por ello, además de ser el día de la Hispanidad, constituye para Villaconejos el 12 de octubre el día del Melonero o Fiesta del Melón. Con tal motivo se organiza, entre otros festejos, fuegos artificiales, juegos y competiciones variadas, bailes en la Plaza Mayor y, por las mañanas, los típicos encierros de novillos que han de ser lidiados por la tarde.

Villaconejos celebra estas fiestas con auténtico júbilo y gran sentido de la ciudadanía y hermandad, dando con ello ejemplo vivo de lo que ha sido y es un pueblo tranquilo, noble y trabajador, que solo aspira a vivir en paz.

En Villaconejos hay una guardería (pública) y un colegio público de educación infantil y primaria.



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