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Villanueva de la Sierra (Cáceres)



Maquinaria aceitera como decoración urbana.

Villanueva de la Sierra es una villa y municipio español de la provincia de Cáceres, Extremadura.

Pertenece a la mancomunidad integral de la Sierra de Gata en el norte de la provincia de Cáceres y su término municipal limita con las mancomunidades del Valle del Alagón y de Trasierra - Tierras de Granadilla, situándose también próximo a Las Hurdes. Se sitúa en la falda del monte conocido como «Sierra de Dios Padre», de ahí el nombre de la localidad.

La villa es conocida por celebrar desde 1805 cada año el 26 de febrero la Fiesta del Árbol de Villanueva de la Sierra, festividad declarada Bien de Interés Cultural por ser el primer evento del Día del Árbol que se celebró en el mundo.[1]

El término municipal de Villanueva de la Sierra limita con:[2]

Lucio Marineo Sículo dice:

Destaca la fuente de la Laguna del Bardal, que trae agua de manantiales subterráneos de la sierra.

Villanueva de la Sierra tiene un clima mediterráneo de tipo Csa[3]​ según la clasificación climática de Köppen.

Hasta 1950 la Sierra de Dios Padre estaba cubierta por un inmenso robledal. Ahora los robles han sido sustituidos por el pino y el eucalipto. Otras especies del término municipal representadas esporádicamente son el castaño y la encina.

Por todos sitios prospera el matorral de jaras.

En «El Libro de la Montería» del rey Alfonso XI se dice:

Osos ya no hay pero los jabalíes abundan cada día más. Abundaba el lobo hasta mediados del siglo XX. La Hermandad Sindical fijaba unas cantidades para premiar su caza. Las batidas y la deforestación han acabado con esta especie.

El lince encontró refugio en la Sierra de Dios Padre hasta que fue repoblada de eucaliptos. El zorro está en expansión. La nutria no falta en el río Tralgas. Las especies de caza menor (liebre, conejo, perdiz) son abundantes.

Los zorzales prosperan al amparo de los olivos y al acabar la aceitunera se van al norte de Europa para anidar.

La cigüeña, la paloma, la grulla, la golondrina y el vencejo son aves migratorias que aquí también hacen estación.

El sitio que hoy ocupa Villanueva de la Sierra debió ser ocupado ya en tiempos prerromanos por un castro vetón. Éste se debió asentar en donde ahora está el Cementerio Viejo; es el punto más alto del casco urbano.

Los parajes conocidos como Malpartida de los Llanos y Malpartida de los Jarales debieron tener en tiempos romanos las instalaciones completas de vicos o «villae».

En el Cuartel Viejo aparecieron dos estelas funerarias romanas reutilizadas en los muros. Su procedencia puede ser algún punto próximo o alguna villa o, según otros, el poblado abandonado de Laconimurgo. Hoy se encuentran en la fachada que da a la plaza.

El deslinde de Aldeanueva (Villanueva) en 1188 es el primero que se hace en la repoblación de la Transierra.

El 20 de agosto de 1238, una carta plomada de Privilegios de Alfonso X resuelve un pleito entre el Obispado y el concejo de Galisteo sobre los términos y jurisdicción de Aldeanueva (Villanueva) y Aceituna, confirmando otra de Fernando III.

El 2 de mayo de 1261, por Privilegio Real plomado, dado en Sevilla, el rey Alfonso X concede «a la Iglesia de Santa María de Coria y a su obispo y a sus sucesores perpetuamente la Aldea Nueva que está sobre el Río Trasgas».

El 2 de marzo de 1424 el nombre de Villanueva aparece por primera vez en un documento, por el que «el obispo Don Martín cede unos suelos en Villanueva a Fernando de Curra, que se obliga a construir en los solares unas casas con bodegas y lagar y pagar media docena de capones y una arroba de vino».

Durante el reinado de Enrique IV, los judíos que había entre Villanueva y Santa Cruz de Paniagua se calculan en 20 familias.

El 15 de enero de 1488, los Reyes Católicos confirman al obispo de Coria don Vasco de Ribera los 3.000 maravedíes, situados 1700 en las alcabalas de Villanueva y 1300 en las de Santa Cruz, que había conseguido su antecesor don Íñigo Manrique por cambio con doña Beatriz Rodríguez.

En 1582 el nombre de Villanueva del Obispo se trueca por el de Villanueva de Loaysa, porque Alonso Pérez de Loaysa compra la Villa («con sus vasallos, términos y jurisdicción y rentas jurisdiccionales») en el precio de 3.450.457,5 maravedies.

A lo largo del siglo XVI se contabilizan 12 habitantes de Villanueva que marchan, como conquistadores, colonos o religiosos, a América. En 1591 los vecinos llegan a ser 219.

En 1609, con la orden de expulsión dada por Felipe III, los moriscos de Villanueva salen hacia Costa Rica.

El momento histórico en el que se desarrolla la primera Fiesta del Árbol se corresponde con el reinado de Carlos IV, siendo primer ministro Manuel Godoy. Fue en el segundo periodo de Godoy de 1801 a 1808, hasta la invasión francesa. En materia de agricultura, se plantea educar a los labriegos, retomando una iniciativa de Gaspar Melchor de Jovellanos que hizo un informe sobre la Ley Agraria. La dificultad era llegar hasta los agricultores, teniendo en cuenta que la gran mayoría no sabía leer, por ello se crea el Semanario de Agricultura y Artes dirigido a los Párrocos. Los párrocos eran gente culta en contacto directo con los campesinos y podían actuar como agentes de extensión agraria, de manera que transmitían las enseñanzas y avances que se iban produciendo. La publicación, particular, contaba con el respaldo de la Secretaría de Estado que ejercía Godoy, hasta 1804 posteriormente cambió al Real Jardín Botánico de Madrid. Se publicaron 600 números desde el 4 de enero de 1797 hasta el 23 de junio de 1808 y representó uno de los máximos exponentes de la ilustración española. Escribieron en el Semanario los más relevantes científicos e ingenieros españoles y extranjeros que difunden las últimas teorías sobre agricultura, artesanía y usos domésticos cotidianos, con análisis y teorías de corte preindustrial. junto a ellos los párrocos e intelectuales locales, a través de la correspondencia, contribuyen a completar los contenidos. Es en esta publicación en la que aparece la nota de la primera Fiesta del árbol del mundo, que se produjo en 1805 en Villanueva de la Sierra.

El 26 de febrero de 1805, martes de carnaval, se realiza en Villanueva de la Sierra una plantación de álamos en las zonas del Ejido y Fuente de la Mora. Convocaron el evento el Párroco Don Ramón Bacas Rojo y los Alcaldes Pedro Barquero y Andrés Hernández. En ella participaron junto a las autoridades locales, los vecinos. La plantación la realizaron los niños y niñas de la escuela en un día de carácter festivo, con baile de tamboril y comida a base de caldereta de macho cabrío y vino de la tierra, se prolongó por tres días. Este hecho fue referido mediante un escrito al Semanario de Agricultura y Artes para Párrocos. Es el propio director de la publicación, el botánico ilustrado Francisco Antonio Zea, el que escribe la noticia.[5]

Con motivo de la Guerra de la Independencia, el 6 de junio de 1808, a requerimiento del regidor de Plasencia y su jurisdicción, se reúnen los alcaldes ordinarios y los regidores y toman alistamiento de 64 hombres con edad entre 16 y 40 años para sacar por sorteo 37 soldados que debieron incorporarse a un ejército de 4000 hombres que marchó a Badajoz para ponerse a las órdenes de la Junta de Defensa. Además, los objetos de valor y ornamentos sagrados fueron escondidos en un hoyo bajo el suelo de la casa frente a la puerta lateral de la iglesia.

El 28 de agosto de 1853 Villanueva deja de pertenecer al partido judicial de Granadilla y pasa al de Hervás. Ese mismo día, en una importante reunión del concejo municipal se toman los acuerdos de: acondicionar cinco caminos (los que van a Pozuelo, Santibáñez, Hernán Pérez, El Bronco y Torrecilla), construir tres puentes (en el Tralgas, el Pedroso y el Arroyo Santa María), reconstruir la Fuente de la Mora y construir un edificio para Ayuntamiento, otro para Escuela Primaria y otro para vivienda del maestro.

Hasta 1858 no había edificio consistorial. Sin embargo, desde mucho antes había, junto a la Fuente del Palacio, una fragua concejil, que ahora se vende y con lo obtenido se construye el ayuntamiento y la cárcel.

El 5 de noviembre de 1867 el Ayuntamiento vende sus bienes de propios y el 80% de lo obtenido (886 escudos) se emplea para comprar bonos del ferrocarril que se construiría entre Madrid y Mérida, pasando por Plasencia.

El 3 de agosto de 1877 el Ayuntamiento solicita que se establezca en la villa un cuartel de la Guardia Civil; resulta concedido con rapidez.

El 3 de enero de 1878 pasa a depender del partido judicial de Coria.

En 1530, Villanueva contaba con 150 vecinos (600 personas) según el censo de Tomás González.

En 1754, según el Catastro de Ensenada había 151 vecinos (604 habitantes).

En 1845, según Madoz había 1.917 habitantes. Los siguientes censos del siglo XIX dan estas cifras: 1.087 (en 1860 y en 1873) y 1.022 (en 1887).

Desde 1900, la evolución ha sido la siguiente década a década:[6][7]

En 2008 Villanueva de la Sierra contaba con una pirámide de población envejecida, donde 335 de los 532 habitantes del municipio tenían más de 45 años y no vivía en el pueblo ninguna persona menor de 5 años.[8]

El sector industrial ha estado representado por los molinos aceiteros, algunos harineros y un par de fábricas de orujo, así como algunos establecimientos de aderezo de aceituna.

Aún se recuerdan los nombres de los molinos; podemos recogerlos a continuación, empezando por los aceiteros:

Los molinos harineros, dos, estaban en el Río Tralgas y se denominaban, uno, de Pesquera de Mojadilla y, el otro, de Molino Tejado; carecían naturalmente de chiqueros, elemento que sin embargo no podía faltar en los aceiteros.

Las fábricas de orujo se situaban en el Río Tralgas la una y en el Río Pedroso la otra.

La agricultura se centra en el monocultivo del olivo, que ocupa cerca de 2000 ha. La vid se orienta a la producción de pitarras. Hasta hace pocos años se cultivaba algo de cereal y productos de huerta a escala de subsistencia; todo esto ha desaparecido ya.

La ganadería no es abundante. Hay pocos rebaños de ovejas y algunas cabras; el vacuno no existe.

En cuanto a la industria, hoy sólo queda el molino aceitero de la cooperativa local «Dios Padre».

Por el pueblo pasan las siguientes carreteras:[9]

El colegio público de educación infantil y primaria de la villa está integrado en el CRA El Olivar, junto con los de Torrecilla de los Ángeles, Hernán-Pérez y Santa Cruz de Paniagua.[10]​ Los alumnos de estos pueblos estudian educación secundaria y bachillerato en el IES Gabriel y Galán de Montehermoso.[11]

Pertenece a la zona de salud de Montehermoso dentro del área de salud de Plasencia y cuenta con un punto de atención continuada en la avenida de la Paz.[12]​ No hay ningún establecimiento sanitario privado registrado a fecha de 2013, por lo que en algunos servicios sanitarios como ópticas o clínicas dentales depende de poblaciones cercanas de mayor tamaño como Montehermoso o Coria.[13]​ El municipio cuenta con una sola farmacia, que coordina sus turnos de guardia con las de los otros pueblos de la zona de salud.[14]

En el pueblo un edificio de valor considerable es la iglesia. Aunque hubo una primitiva construcción del siglo XIV, su actual configuración data del siglo XVI. El edificio es de una sola nave; los muros se ayudan con contrafuertes.

Las paredes están elaboradas a base de mampostería y sillarejo y reforzadas con sillares en esquinas, portadas y contrafuertes; en 1973 se cubrieron por dentro y por fuera con una capa de cal, adornada con pintura.

Tiene dos portadas; la principal, de arco apuntado, presenta encima rosetón polilobuladod gótico y la del Evangelio, de arco de medio punto sobre escalinatas, lleva dovelones y alfiz con un quiebro para hornacina. El presbiterio presenta bóveda estrellada; el resto del techo tiene cubierta de madera.

Probablemente el arquitecto Pedro de Ibarra participó en el campanario y en alguna otra parte de la iglesia. El campanario, de sillares graníticos, se compone de cuatro cuerpos separados por impostas, con tres vanos en el último para las campanas, y se remata con gárgolas; adosada está la escalera en husillo, con cuatro cuerpos también y con ventanas trilobuladas. La escalera presenta inscrita la fecha de 1551.

En la Capilla Bautismal hay una pila bautismal de granito gallonada, del siglo XVI. El coro se eleva sobre un bello arco rebajado. En la Sacristía hay un lavabo de piedra berroqueña del siglo XVI y una pintura sobre tabla de san Bartolomé con sus atributos, el cuchillo y el demonio encadenado.

El retablo mayor de la iglesia parroquial es de madera sobredorada y de estilo barroco inicial.

Se compone de banco, dos cuerpos en tres calles y ático; sobre cada cuerpo corre un friso con decoración vegetal. El conjunto está repartido mediante dieciséis columnas estriadas de capitel corintio sobre plinto (las interiores, pareadas). Sobre el ático hay un frontón mixtilíneo y complejo que muestra en el tímpano altorrelieve de Dios Padre.

La calle central presenta, de abajo a arriba, el manifestador coronado por un Niño Jesús sosteniendo la bola del mundo, la imagen de la Asunción, titular de la Parroquia, y, en el ático, un calvario.

La calle de la izquierda presenta una imagen de Dios Padre y una de la Virgen de Fátima.

La calle de la derecha presenta una imagen de San Sebastián y una del Corazón de María. Ambas calles laterales presentan una guirnalda vegetal sobre cada hornacina.

La hornacina central se presenta adintelada y las otras seis se rematan con arco de medio punto.

A los lados y fuera del retablo encontramos una imagen de San José con el Niño, a la izquierda, y una de Santa Julita y Quirico, a la derecha.

Hasta hace unos años el retablo tenía dos calles laterales más, suprimidas por su mal estado de conservación. En la parte inferior de la calle del borde izquierdo se ubicaba la imagen de Santa Julita y Quirico y en simetría, la de San José y el Niño.

El tesoro parroquial se compone de un copón del siglo XVI, dos cruces procesionales del siglo XVII y un cáliz del siglo XVIII.

En el suelo del templo hay muchos enterramientos, con laudas inscritas pero de difícil lectura. El Presbiterio se destinó a enterramiento del Bachiller Rodríguez Carcaboso y de sus capellanes; el resto del templo se dividió en tres tercios: de 12, de 9 y de 2 reales. También había enterramientos alrededor de la iglesia.

Portada principal de la iglesia.

Portada del Evangelio.

Torre de la iglesia.

Se sabe que en el pasado llegó a haber cinco ermitas en los alrededores: de los Mártires (en el camino de Santa Cruz), del Cristo (en el cruce de la carretera de Hervás con el camino de Torrecilla y el de Hernán-Pérez), de la Cruz (en el cruce de la carretera de Pozuelo con el camino se Santibáñez, donde hubo un albergue de caminantes), de San Juan (en la plaza del pueblo) y de Dios Padre (en lo alto de la sierra).

El pósito de Villanueva de la Sierra se sitúa en la Plazuela de la Fiesta del Árbol. El edificio, exento, es de forma rectangular, con ventanas adinteladas; el tejado a cuatro aguas es de armazón maderable. Se corona con veleta gallonada.

La portada del pósito es adintelada con tejaroz. Éste se apoya en dos ménsulas que presentan figuras enigmáticas: cuerpo zoomorfo y cara femenina animalizada. Las jambas llevan grabadas estrías y el dintel horizontal presenta cartela con esta leyenda:«Este pósito se mandó reedificar por orden superior, año 1798».

Este pósito es anterior al año 1574, pues en esta fecha es dejado a la Villa por Antonio Izquierdo al morir, según dice una lauda sepulcral conservada en la iglesia.

Después, en 1582, el bachiller Bartolomé Rodríguez Carcaboso deja en su testamento 10 000 maravedíes para comprar trigo que se conservaría en el pósito y se daría en préstamo a los vecinos para sembrar «con una ganancia mayor para soportar las costas y gastos, para que vaya siempre en aumento y no venga en disminución».

En 2002 se inauguró la reconstrucción del pósito ahora dedicado a centro social.

En la Capilla Bautismal de la parroquia se veneran dos imágenes del siglo XVII, el Cristo de la Salud (procedente de la ermita del Cristo y ennegrecido por un incendio) y el Cristo Yacente, articulado.

Villanueva de la Sierra cuenta con una estatua en bronce del gran escultor valenciano Mariano Benlliure. Representa al soldado Inocencio Rubio, natural de la localidad que, en 1921, murió a la edad de 21 años en la batalla de Zoco Had, durante la Guerra de Marruecos. Fue mandada levantar por su padre el año 1927, en la finca que luego donó para la construcción de las Escuelas Públicas (las cuales llevaron en su recuerdo del nombre de «Grupo Escolar Inocencio Rubio»).

En Villanueva de la Sierra se celebró la primera Fiesta del Árbol o Día del Árbol en todo el mundo, una iniciativa promovida en 1805 por don Ramón Vacas Rojo, el párroco del lugar, con el apoyo entusiasta de toda la población.[15][16]

La Fiesta del Árbol se sigue celebrando cada Martes de Carnaval y es un día grande en el calendario festivo serrano. El sábado siguiente se organizan actividades paralelas a la fiesta de plantación. En 2014, contó además con el primer Congreso de Arboricultura en Extremadura,[17]​ organizado por ARBA Extremadura para conmemorar el 209 aniversario de la primera Fiesta del Árbol.

La Fiesta del Árbol de Villanueva ha sido declarada Bien de Interés Cultural.[15][18]



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