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Villamayor de los Montes



Monasterio de Santa María la Real

Villamayor de los Montes es un municipio de España perteneciente a la provincia de Burgos, en la comunidad autónoma de Castilla y León. Tiene un área de 40,71 km² con una población de 227 habitantes (INE 2011) y una densidad de 5,6 hab/km².

El escudo heráldico que representa al municipio fue aprobado oficialmente el 14 de mayo de 1998 con el siguiente blasón:

Se sitúa a 35 kilómetros de la capital burgalesa por la Autovía del Norte, que atraviesa el término municipal entre los pK 210 y 212. Se incluye en la Comarca del Arlanza. El relieve es muy característico de la región, con muchas ondulaciones del terreno y pequeños montes, estando el municipio a 891 metros sobre el nivel del mar.

El municipio se sitúa en la ribera del río Cubillo, habiendo desembocado un poco antes el arroyo del Ángel.

Villamayor de los Montes tiene un clima Csb[2]​ (templado con verano seco y templado) según la clasificación climática de Köppen.

Villamayor de los Montes se asienta en el centro de lo que antaño fue un enorme bosque de roble y encina, conocido como Valzalamio.

Muy a principios del siglo X, los hombres involucrados en el avance de la Repoblación encontraron en este lugar un sitio idóneo para asentarse, surgiendo pequeñas poblaciones como Villamayor de los Montes.

Poco a poco, se fueron agregando a este pueblo toda una serie de aldeas circunvecinas como Zorita, Santa María, San Andrés de Nava, San Bartolomé de Valzalamio, Santa María de Valzalamio y Villahizán.

Este extenso territorio quedó en manos de la poderosa familia del conde Fernán González, dueño y señor de las tierras de Lara. A mediados del siglo X, Mumadonna, madre del conde castellano, se lo donó al Monasterio de San Pedro de Cardeña.

Villamayor se convierte en lugar de Behetría, incluida en la Merindad menor de Can de Muñó.

Monasterio:

El origen de este cenobio se remonta a un antiguo monasterio levantado a principios del siglo XI bajo la advocación de San Vicente.

En el siglo XIII, una parte de Villamayor pasó a pertenecer a la poderosa familia Fernández-Arias.

( Ver: García Fernández de Villamayor )

Don García y su esposa acordaron fundar un monasterio cisterciense, cuya abadesa fuera doña Marina Arias, monja ya en Las Huelgas Reales de Burgos. La fábrica debió concluirse en 1228, año en el que fue solemnemente inaugurada la iglesia. De esta época, se conserva la iglesia abacial y el claustro.

La iglesia constituye uno de los mejores ejemplos de pureza y elegancia dentro del estilo ojival de la escuela cisterciense, y se vio muy influida por el arte de la Catedral y del Monasterio de las Huelgas de Burgos.

Consta de una sola nave, crucero acusado y cabecera compuesta por tres capillas, la central poligonal y las laterales con testero plano. Cabe destacar su elegante ábside al exterior, con seis contrafuertes prismáticos adosados al muro y tres vanos rasgados. Estos últimos se componen de arco apuntado y óculo, rematados con chambranas apuntadas y apoyadas sobre ménsulas con cabezas humanas. En contraste con el decorado ábside central se encuentran los laterales, caracterizados por su simplicidad, con lienzos lisos y vanos simples.

A los pies de la iglesia se sitúa el coro abacial, estancia cubierta por una bóveda barroca de yeso que sustituyó al primitivo techo de madera, incendiado en 1575 y que quizá tuviera elementos mudéjares. La sillería, de elegante sobriedad clasicista, fue realizada en el siglo XVII, gracias a una compensación realizada por el Duque de Lerma.

Asimismo, cabe destacar en esta estancia algunas figuras escultóricas de gran calidad, como son las tallas góticas de Santa María la Real, señora del monasterio, y la de Dios-Padre. También se conservan otras tallas del siglo XVI pertenecientes a un retablo desparecido. El claustro, centro de la vida monástica, se sitúa en el lado sur de la iglesia. Es de estilo tardorrománico, con planta irregular pues su número de arquerías no permitió conformar ni un cuadrado ni un rectángulo. Es de un solo cuerpo, y sus cuatro pandas están formadas por arcos de medio punto sustentados por columnas dobles y en las esquinas, haces de cinco columnas.

Destacan, también, la esquemática decoración de los capiteles, compuesta por motivos vegetales, y el pavimento, un singular empedrado de guijarros que debió realizarse en el siglo XVI. En dicho suelo se representan diversas escenas de animales heráldicos, aves, conejos, ciervos, además de motivos geométricos. En el ala de poniente se encuentra el pozo, elemento imprescindible para el abastecimiento de agua a la comunidad y para el riego de la huerta. El acceso al coro desde el claustro se realiza a través de una puerta de arco apuntado y doble arquivolta, fechada a mediados del siglo XIII.

El conjunto monástico se completa con otras dependencias, como la sala capitular, y el templo parroquial de San Vicente, adosado a la iglesia. En el que cabe destacar su pila bautismal de estilo románico y una elegante cruz procesional de plata.

En la actualidad, este lugar permanece habitado por monjas cistercienses que, además de atender a sus obligaciones de oración y culto, llevan a cabo otras tareas relacionadas con el estudio, la publicación de libros y revistas o la cocina, siendo muy afamada la repostería de este monasterio.

Hospital de La Consolación:

Está situado en el casco urbano, tiene forma rectangular, de una sola nave, con unos 200 metros de planta y solo se conservan los muros, habiendo desaparecido bóvedas y la cubierta.

Perteneció a un hospital fundado por Gonzalo Martínez, canónigo de Segovia, y sus elementos artísticos indican que se trata de un edificio de comienzos del siglo XVI, aunque con actuaciones posteriores, hasta el siglo XVII o XVIII.

En los dos muros del edificio visibles desde la calle, existen dos portadas cuya factura corresponde a un modelo civil con arcos de medio punto, alfiz con decoración de bolas y escudo, ambas de indudable valor. Los muros son de influencia mudéjar, alternando fábrica de piedra de mampostería y paños de ladrillo visto, existiendo partes de adobe.

El antiguo Hospital para pobres, con el tiempo pasó a ser ermita vecinal, donde se celebraban misas y lugar de enseñanza catecumenal.

El edificio ha sido rehabilitado como centro cívico, en el que se han desarrollado ya varias exposiciones de pintura y otras artes.

Ermita:

A tres kilómetros del pueblo, en el lugar de San Andrés, se encuentra esta ermita que cobija la imagen de la Virgen de Nava. Goza de gran devoción entre los vecinos. Cuya romería es el 16 de mayo.

En la puerta de la misma se encuentra un bloque de arcilla en el que está escrito lo siguiente :

" No pases sin que alto hagas caminante.

Mírame y verás que mal me pagas,

las lágrimas que derramé.

Con respeto y atención viador, quédate

parado y ofrece tu corazón a Nuestra Señora de Nava.

Por tu Virgen y esta Ermita

una mirada bendita.

Amén"

Durante el año la Virgen está en la Ermita. El 25 de abril, día de San Marcos, se baja a la Ermita y se celebra una eucaristía en honor a la virgen. Después se la sube en procesión a la Iglesia de Monjas, donde permanece hasta el día 7 de mayo, que es trasladada a la iglesia del pueblo, donde se adorna con flores , luces, velas y mantos que lleva la gente del pueblo.Ese día comienza la novena de la virgen de Nava que dura hasta el día 15 de mayo. El día 16 se celebra la Romería de la Virgen de Nava en la que se baja a la Ermita de nuevo, y allí se bailan jotas en su honor y después de celebrar la misa se venden las tradicionales almendras garrapiñadas.

Santos Vicente, Sabina y Cristeta: 27 de octubre, fiesta de los patrones del pueblo (perseguidos por los romanos y martirizados cerca de las murallas de Ávila por no renegar de Cristo).

Fiesta del cebollero ausente: ésta más reciente pero de gran aceptación, donde todos los que tuvieron que salir del pueblo y se reúnen en vacaciones en agosto, realizan una comida con juegos y música.

Entonemos exultantes un himno al insigne Villamayor de los Montes y cantemos, de amor el pecho enchido con dulce son de los corazones.

Los cantares al mecer la besana los trigales al albor de la brisa y la alondra que alegra la mañana da a tus gentes égloga entre sonrisas.

La prosapia de tu historia que hace nobles a tus hombres tus mujeres, bellas flores. Todo canta a tu olor. Villamayor, Villamayor, Villamayor de los Montes.

La oración del monasterio que benigno el cielo acoge va repitiendo los nombres del que en su seno nació Villamayor, Villamayor Villamayor de los Montes.

Con los Condes de Castilla luces cuna y prez condal, nombradía que te dio Artey aura medieval.

Y los aires llevarán por el mundo enderredor llene tu honor mil horizontes Villamayor, Villamayor Villamayor de los Montes.



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