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Villana



Villano (o el malo en España)[1]​ es una persona malvada, especialmente en la ficción. Los villanos son personajes de ficción, o quizá personajes novelados, en dramas y melodramas que ejercen la maldad deliberadamente y que se enfrentan al héroe. Como tales, los villanos son un recurso argumental[2][3][4]​ casi inevitable, y más que los héroes, elementos cruciales sobre los que gira la trama.

La etimología de la palabra deriva del latín villanus que significa siervo o campesino, alguien que está atado a la tierra de una villa, es decir que trabajaba en el equivalente a una plantación en la antigüedad, por ejemplo en Italia o la Galia. La pobreza entonces se equiparaba a la corrupción moral: los villanos tenían que trabajarse su ascenso en la escala social. Por esto normalmente la palabra villano sugiere que los ardides del villano proceden de su propia indiferencia moral o de la perversidad del personaje.

Hay muchos estereotipos sobre los villanos. Una caricatura de un cliché común sobre los villanos puede notarse arriba a la derecha de este artículo. En la era del cine mudo, los villanos, tenían que parecer muy siniestros «visualmente», y así nacieron muchos estereotipos sobre ellos. Los personajes Boris Badenov, Natasha Fatale y Snidely Whiplash de Rocky y Bullwinkle, así como el personaje de Hanna-Barbera llamado Pierre Nodoyuna, son parodias ampliamente conocidas de esta clase de arquetipo.

Estos estereotipos incluyen ropa negra (con frecuencia bastante formal: capa, sombrero de copa, etcétera), pelo facial, rasgos afilados, y una expresión facial perpetuamente «enfadada». Otros estereotipos villanescos incluyen la costumbre de la «risa malvada», una voz estirada y aduladora, y un arrogante exceso de confianza en sí mismo que le lleva a explicar innecesariamente sus siniestros planes. También existe el estereotipo contrario del villano hermoso que se parece a un héroe, pero cuya personalidad y actitud revelan una naturaleza diabólica. Dicho estereotipo pasó a ser muy conocido tras la Segunda Guerra Mundial cuando el Holocausto fue revelado, surgiendo el popular villano que refleja el ideal nazi rubio y de ojos azules, cuya belleza esconde un arrogante sentido de superioridad y viles ambiciones de hacer sufrir a los «inferiores». El villano rubio de ojos azules ha derivado recientemente en un extraño estereotipo, el albino malvado, un villano que muestra varios rasgos físico normalmente asociados con el albinismo (como piel blanca, pelo rubio platino y ojos azules o rojos) aunque no necesariamente tenga tal condición.

En la ópera y el teatro musical, el villano o la villana suelen ser interpretados por un barítono o una mezzosoprano.

Los supervillanos se encuentran en los ambientes melodramáticos de los cómics de superhéroes, donde se necesita una persona malvada con superpoderes como contraste digno de los poderosos héroes. Estos supervillanos suelen tener papeles repetitivos, y algunos villanos de la literatura más terrenal se han hecho tan populares que también han sido reutilizado en obras posteriores.

Por otra parte se utiliza el término villano de la semana como un antagonista u oponente que tiene una aparición limitada a un episodio de un trabajo ficticio. Este tipo de villanos se caracterizan por servir como un obstáculo temporal para los héroes y sus características se popularizaron por la aparición de formatos semanales tales como series de televisión, programas de radio o tiras cómicas occidentales u orientales. Algunas de las series conocidas por este tipo de villanos son: Charmed,[5]​ The X files, Buffy the vampire slayer,[6]​ Smallville,[7]​ Sailor Moon o Power Rangers.

En la época del feudalismo, el villano era un descendiente de campesinos libres, diferenciándose así del siervo, y en tal condición podían dejar el feudo si lo quisiese. Tal como los siervos, los villanos debían pagar a los señores un tributo señorial así como cumplir con la corvea.[8]

En el Portugal medieval, el término "villano" principalmente se refería a un ciudadano de una ciudad o villa o municipio, sin pertenecer a la nobleza. Los villanos con condiciones económicas o sociales más elevadas, a veces ascendían al estatus de caballeros-villanos, estando entonces obligados a poseer caballos para combatir como caballeros a la orden del rey, integrando lo que entonces se llamaban huestes.[8]

En narratología y estudios de análisis e interpretación de obras literarias y de argumentos, un villano es la encarnación del mal tanto en relatos históricos como en trabajos de ficción. Los villanos cumplen el papel de antagonista ante el héroe/protagonista.

El villano generalmente es una figura poco simpática, que utiliza sus habilidades con el objetivo de perjudicar a alguien o conseguir algo que desea, utilizando a estos efectos recursos deshonestos que lindan con la ilegalidad. Muchas veces estos personajes desarrollan planes más o menos elaborados, los que son explicados a lo largo de la trama, y los que normalmente perjudican o intentan perjudicar al protagonista y a la propia sociedad. Y generalmente y a efectos de presentar un desenlace aceptable para todo el público o la mayoría, el villano ve sus planes arruinados, en muchos casos gracias a la valentía y el heroísmo del personaje principal.



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