La Virgen de Chaguaya es una advocación de la Virgen María que se venera en la población de Chaguaya, a 67,5 km al suroeste de la ciudad de Tarija, departamento de Tarija, Bolivia. Su fiesta se celebra el 15 de agosto, fiesta de la Asunción de María.
En Tarija y su área de influencia tal advocación de la Virgen María suele ser llamada con mucho cariño y respeto: La Mamita, La Patrona de Tarija.
Según una leyenda, un día de 1750, una pareja de pastores volvía de su trabajo, comentando la difícil situación por la sequía de ese año. La única salvación de los cultivos y de los animales, sería una lluvia. Se hizo de noche y la pareja apuraba el paso con sus ovejas y cabras . De pronto, ambos divisaron no muy lejos, un resplandor; curiosos se detuvieron para luego dirigirse hacia la luz. Conforme se acercaban, la luz se hacía multicolor y los rayos se entrelazaban dando una visión maravillosa. Ambos quedaron absortos contemplando este juego de luces que en forma paulatina dio paso a una bella imagen de la Virgen María en la copa de un molle, árbol típico de la zona. Cayeron de rodillas y besaron el suelo exclamando "¡Virgencita mía, bendito sea Dios!" Al levantar la cabeza vieron que la imagen ya no estaba.
Al siguiente día con las primeras luces del alba, fueron al lugar de la aparición: allí estaba la imagen. Se la llevaron a su rancho, colocándola en un lugar de preferencia. Una vez que los vecinos se anoticiaron acudieron a la casa para venerar a la Santísima Virgen, pero se encontraron con la sorpresa de que la imagen había desaparecido. Rápidamente todos fueron al lugar de la aparición. En efecto, la imagen reposaba en el frondoso árbol, envuelta en un rayo de luz. De rodillas, oraron toda la noche, y se fueron sumando otros lugareños con antorchas y hogueras, acompañando a la imagen, y le prometieron construir una capilla en ese mismo lugar. Al amanecer del otro día los pobladores levantaron la primera capilla, donde se veneró la imagen de la Virgen de Chaguaya. En la década de 1980 se construyó el actual santuario, que fue declarado basílica.
La devoción hacia la Virgen de Chaguaya está ampliamente difundida en el suroeste de Bolivia, tanto entre locales como entre feligreses de departamentos vecinos, e incluso entre habitantes del norte de Argentina. Entre el 15 de agosto y el 14 de septiembre, una gran cantidad de creyentes se dirigen en peregrinación desde la ciudad de Tarija.
¡Oh Virgen de Chaguaya! Con cuantas ansias he deseado llegar a tus plantas para entregarte mi vida, llena de penas y trabajos; con cuanta fe y devoción he invocado tu nombre cuando el infortunio me ha hecho su víctima; con cuanta dicha hoy ante tu trono de amor y misericordia te entrego mi corazón.
No lo deseches, Madre del alma, madre del amor hermoso, por que, abandonado de ti y víctima del dolor y del infortunio, se perderá sin remedio. Tu que eres la bondad y la dulzura, vuelve a mi esos tus ojos llenos de misericordia. Tu has dicho: “El que me hallare, hallara la vida“, y yo quiero hallarte cuando el dolor me martirice y la injusticia me condene; yo quiero encontrarte cuando la pobreza me persigue y la enfermedad me hostigue; yo quiero tenerte a mi lado cuando la muerte cierre mis ojos y me presente ante el tribunal de tu poderoso Hijo; yo quiero verte en mi pecho, en la vida y en la muerte, en la dicha y en la desgracia, y por eso rendido a tus plantas y desilusionado de la vida, lleno de fe y de amor, impetrando tu misericordia, te repito con lágrimas en los ojos: Madre del que sufre y llora, Madre de mi corazón, a tus pies mi alma implora, tu gracia y compasión.
¡Purísima Reina, Madre dulcísima de Chaguaya! Ya hemos concluido nuestra visita; ya nos vamos de vuestra presencia; ya nos despedimos de vos. Pero ¡ay Señora! nuestro corazón no puede separarse de vos y así, Madre amorosa, al volvernos a nuestras casas os dejamos nuestro corazón y nuestras almas en vuestras manos. Ponedlos dentro del vuestro y conservadnos siempre en la gracia del Señor. ¡Ay madre mía!
No sabemos si volveremos a veros más. Pero si, esperamos que vuestra misericordia os veremos en el eterno Santuario de la gloria. Esta esperanza consuela nuestra separación. Y ahora en nuestro regreso guiadnos y libradnos de toda desgracia. Salvad y proteged a nuestras familias y deudos, a nuestros amigos y enemigos. Dad la tranquilidad al estado, la paz a la Iglesia, la conversión a los pecadores, la perseverancia a los justos, la gloria a todos. ¡Adiós Virgen sagrada! Dadnos vuestra bendición. Adiós ¡Madre portentosa!. Adiós ¡hasta los cielos! Amén.
Virgen Santísima de Chaguaya, ruega por nosotros.
La peregrinación al Santuario de la Virgen de Chaguaya se realiza del 14 de agosto al 15 de septiembre. Los habitantes de la ciudad de Tarija y de todas las provincias y localidades aledañas, peregrinan al santuario de la Virgencita. Una larga columna de creyentes inician su caminata desde la ciudad de Tarija, pertrechados cada uno con una mochila o un bolso con provisiones, una frazada, botas (antiguamente usada por los chapacos), ojotas o calzados livianos y una cantimplora o caramañola llena de agua; dispuestos a enfrentar el largo recorrido de sesenta kilómetros. El numeroso contingente de fieles llega al santuario a pie (tras una caminata que dura aproximadamente 12 horas) por una ruta de peregrinación que atraviesa los valles, valles que en esta época (invierno) se tornan secos y el clima es frío. Otro gran número de fieles llega en vehículos, tanto públicos como privados.
La celebración atrae a miles de personas. Existe un camino principal desde San Bernardo de Tarija y es el que transcurre por la siguiente ruta: el Puente Peregrino en la ciudad de San Bernardo de Tarija; luego por la quebrada (valle estrecho y fragoso) llamada El Ahorcadero antes de llegar a Tolomosa Grande luego a Padcaya, Pampa Redonda (donde se hacía etapa) , El Tunal (donde se pernoctaba), luego se vadea el río Desemboque (al cual, acorde a la tradición, debe pasársele con los pies en sus aguas), Juntas, El Mollar, luego, tras pasar el río Camacho se arriba por fin al santuario de la Virgen de Chaguaya.
Como es la característica del buen chapaco, fiel, devoto, una vez que ha llegado a los pies de su madrecita, asiste a misa, acompaña la procesión que camina al son de la "caña" (instrumento típico tarijeño de aproximadamente 4 m de longitud hecha a partir de una caña que en el extremo superior lleva un cuerno elaborado de la cola de la vaca); luego recibe la tradicional "pisada" de la Virgen.
En el pueblo se puede degustar comidas y bebidas típicas como el jugo de caña, o las tradicionales chirriadas (especie de tortillas de maíz) o los tamales y el chancho al horno.
Los fieles, una vez recibida la bendición de la Mamita de Chaguaya, retornan a sus hogares fortalecidos, prometiéndole retornar para el año siguiente.
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