Zachary Taylor cumple los años el 24 de noviembre.
Zachary Taylor nació el día 24 de noviembre de 1784.
La edad actual es 240 años. Zachary Taylor cumplió 240 años el 24 de noviembre de este año.
Zachary Taylor es del signo de Sagitario.
Zachary Taylor (24 de noviembre de 1784 – 9 de julio de 1850) también conocido como Old, Rough and Ready, ("Viejo, rudo y presto") fue el duodécimo presidente de los Estados Unidos de América, desde 1849 a 1850. Destacó por su gran trayectoria militar y por ser el primer presidente de los Estados Unidos que llegaba al cargo sin haber sido elegido previamente para ningún otro cargo público. Fue, además, el segundo presidente que murió durante el mandato. Murió de gastroenteritis, aunque no se descarta que fuera de cólera. Por último, es reseñable también que fue el último presidente que poseyó esclavos durante su presidencia.
Zachary Taylor, hijo de Richard Taylor y Sarah Stroher, nació en una cabaña cercana a Barboursville, en Virginia (Estados Unidos). De niño él y su familia se trasladaron a Kentucky donde Taylor se crio en una plantación conocida como Little Zack. A principios de 1810 conoció a Margaret Mackall Smith con la que contrajo matrimonio el 21 de junio de ese mismo año. Tuvieron un hijo y cinco hijas, dos de las cuales murieron en la infancia.
Entró en el Ejército de los Estados Unidos en 1806 ascendiendo a teniente de infantería dos años más tarde. Poco después fue enviado al territorio de Indiana convirtiéndose en el Comandante de Fort Harrison. En la segunda guerra contra los británicos, que fue desde 1812 hasta 1815, fue reconocido como un excelente militar. Años más tarde sirvió en la guerra de Black Hawk en 1832 y en la segunda guerra contra los seminolas entre 1835 y 1842. Durante la guerra de los seminolas se ganó el sobrenombre de Old, Rough and Ready tras la batalla del lago Okeechobee. Cabe destacar también una de sus mejores victorias, la cual fue tras la Batalla de Monterrey (Nuevo León) en 1846, durante la Intervención estadounidense en México.
En previsión de la anexión de la República de Texas, que había establecido la independencia en 1836, Taylor fue enviado en abril de 1844 a Fort Jesup en Luisiana. Se le ordenó protegerse contra cualquier intento de México para reclamar el territorio. Él sirvió allí hasta julio de 1845, cuando la anexión se hizo inminente, y el presidente James K. Polk lo dirigió a desplegarse en el territorio en disputa en Texas, "sobre el río Grande", cerca de México. Taylor eligió un lugar en Corpus Christi, y su ejército de ocupación acampó allí hasta la primavera siguiente en previsión de un ataque mexicano.
Participó en numerosos conflictos hasta alcanzar la graduación de general de brigada. En 1845, tras la anexión de Texas, el presidente James Knox Polk le ordenó que se dirigiera a Río Grande al frente de un ejército compuesto por 4000 hombres. Dicho ejército sufrió el ataque de las tropas mexicanas, lo que desencadenó la declaración de guerra estadounidense. Durante la Intervención estadounidense en México, Taylor fue el más destacado general estadounidense y, a su fin, regresó a Estados Unidos convertido en héroe nacional. Por ello fue propuesto como candidato presidencial y, tras las elecciones de 1848, fue elegido para el cargo. Su mandato, no obstante, se vio interrumpido por su fallecimiento dieciséis meses después, período durante el cual apenas pudo actuar debido a varios escándalos de corrupción que salpicaron a miembros de su gabinete.
Taylor fue elegido candidato a la presidencia por la Convención nacional que el Partido Whig celebró en Filadelfia en junio de 1848. Tardó semanas en recibir la notificación formal que le anunciaba su nominación. En las elecciones de noviembre, se impuso al demócrata Lewis Cass por 163 a 127 votos electorales. Esta fue la primera ocasión en la historia electoral estadounidense en que se celebraron las elecciones presidenciales el mismo día en toda la Unión. También la primera vez que ese mismo día era el primer martes siguiente al primer lunes de noviembre, estableciéndose así una práctica que, en forma de auténtica tradición, ha llegado hasta nuestros días.
Taylor afrontó durante su breve presidencia el inicio de la dinámica de tensiones y enfrentamientos a cuenta de la esclavitud que acabaría precipitando a su país a la guerra civil un decenio más tarde. Tres años antes de su acceso a la presidencia, consumada en marzo de 1849, el congresista por Pensilvania David Wilmot había presentado la enmienda que llevaba su nombre, en la que se instaba a prohibir la esclavitud en cualquiera de los vastos territorios arrebatados a México. La enmienda fue aprobada en el Congreso, donde los más populosos estados norteños tenían mayoría, para ser finalmente rechazada en el Senado. Pese a este triunfo, en el sur se dispararon todas las alarmas: con la súbita incorporación de tantos nuevos territorios y futuros estados a la Unión, el Compromiso de Misuri de 1820, por el que la esclavitud quedaba limitada al sur del paralelo 36° 30′, quedaba superado. Desestimada la propuesta más obvia, presentada por el demócrata de Indiana William W. Wick, de prolongar esa línea hasta el Pacífico, los defensores de la esclavitud se veían abocados a una clara disyuntiva: o lograban que la "peculiar institución" se extendiera a los nuevos territorios cuando se constituyeran como estados, o se verían obligados a renunciar a ella, ya que el equilibrio matemático que hasta entonces se había mantenido en el Senado entre estados "libres" y estados esclavistas quedaría roto y ese hipotético Senado de mayoría abolicionista no tardaría en abolir el trabajo esclavo.
Los temores del sur cobraron urgencia en seguida: en 1850 el primero de esos nuevos estados constituidos en territorio antes mexicano solicitó formalmente su ingreso en la Unión: California. Además, el nuevo estado solicitó hacerlo como estado libre, ya que había prohibido la esclavitud en su suelo. Dado que no se lo podía obligar a legalizarla, ni nadie quería renunciar a este nuevo estado, el primero en la costa Oeste de Estados Unidos, la incorporación de California fue pronto un hecho, pero al precio de volver impostergable por más tiempo el debate de la esclavitud, que durante décadas el Compromiso de Misuri había dado por zanjado. La aparente solución obvia era admitir a California como estado libre, a cambio de concederle varios futuros estados al esclavismo. Se presentó un intento de compromiso con concesiones a ambos bandos enfrentados que Taylor no quiso respaldar, y que quedaría pendiente de aprobación hasta que el sucesor de Taylor se la dio.
En opinión de Taylor, el mejor camino a seguir era admitir California como un estado en lugar de territorio federal, ya que dejaría la cuestión de la esclavitud en las manos del Congreso.
El sur se sintió traicionado por el presidente Taylor, ya que este respaldaba que los colonos de los nuevos territorios pudieran aprobar las respectivas Constituciones antiesclavistas de sus futuros estados antes de que quedara claro a qué "bando" (esclavista o abolicionista) debían pertenecer esos estados. Incluso se pretendía que cada nuevo estado federado aprobara su Constitución prohibiendo la esclavitud antes de que se formara primero un gobierno estatal previo a la aprobación de esa Constitución antiesclavista. Dado que todos esos territorios habían sido conquistados a México en una guerra librada principalmente por soldados voluntarios del sur, la indignación sureña no podía ser mayor. En una reunión celebrada en Nashville, Tennessee, en junio de 1850 los estados esclavistas decidieron adoptar alguna forma de resistencia frente a «la agresión del norte», mientras cada vez más sureños hablaban de la posibilidad de la secesión.
Por lo tanto, acababa de estallar una grave crisis a cuenta de la esclavitud -consecuencia inmediata de la guerra librada con México durante la presidencia de Polk- que ya no remitiría pacíficamente. En adelante, la crisis acerca de los límites territoriales de la esclavitud iría siendo heredada de un presidente a otro durante el siguiente decenio, se cobraría la vida del segundo sistema de partidos estadounidense, además de la de centenares de esclavos y activistas favorables u opuestos a la esclavitud, y acabaría desembocando en la Guerra Civil de 1861 a 1865, sin que ningún acuerdo, pacto o compromiso pudiera frenar ese descenso a los infiernos.
Pero al margen de esta lacerante división por la esclavitud, también durante el mandato de Taylor se firmó un importante acuerdo con el Reino Unido, el tratado Clayton-Bulwer, que pretendió asegurar la neutralidad internacional de cualquier canal construido en América Central. Sería derogado en 1901.
Tres meses más tarde, tras asistir a los festejos del 4 de julio, el presidente desfalleció. El día 8 su estado empeoró, y, finalmente, murió a las 10:35 p.m. del día siguiente, 9 de julio de 1850. Tenía 65 años de edad. Su vicepresidente, Fillmore, se hizo cargo del mandato incompleto (Taylor apenas llevaba dieciséis meses en la Casa Blanca) que el finado dejaba tras de sí. Tal y como había ocurrido en 1841 con Harrison y Tyler, un héroe de guerra reconvertido en presidente whig moría tras un breve mandato y dejaba la presidencia en manos de un gris vicepresidente.
Se habló, y se sigue hablando, del cólera como causante de su repentina muerte. También se apuntó a una probable lipotimia provocada por las altas temperaturas de esas fechas del año. Incluso se extendió el rumor, para muchos convicción, de que había sido envenenado. En 1991 se exhumó su cadáver y se desmintió definitivamente esa tesis. El duodécimo presidente había muerto naturalmente, seguramente de una gastroenteritis aguda tras una desmedida ingestión de alimentos -tales como fruta cruda y leche helada- durante las celebraciones de aquel 4 de julio.
Para el senador demócrata de Missouri Thomas Hart Benton la muerte de Taylor fue una «calamidad para la política americana», pues «no había hombre que fuera más devoto de la Unión, ni más opuesto a agitar la esclavitud».
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