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Virgen de la Montaña



La Virgen de la Montaña es una advocación mariana venerada como patrona por la población católica de la ciudad española de Cáceres. Recibió la coronación canónica en 1924.

Se conoce desde el siglo XVII y recibe su nombre por ubicarse su santuario en la sierra de la Mosca, un cerro desde el cual se puede contemplar toda la ciudad y que durante varios siglos ha sido lugar de paseo para cacereños y visitantes.

El origen exacto de esta advocación es incierto. Su origen en Cáceres comenzó en el siglo XVII, cuando Francisco Paniagua, natural de Casas de Millán, trajo una imagen de la Virgen a la entonces villa de Cáceres, que originalmente recibía el nombre de Virgen de Monserrate. Paniagua se asentó como ermitaño en la sierra de la Mosca, un montículo ubicado al este de la villa, y construyó allí una pequeña ermita. Su peculiar ubicación, en un cerro desde el que se veía toda la villa y sus llanos, la convirtió en un lugar de rezo habitual de los cacereños. Con la ayuda de Sancho de Figueroa, vicario de la entonces parroquia de Santa María, Paniagua fue convirtiendo la ermita original en un santuario de mayor tamaño. El obispo cauriense Jerónimo Ruiz Camargo bendijo el santuario en 1626. En 1635, un año antes del fallecimiento de Paniagua, se aprobó la fundación de la cofradía, siendo obispo Juan Roco Campofrío.[1][2]

El concejo de la villa declaró patrona a la Virgen de la Montaña en 1688, ratificándolo en un nuevo acuerdo en 1776. No obstante, los continuos cambios políticos de los procesos revolucionarios de finales del siglo XVIII y principios del siglo XIX impidieron su ratificación eclesiástica hasta 1906, cuando Pío X confirmó el patronazgo. La llegada de esta carta papal a Cáceres se produjo en circunstancias muy distintas a las de la pequeña villa que era en el siglo XVIII: el municipio había tenido un importante crecimiento demográfico superando los quince mil habitantes, recibió el título de ciudad en 1882 y comenzó a desarrollar un ensanche urbano en torno al paseo de Cánovas y la estación de ferrocarril. En este contexto, el Ayuntamiento de Cáceres propagó la noticia como un éxito más de la nueva ciudad, siendo recibida la imagen de la Virgen en la localidad con desfiles de carrozas y una velada artística en el teatro de la plaza de las Canterías.[4][5]

A lo largo del siglo XX, tiempo durante el cual la ciudad pasó de tener unos quince mil habitantes a más de ochenta mil gracias a la continua llegada de personas procedentes de diversos puntos de la provincia, la Virgen de la Montaña se convirtió en un elemento de unificación cultural de los nuevos habitantes de la ciudad, ya que por toda la provincia existían fiestas relacionadas con el culto católico como romerías, procesiones y novenarios. De este modo, el Novenario de la Virgen de la Montaña, tradicionalmente excepcional, se convirtió progresivamente en una fiesta de celebración periódica. La Virgen recibió la coronación canónica el 12 de octubre de 1924, en una ceremonia en la Plaza Mayor presidida por el cardenal primado Enrique Reig Casanova.[1][2][6][7]

En el último cuarto del siglo XX, la Virgen de la Montaña se vio afectada por los profundos cambios culturales que se produjeron en España durante el reinado de Juan Carlos I. Por un lado, el establecimiento de la aconfesionalidad del Estado frenó la presencia pública de la Virgen en la ciudad y una buena parte de la organización de los actos de la Virgen pasó a organizarse de forma privada. Pero, por el contrario, la declaración de la ciudad vieja de Cáceres como Patrimonio de la Humanidad en 1986 convirtió al santuario de la Montaña en un otero turístico muy popular. En este contexto, en 1995 se produjo un conflicto al coincidir la subida de la Virgen con el festival WOMAD, con protestas de los fieles contra el Ayuntamiento al tener que pasar la procesión por los restos de suciedad del festival. Mientras tanto, la Caja de Salamanca y Soria patrocinó una romería en el pantano de Valdesalor, a la que se sumó en 1997 una segunda romería de Caja de Extremadura en El Rodeo; ambas romerías se unieron en 2001 en torno al santuario pero desaparecieron en 2003 por falta de apoyo económico.[8][9][10][11]

En 2018, la Junta de Extremadura dio al Novenario de la Virgen de la Montaña el título de fiesta de interés turístico.[3][12][13][14]

Debido a la evolución histórica de la veneración de esta advocación en Cáceres, actualmente existen varias imágenes de la Virgen. La imagen original que trajo a la villa Francisco de Paniagua es una imagen de unos 28-35 cm que está guardada permanentemente en el santuario de la Montaña y actualmente no procesiona. El pequeño tamaño de la talla se debe a que Francisco de Paniagua la utilizaba para pedir limosna por la villa y la trasladaba continuamente.[1][2]

La imagen más popularmente conocida como Virgen de la Montaña, expuesta permanentemente en el altar mayor del mismo santuario y bajada a la ciudad en procesión anualmente, es una talla anónima de 58 cm de la escuela andaluza de escultura barroca, fechada entre 1620 y 1626 y atribuida sin certeza a la escuela sevillana de escultura. Es una policromía realizada sobre madera de nogal que representa a la Virgen con el Niño en su brazo izquierdo.[1][2][15]

En el convento de San Pablo de la ciudad vieja de Cáceres hay una tercera talla histórica de la Virgen de la Montaña, probablemente tallada en Sevilla en 1641 a petición de Sancho de Figueroa. Esta imagen es por lo general desconocida para el público y se conoce su ubicación en el interior del convento al menos desde el siglo XVIII. El Niño Jesús de esta imagen es una modificación de finales del siglo XIX añadida en unos talleres de Olot.[1][2]

Las dos imágenes principales de la Virgen se albergan en el santuario de la Montaña, una ermita situada en un cerro al este de la ciudad conocido como la sierra de la Mosca. Desde este santuario puede observarse casi toda la ciudad y sirve de punto final a un antiguo recorrido de peregrinaje local que abarcaba ocho ermitas desde la puerta de Mérida hasta el santuario: Soledad, Candelas, San Ildefonso, San Marcos, San Marquino, Amparo y Calvario.[1][2]

El santuario es un complejo religioso formado por tres capillas. La primera fue construida por Francisco de Paniagua y tiene el aspecto de una pequeña cueva de 6’50 por 2’70 metros de superficie con una altura de dos metros y medio; esta primera capilla empezó a construirse en 1621. La segunda capilla es el resultado de la ampliación de la gruta para convertirla en una ermita común y fue desarrollada por Sancho de Figueroa en la segunda mitad del siglo XVII. Por último, la tercera capilla se construyó en la primera mitad del siglo XVIII ampliando la segunda en profundidad, como consecuencia de la cada vez mayor afluencia de visitantes. Debido a que la tercera capilla aprovechó los muros de la segunda, se desconoce dónde estaba el límite entre ambas, aunque lo más probable es que la segunda solo ocupase algo más del actual coro de la ermita, según indicó Ortí Belmonte en 1949.[1][2][16]

El complejo del santuario es más extenso que el propio edificio de las tres capillas. Entre otras instalaciones, cuenta con una plazuela para observar la ciudad construida a finales del siglo XVII, una carretera de acceso a la ciudad construida a finales del siglo XIX, un templete cuya historia se remonta a principios del siglo XVIII y un monumento al Sagrado Corazón de Jesús de 1926.[1]

Desde la llegada de la imagen a Cáceres en el siglo XVII y hasta principios del siglo XX, la costumbre local era venerar a la imagen únicamente en su santuario, ya que casi nunca se bajaba al casco urbano. La costumbre era bajar la imagen únicamente para rezar en momentos de extrema necesidad como sequías, guerras o enfermedades. La primera procesión de bajada de la imagen tuvo lugar en 1641 con motivo de una pertinaz sequía. En 1928 se creó el Novenario de la Virgen de la Montaña como festividad periódica en honor a la Virgen, que originalmente se celebraba cada cuatro años hasta que en 1945 se decidió hacerlo anual. El motivo de este cambio de criterio de la cofradía se debió a los fuertes aumentos de población que tuvo la ciudad en el siglo XX, que llevaron a Cáceres numerosos nuevos vecinos que procedían de pueblos en los que había muy diversos cultos a la Virgen. La celebración se hizo muy conocida, hasta el punto de alcanzar el estatus de fiesta de interés turístico regional en 2018.[3][1][2]

La celebración del Novenario sigue un programa híbrido entre los actos tradicionales en los que se bajaba la imagen excepcionalmente en situaciones de necesidad y otros actos añadidos a lo largo del siglo XX como consecuencia de la llegada masiva de nuevos habitantes a la ciudad y la necesidad de apertura al turismo. La celebración comienza once días antes del primer domingo de mayo, cuando por la tarde se celebra la procesión de bajada en la cual la imagen de la Virgen se lleva en procesión hasta la concatedral de Santa María, entrando en la ciudad por San Marquino y accediendo al casco antiguo por los alrededores de la iglesia de Santiago. Durante los nueve días que dura el Novenario, la concatedral permanece abierta durante todo el día y dentro se ofician diez misas diarias. Entre los diversos actos que se celebran en el Novenario en la concatedral hay una presentación de los niños nacidos ese año, besamantos y conciertos de música clásica. La subida de la Virgen tiene lugar el primer domingo de mayo por la mañana, en una procesión que sale del casco antiguo pasando junto a la iglesia de San Juan y el convento de Santa Clara.[17][18][19][20]

La Virgen de la Montaña está considerada uno de los símbolos de Cáceres y, más allá del ámbito religioso, forma parte del patrimonio cultural inmaterial de la ciudad. Debido a ello, son numerosas las instituciones públicas y privadas de diversos puntos de la ciudad que llevan el nombre de la Virgen, entre las cuales destacan el antiguo hospital ubicado en Cánovas,[21]​ el colegio público del barrio de Casas Baratas,[22]​ el cementerio municipal[23]​ y varias calles y barrios.

En el ámbito de las vías públicas, en Cáceres hay tres que llevan el nombre de "la Montaña": una importante avenida en el centro de la ciudad junto al paseo de Cánovas, una pequeña calle junto a la iglesia de Santiago y la carretera que lleva al santuario.[24]​ Junto a la avenida hay un barrio llamado Virgen de la Montaña en el mapa oficial de barrios del Ayuntamiento,[25]​ pero las asociaciones de vecinos discrepan sobre este último nombre e incluyen a esas calles en un área llamada "Zona Centro", refiriéndose estas asociaciones como "Virgen de la Montaña" al barrio de San Marquino.[26]

En los años 1960 y 1970 se hizo muy popular tanto en la ciudad como en su provincia el nombre femenino "Montaña" o "María Montaña", siendo Cáceres la provincia donde es más común este nombre de mujer. Desde principios del siglo XXI, el nombre está en declive y no se suele nombrar así a las niñas locales.[27]



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