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Villanúa



Villanúa (Bellanuga[4][5]​ en aragonés) es un municipio pirenaico del norte de la provincia de Huesca (Aragón, España), en la comarca de la Jacetania y enclavado en el Valle del Aragón. En su término se encuentran los pueblos abandonados de Cenarbe y Aruej y las aldeas también abandonadas de Lierde, Izuel y Santiago.

Esta localidad que contaba a inicios de 2020 con 451 habitantes de derecho según el INE , 7,42 hab/km², cuyo gentilicio es villanuenses y apodados gitanos, por dedicarse antiguamente a la cría de caballos para su venta en ferias francesas, es población eminentemente turística, acoge actualmente a 6.000 personas en temporada alta y según el padrón de 2005, 3000 viviendas el 90% de ellas secundarias, distribuidas en cuatro barrios: Casco Viejo, Arrabal, La Espata y Santiago.

Desde un punto de vista eclesiástico, pertenece a la diócesis de Jaca que, a su vez, forma parte de la archidiócesis de Pamplona. Arciprestazgo de Jaca.

Villanúa es la forma adulterada y latinizante del topónimo original Bellanuga, si bien el topónimo Villanúa es muy antiguo, ya aparece en un documento matrimonial de Sancho Garcés II y su esposa Urraca que la ceden al monasterio de Santa Cruz de la Serós en 992 y posteriormente en otros documentos de 1079 y 1097, Pedro I dio Villanúa de nuevo al monasterio de Santa Cruz de la Serós en 1118, etc.

La forma Villanúa presenta dos modificaciones respecto a la forma original, la caída de la oclusiva velar /g/ al igual que en Perarruga > Perarrúa o Ugarte > Uharte lo cual entraría dentro de lo normal y una segunda modificación curiosa cuando no adulterada y tendenciosa, la absorción de la raíz original belan de origen íbero por la palabra latina villa, bella > villa.

El significado de Villanúa o Bellanuga en origen sería belan-uga, 'enseguida agua', y responde a la estructura propia de la ubicación de la localidad en un llano atravesado por el río Aragón en el que el nivel freático está muy cerca de la superficie.

Está localizado a 953 m de altitud, a los pies del Pico Collarada (2886 m), y tiene 58,2 km² de superficie.

Se encuentra a mitad de camino de la ciudad de Jaca y las estaciones de esquí de Candanchú y Astún, a tan sólo 12 km de la frontera francesa, que a través del Túnel del Somport[6]​ facilita las conexiones entre ambos países por el eje E-7 N-330.

Límites municipales: al norte con Canfranc, al sur con Castiello de Jaca y Jaca, al este con Sabiñánigo y al oeste con Borau y Aísa.

Tiene también dos antiguos núcleos deshabitados: Aruej y Cenarbe.

El municipio posee un clima de alta montaña, se observan 1.112 mm. de precipitación anual, con una temperatura media de 10°, persistiendo el riesgo de heladas hasta bien avanzada la primavera cuando todavía perdura la nieve, pero aparte de ello, el Efecto Föhn que produce el Pico Collarada con el azote del Cierzo o Raca, como se llama localmente, hace que parte del término municipal tenga un clima y una vegetación más mediterránea, encontrándonos prados a más de 1700m de altura, abetales y pinares negros en los pacos, pinos silvestres en La Selva y el carrascal más septentrional de España en las zonas de solano.

El núcleo se encuentra dentro de lo que fue el glaciar del Valle del Aragón, cuya morrena principal estaba donde hoy se aposenta Castiello de Jaca y de ahí la forma de U del valle, un amplio terreno llano compuesto de margas y limos denominado la Cubeta de Villanúa que se debe a que en el deshielo la morrena actuó como presa y Villanúa estaría en lo que fue el fondo de un lago.

El valle está dividido en dos por el río Aragón y rodeado por montañas y macizos como el de Collarada, que forman parte de las Sierras Interiores del Pirineo y que están compuestas, no de granito, como la zona axial, sino de roca caliza que ha propiciado la creación de una treintena de cuevas y abrigos naturales catalogados, siendo las más importantes Las Güixas y Esjamundo, que alcanza los 2km de recorrido.

Además el río Aragón en su encuentro con la roca caliza ha formado otro espacio natural de interés la Foz de Villanúa, puerta de entrada del Aragón a la Cubeta de Villanúa.

Por el municipio transcurre el río Aragón y a él van a desembocar varios barrancos que drenan el agua de los picos y montes que rodean la localidad.

Margen izquierda

Margen derecha

Los primeros restos de población permanente en esta zona del Pirineo se remontan al Eneolítico (3000 a. C.) pues hay varios dólmenes que rodean la villa y se han encontrado en la Cueva de Las Güixas restos de cerámica e incluso monedas romanas que hablan de su utilización permanente como vivienda y refugio hasta el siglo IV d. C.

Villanúa aparece nombrado por primera vez en el Cartulario de Santa Cruz de la Serós de 26 de marzo de 992, si bien se cree que esta referencia puede ser una falsificación, muy común en esas épocas. Villa fundada por Sancho Ramírez para impulsar la concentración de la población en núcleos a lo largo del Camino de Santiago y repoblada con habitantes bearneses (sur de Francia) en el último tercio del siglo XI, alguno de los apellidos de los habitantes autóctonos de Villanúa aún nos recuerda ese origen como Viñao (Vignau), la creación de esta Villa, de hombres libres, con tierras y Derechos reconocidos por el Rey (que llegará a nombrar a 11 infanzones entre ellos) es para él un contrapoder a la nobleza del Señorío de Aruej (siglo VII) que controlaba el valle y se halla frente a Villanúa. En 1097 esta villa real fue donada al monasterio de Santa Cruz de la Serós. Pasando después por las manos de otros señoríos laicos (los Cornel y los Luna, hacia 1276–1294) sin abandonar su pertenencia al realengo, que todavía se documenta en 1294, 1412–1416 y 1785.

Villanúa, pueblo agrícola, ganadero y maderero, alcanzó su máxima población en la segunda década del siglo XX, superando los 1.100 habitantes gracias a la construcción del ferrocarril del Canfranc y a pesar de existir una tradición de fuerte emigración a América y Francia de aquellos hijos que no heredaban ni casa ni tierras. Entre los años 60 y 80 se acentuó esta emigración hacia las ciudades y la población llegó a un mínimo de 199 habitantes. En estos momentos y gracias al turismo el censo ha superado los 500 habitantes.

Desde la recuperación de la democracia y las primeras elecciones locales de 1979, hasta la actualidad.

La carretera N-330 atraviesa la localidad.

El servicio de autobuses se presta en dos líneas

En cuanto al ferrocarril, Villanúa dispone de un apeadero con parada facultativa en la zona de Letranz, en la línea de Regionales de Renfe Canfranc-Zaragoza con viaje de subida «Regional 15640» y otro de bajada «Regional 15653», la duración aproximada del trayecto entre Villanúa (APD) y Zaragoza-Delicias es de 3h 45min.

La falta de mantenimiento durante décadas en esta línea ha provocado varios descarrilamientos en el término de Villanúa como los producidos el 18 de enero de 2003 y el 11 de julio de 2011, traviesas de madera, orografía complicada, túneles, viaducto, si bien el accidente ferroviario más grave se produjo el 22 de diciembre de 1993 cuando un tren sin frenos chocó contra una carretilla de mantenimiento de la línea provocando cuatro muertos.[12]

Adif realizó obras en la segunda quincena de octubre de 2011 para cambiar, balasto, traviesas y railes por un importe de medio millón de euros.

Celebra sus fiestas para la Natividad de Nuestra Señora, 8 de septiembre, y para San Esteban, 26 de diciembre.

Otras fechas importantes:

En Semana Santa se celebra la procesión del Santo Entierro, con un Vía Crucis por el casco viejo acompañado por la cofradía de tambores de la localidad. Y una concentración de tambores de Villanúa y Jaca.

El «Club Deportivo El Juncaral» organiza tres pruebas atléticas importantes a lo largo del año además de otras actividades relacionadas con el monte y el deporte:

Además el Polideportivo Municipal acoge varias actividades durante el añoen un entorno en el que hay campo de fútbol, piscinas municipales y pistas de baloncesto, tenis y paddle.

El municipio cuenta con una Biblioteca Municipal en la Plaza de la Fuente con una gran actividad de fomento de la lectura que ha recibido en varias ocasiones el premio María Moliner del Ministerio de Cultura, asimismo dentro de las actividades realizadas en colaboración con el Ayuntamiento y la concejalía de cultura organiza un Encuentro Pirenaico de Género Negro llamado Villanoir que en 2020 va por su IV edición.

Otro espacio cultural y de ocio es La Buhardilla en el Ayuntamiento Viejo, espacio cultural para jóvenes dónde también tiene lugar La Casa de los Cuentos con actividades para niños de 0 a 7 años.



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