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Wolf Rubinsky



Beatriz Pérez,
Armida Herrera,

Elsa Ruvinskis Pérez,

Wolf Ruvinskis (Riga, 30 de octubre de 1921 - Ciudad de México, 9 de noviembre de 1999) fue un actor, luchador profesional, mago, y empresario letón nacionalizado mexicano. Vivió y trabajó en México la mayor parte de su vida, debutando en la Época de Oro del cine mexicano.

Wolf Ruvinskis nació en lo que hoy es Letonia en 1921, hijo de madre letona y padre ucraniano quienes emigraron a Argentina. Al llegar a ese país su padre murió a causa de las difíciles y agotadoras condiciones del viaje en barco. En Córdoba, con una madre que no hablaba español y buscaba la forma de sobrevivir, Wolf y su hermano Daniel fueron llevados a un internado cuando él tenía cinco años de edad. Ahí permaneció durante 3 años hasta que volvió con su madre. Cursó únicamente la primaria.

A los 17 años organizaba peleas de box en las calles de Buenos Aires. La búsqueda de sustento y su sueño de ir a EUA, lo hicieron recorrer America, al llegar a Colombia tuvo la oportunidad de un contrato como futbolista en un equipo de primera división, en el que se desempeñó como portero en Millonarios de Bogotá,[1]​ y es también ahí en donde inició su carrera en la actuación, al tener una participación especial en la cinta Bambucos y corazones (1945).

En 1946 llegó a México; quería pasar a Estados Unidos, pero por falta de papeles y recursos tuvo que quedarse en México, en donde trabajó como cargador de bultos en el mercado de La Merced. Un día, en un pleito callejero, le rompieron la nariz, y lo llevaron al consultorio del Dr. Bolaños, quien se ocupaba a la sazón de los luchadores, y lo metió a aprender lucha grecorromana, y después le ayudó a volverse luchador libre. Ruvinskis debutó en la mítica Arena Coliseo el 28 de junio de 1946, enfrentando a Bobby Bonales, por lo que decidió establecerse en México. Su fama en la lucha libre fue tal que se convirtió en superestrella de este deporte, formó con la Tonina Jakson, la pareja infernal, y se enfrentó a leyendas tales como El Santo (con quien alternó en varias películas), Gory Guerrero, Tarzán López, Enrique Llanes, Blue Demon, Black Shadow, El Médico Asesino y El Lobo Negro. Continuó su carrera hasta finales de los años sesenta.

Entrar al mundo del cine le fue dificultoso ya que su apariencia no correspondía a la del galán de la época. Por su impactante anatomía, de inmediato se ganó un lugar entre los actores de reparto más populares. Su primera intervención en cine mexicano fue en la cinta No me defiendas, compadre (1949), un trabajo que marcó la relación profesional y amistosa entre el protagonista Germán Valdés Tin Tan y Ruvinskis. Éste se volvió comparsa habitual en varias de las mejores películas del cómico, como Simbad el mareado (1950), El revoltoso (1951), Las locuras de Tin Tan (1952), El bello durmiente (1952), Me traes de un ala (1953), El vagabundo (1953), El sultán descalzo (1956), El gato sin botas (1957) y Tres mosqueteros y medio (1957); su última colaboración con el cómico fue al año siguiente, justo cuando este iniciaba su etapa de decadencia.

A la par de sus intervenciones al lado del famoso pachuco, tuvo participaciones por demás afortunadas en cintas como La oveja negra (1949), El hombre sin rostro (1950), Trotacalles (1951), Los tres alegres compadres (1952), La noche avanza (1952), Cuando levanta la niebla (1952), El señor fotógrafo (1953), Caballero a la medida (1954), El túnel 6 (1955) y La estrella vacía (1957), cintas que le permiten trabajar con prácticamente todas las grandes estrellas de entonces, como: Pedro Infante, Fernando Soler, Arturo de Córdova, Miroslava Stern, Mario Moreno Cantinflas, Pedro Armendáriz, Leticia Palma, Jorge Negrete, Andrea Palma, Columba Domínguez y María Félix, por mencionar a algunos.

Mención aparte merecen sus excelentes caracterizaciones en películas como La bestia magnifica (1953), junto a Miroslava Stern y Crox Alvarado, cinta que inauguraría el género de luchadores, muy famoso en años posteriores, Pepe el Toro (1953), junto a Pedro Infante y en la que filman la mejor escena de boxeo hecha hasta ese entonces; muchos críticos elogiaron este trabajo y se dijo que “sin un adversario como Wolf Ruvinskis, Infante difícilmente hubiera alcanzado las alturas de heroísmo que tuvo”, La vida no vale nada (1954), otra vez con Infante, quien ganó el Ariel por esta película, Ladrón de cadáveres (1957), con Columba Domínguez, cinta que se ha vuelto de culto y es considerada la mejor película del cine de luchadores. En 1960 Wolf alcanzó su momento de mayor popularidad al aceptar la oferta del director Federico Curiel para protagonizar una serie de películas de ciencia ficción de bajo presupuesto, basadas en un personaje que él había creado: Neutrón; con este personaje filma cinco películas que fueron un éxito entre 1960 y 1965, teniéndolo a él como estelar.

Después de Neutrón, Ruvinskis hizo varias películas sin ninguna importancia, las más de ellas de ficción, exceptuando El crepúsculo de un Dios (1969), La isla de los hombres solos (1974) y algunas participaciones más con Cantinflas y El Santo. Se despidió del cine tres años antes de morir; sus últimas participaciones fueron en Juego limpio (1995), por la que recibió una nominación al Ariel, y La mujer de los dos (1996).

En 1948, debuta en teatro en la obra Un tranvía llamado deseo de Tennessee Williams, producida por el INBA, y con un papel que lo haría merecedor de los más variados elogios, acompañado de María Douglas y dirigido por Seki Sano, quien juró transformarlo en la musculosa máquina de deseo que él necesita para desestabilizar el personaje de la Douglas; con esta obra tuvo la osadía de aguantar los malos tratos del director, pues sabía que era la oportunidad de su vida. En teatro también tuvo éxitos variados entre los que destacan Panorama desde el puente, obra que lo haría acreedor al premio de mejor actor teatral en 1958, Camino a Roma de Robert Sherwood, compartiendo escena con Dolores del Río, Anna Christie, con Silvia Pinal y Felipe Montoya y Damas retiradas con María Conesa, Anita Blanch y Kitty de Hoyos.

Mientras viajaba por Colombia conoció a Beatriz Pérez, con la que tuvo una hija, Elsa. Posteriormente se casó con la bailarina de ballet clásico Armida Herrera, con la cual tuvo dos hijos, Miriam y José. Tras un matrimonio muy conflictivo, Wolf se divorció cuando sus hijos eran todavía pequeños y estos se quedaron a vivir con él. Tras firmar el contrato para hacer la cinta El rapto de las sabinas, sus hijos fueron enviados a la Argentina para que vivieran con el hermano de Wolf y permanecieron allí durante varios años. En México conoció a Hylda Otylle Castillero Gilhwaxnovetzky, que sería su tercera esposa y con la que se casó por civil y por el rito judío. Tuvieron un hijo, Jozsêf Ashley Moshê, y se divorciaron cuando el niño era todavía pequeño. Wolf nunca volvió a casarse, aunque mantuvo relaciones con varias mujeres, entre ellas Lilia Michel.

Desarrolló una vida como empresario en la que poseyó y administró restaurantes y casas de cambio. En 1995 tomó posesión como presidente de la Comisión de Lucha Libre del Distrito Federal, y se comprometió a que este deporte volvería a tener el impacto y la seriedad de otras épocas.

Wolf falleció en 1999, a consecuencia de una insuficiencia cardíaca a la edad de 78 años. A pesar de la gran fortuna que atesoró durante sus años de celebridad, las cosas no le fueron económicamente bien en los últimos años de su vida, legando a sus hijos tan sólo una casa.

El actor Wolf Ruvinskis falleció el martes 9 de noviembre de 1999 a las 23:35 horas, en el 'Hospital Santelena' de la Ciudad de México víctima de un paro cardiaco, después de haber permanecido varios días internado. Al día siguiente en punto de las 13:00 horas fue inhumado el cuerpo del luchador, actor, y empresario en el Panteón Bet-El de México, en el Estado de México, acompañado de quien fuera su última pareja sentimental, la actriz Lilia Michel, y su hija Miriam, así como familiares y amigos.



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