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William McGonagall



William Topaz McGonagall (marzo de 1825[1]​ - 29 de septiembre de 1902) fue un tejedor, poeta y actor británico. Ganó notoriedad por ser un poeta muy malo, al que no le preocupaban las opiniones de sus compañeros acerca de su trabajo. Escribió alrededor de 200 poemas, incluyendo el infame "Tay Bridge Disaster", ampliamente considerados como algunos de los peores en la historia británica.[2][3][4]​ Diferentes grupos de toda Escocia lo contrataban para hacer recitaciones de sus obras; las descripciones contemporáneas de estas performances indican que muchos de estos oyentes apreciaban la habilidad de McGonagall como un personaje cómico de music hall, y como tal, su lectura puede ser considerada una forma de arte escénico. Las colecciones de sus versos continúan siendo populares, con varios volúmenes disponibles en la actualidad.

McGonagall ha sido aclamado como el peor poeta de la historia británica. Principalmente, se le critica que era sordo a la metáfora poética y que no era capaz de aplicar correctamente la métrica. Aparentemente su única comprensión de la poesía era su creencia de que los versos necesitaban rimar. La fama de McGonagall proviene de los efectos humorísticos que generaban estas deficiencias en su trabajo. Los ritmos inapropiados, el vocabulario débil y las imágenes metafóricas fuera de lugar se combinaban para hacer de su trabajo una de las poesías cómicas más divertida de forma espontánea en inglés. Sin embargo, formó parte de una larga tradición de versos escritos y publicados sobre grandes acontecimientos y tragedias, que recibían una amplia difusión entre la población local a modo de pregones. En una época antes de la radio y la televisión, su voz era una forma de comunicar noticias importantes a un público ávido.

Nació en Greyfriars Parish, en Edimburgo, hijo de padres irlandeses, y aunque también falleció en esta ciudad, se lo vincula casi exclusivamente con la localidad de Dundee.

Más tarde, McGonagall se mudó al norte, y fue aprendiz de tejedor de telas manuales en Dundee, después de seguir los pasos de su padre.[5]​ En 1846, se casó con Jean King y juntos criaron a cinco hijos y dos hijas. A pesar de que la revolución industrial lentamente tornó a los tejedores obsoletos, McGonagall pareció prosperar ya que no había todavía necesidad de trabajadores cualificados para realizar tareas de gran complejidad. A pesar de que aún estaba por mostrar el resultado de una ambición por la poesía, sí demostró entusiasmo por la actuación, aunque el teatro dónde él se presentaba, el teatro Mr. Giles, le permitió realizar un papel en Macbeth sólo sí él pagaba por el privilegio de antemano. Su cautela resultó infundada, mientras el teatro se llenaba con amigos y compañeros de trabajo, ansiosos de ver lo que habían predicho correctamente que iba a ser un "desastre divertido". Aunque la obra tendría que haber terminado con la muerte de Macbeth en las manos de Macduff, McGonagall creyó que el actor interpretando a Macduff estaba tratando de eclipsarlo, por lo que se negó a morir.[6][7]

En la década de 1870, McGonagall y su familia pasaban momentos difíciles. Cada vez se hacía más dificultoso encontrar trabajo de tejedor y su hija mayor, Margaret, deshonró a la familia teniendo un hijo ilegítimo. Fue entonces que se produjo un evento que cambió su vida. McGonagall escribió:

McGonagall afirma haber sido repentinamente inspirado a convertirse en poeta un día cuando "parecía sentir una extraña sensación sobre él, y permaneció así durante unos cinco minutos. Una llama, como dijo Lord Byron, parecía encender todo su cuadro, junto con un fuerte deseo de escribir poesía".[9]​ Escribió su primer poema, "An Address to the Rev. George Gilfillan", el cual poseía las señas que caracterizarían su obra posterior. Gilfillan comentó: "Shakespeare nunca escribió algo como esto". McGonagall pronto se dio cuenta de que si quería prosperar como un poeta, requeriría de un patrocinador. Ambicioso, le escribió a la Reina Victoria. Como era de esperar, recibió una carta de rechazo, escrita por un funcionario real dándole las gracias por su interés.[10]​ Sin embargo, en lugar de estar decepcionado, McGonagall tomó esto como una buena opinión de su trabajo. Durante un viaje a Dunfermline en 1879 alguien se burló de él, diciéndole que su poesía era muy mala, a lo que McGonagall le respondió que "era tan mala que Su Majestad le había agradecido [a McGonagall] por lo que él había condenado."[11]

La carta le dio confianza a McGonagall en su "capacidad poética", y sintió que su reputación con la Reina Victoria podría mejorarse aún más si pudiera darle una interpretación en vivo de su trabajo. Así es que en julio de 1878 se dirigió desde Dundee a Balmoral, a unos 60 kilómetros, viajando sobre terreno montañoso y en medio de una tormenta violenta, "calado hasta los huesos", para presentarse ante la Reina Victoria.[12]​ Cuando llegó, se anunció a sí mismo como "El Poeta de la Reina". Los guardias le informaron secamente: "¡Tú no eres el poeta de la Reina! ¡Alfred Tennyson es el poeta de la Reina!" (Alfred Tennyson era, en ese momento, un poeta laureado). McGonagall presentó la carta, pero le negaron la entrada y tuvo que regresar a su casa.[13]​ Sin inmutarse, siguió escribiendo poesía, e informó de los acontecimientos a los diarios, ganándose un reconocimiento menor.[14]

A lo largo de su vida, McGonagall realizó una campaña vigorosa contra el consumo excesivo de alcohol, apareciendo en pubs y bares para pronunciar edificantes poemas y discursos. Estos eran muy populares, ya que las personas de Dundee reconocían que McGonagall era "tan malo que se convirtió involuntariamente en un genio".[15]​ Sin embargo, a menudo se encontraba con la ira de los publicanos, y en una ocasión le tiraron una lluvia de guisantes por recitar un poema sobre los males de "las bebidas fuertes".[16]

McGonagall constantemente luchaba con problemas de dinero, aunque consiguió algunas ganancias vendiendo sus poemas en las calles, o recitándolos en salas, teatros y bares. Cuando estaba en períodos de inseguridad económica, sus amigos lo apoyaban con donaciones. En 1880, se embarcó a Londres en busca de fortuna, y en 1887 fue hasta Nueva York. En ambos casos, regresó sin éxito. Sin embargo, pronto encontró un trabajo lucrativo mostrando su poesía en un circo local. Él leía sus poemas mientras que la audiencia le tiraba huevos, harina, arenque, patatas y pan duro. Por esto, recibía quince chelines por noche. McGonagall parecía feliz con este arreglo, pero los eventos se volvieron tan ruidosos que los magistrados de la ciudad se vieron obligados a ponerles una prohibición.[17]​ Ante esto, McGonagall se enfureció y escribió un poema en respuesta, titulado Lines in Protest to the Dundee Magistrates:

A lo largo de su vida, McGonagall parecía ajeno a la opinión general de sus poemas, incluso cuando su audiencia le arrojaba huevos y verduras. Es posible que fuera más astuto de lo que se le da crédito, y que jugara con la percepción que la audiencia tenía de él, convirtiendo sus recitaciones en una nueva forma de arte.[18]

En 1890, McGonagall se encontraba de nuevo en una mala situación financiera. Para ayudarlo, sus amigos financiaron la publicación de una colección de sus trabajos, Poetic Gems. Los ingresos ayudaron a McGonagall con suficiente dinero para vivir por un tiempo.[19]​ Sin embargo, en 1893, se estaba poniendo molesto por sus malos tratos en las calles y escribió un poema enfadado, amenazando con irse de Dundee. Un diario dijo en broma que probablemente se quedaría durante un año una vez que se diera cuenta "que Dundee rima con 1893". A pesar de tratar de escribir en prosa y realizar anotaciones para empresas locales por un corto tiempo, en 1894 él y su esposa se vieron obligados a trasladarse a Perth. Poco después, recibió una carta que pretendía ser de los representantes del rey Thibau de Birmania. En ella, se le informaba que el Rey le había nombrado caballero con el nombre de Sir Topaz, Caballero del Elefante Blanco de Birmania. A pesar de que se trataba de una broma bastante transparente,[20]​ McGonagall comenzó a publicitarse a sí mismo como "Sir William Topaz McGonagall, Caballero del Elefante Blanco de Birmania" por el resto de su vida. En 1895, McGonagall y su esposa se mudaron otra vez, esta vez a Edimburgo. Allí, McGonagall tuvo un cierto éxito, llegando a ser una "figura de culto" en gran demanda. Sin embargo, esto no duró mucho y en 1900 se convirtió en un indigente, estando ya viejo y enfermo. A pesar de que estaba demasiado débil para caminar por las calles vendiendo sus poemas, las donaciones de sus amigos, como siempre, lo mantuvieron a flote.[21]​ Murió en la ruina en 1902, y fue enterrado en una tumba sin nombre en el Cementerio Greyfriars en Edimburgo. Una tumba de losa instalada en su memoria en 1999 inscribe:

"Yo soy su graciosa Majestad

Además, una placa sobre la calle 5 Soutt College Street en Edimburgo muestra una imagen de McGonagall, que lleva la inscripción:

De los aproximadamente 200 poemas que escribió, el más famoso es probablemente "The Tay Bridge Disaster", el cual relata los acontecimientos de la noche del 28 de diciembre de 1879, cuando, durante un fuerte temporal, el puente Tay Rail cerca de Dundee se derrumbó mientras un tren pasaba por él.

En un comentario, se señaló que "un poeta menor (hay que señalar que el poeta alemán Theodor Fontane escribió un poema sobre este evento también) hubiera pensado que sería una buena idea escribir un poema sobre la tragedia del puente Tay. Un poeta menor habría pensado en transmitir la conmoción de la gente de Dundee. Pero solo un verdadero maestro puede llegar a una copla como":

McGonagall había escrito anteriormente un poema en alabanza al puente, "The Railway Bridge of the Silvery Tay", que en una parte decía: "Con tus numerosos arcos y pilares en orden tan grande". Una vez que el reemplazo del puente se hubo construido, sin la menor sensación de ironía, procedió a componer una oda a la construcción de la nueva obra: "An Address to the New Tay Bridge".

Los poemas de McGonagall fueron publicados por sus amigos, en una serie de libros titulados Poetic Gems. En la era moderna, la serie entera se reprodujo en una sola colección llamada The Complete McGonagall. Hay que tener en cuenta que los libros Poetic Gems están listados en orden cronológico, y el tiempo en que el poema fue publicado a menudo no tiene nada que ver con cuándo fue escrito; por ejemplo, "Address to the Rev. George Gilfillan" y "Requisition to the Queen" aparecen entre los primeros poemas de McGonagall, sin embargo aparecen en More Poetic Gems y Last Poetic Gems.



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