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Alfonso Cortés



Alfonso Cortés Bendaña (León, 9 de diciembre de 1893 - 3 de febrero de 1969) fue un poeta, periodista, traductor y maestro nicaragüense considerado uno de los tres grandes poetas nacionales junto con Salomón de la Selva y Azarías H. Pallais, después de Rubén Darío. Pertenece al movimiento modernista hispanoamericano en Centroamérica y demuestra una gran influencia del simbolismo francés de Mallarmé.

En 1922, Francisca Sánchez del Pozo, última compañera y viuda de Rubén Darío, llegó desde España a la ciudad de León para recoger los últimos papeles y documentos legados a su hijo, Rubén Darío Sánchez, Cortés la recibió y le ayudó en ese trabajo. Agradecida ella, le hizo donación del inmueble, modestísima herencia material que le dejara "su amado Rubén". Se trataba de aquella misma casa que para Darío niño era "temerosa por las noches" y llenaba su espíritu de terrores.[1]

En esa misma casa, en febrero de 1927, perdió la razón para no recobrarla jamás, pero esta situación no menguó su talento literario escribiendo algunos de sus mejores poemas durante este período.

Como Dario, fue un niño prodigio, a los tres años de edad sabía leer. Desde muy pequeño reveló su vocación hacia el arte de la literatura empezando a crear sus primeros versos a la edad de siete años, "El disco de Oro", se denomina su primer poema, del cual se conserva el texto.[2]

Sus estudios primarios fueron realizados en la escuela del maestro Vicente Ibarra y estudió hasta el tercer año de bachillerato en el Instituto Nacional de Occidente,[3]​ y al abandonar sus estudios se dedicó al magisterio y a las letras, mientras se dedicaba a esta labor, estudiaba lenguas de manera autodidacta y adquirió los conocimientos suficientes para traducir del inglés, del italiano, del portugués y del francés, llegando a dominar a la perfección este último idioma.

Es influenciado por el mundo esotérico y es aficionado a la lectura de simbolismo francés y del mismo Rubén Darío.

En 1920 realiza un viaje a México con el motivo de asistir al "Primer Congreso de Periodistas Hispanoamericanos"; en su regreso se detiene en Guatemala donde participa con su poema “La Odisea del Istmo” en los Juegos Florales de Quezaltenango en el mes de septiembre de 1921 durante la denominada "Feria Centroamericana de Independencia" resultando ganador del Primer Premio en Poesía.[4]​ Trabaja como redactor del diario El Excélsior y el año siguiente regresa a Nicaragua.

Vivió en la vieja casa en que pasó su infancia Rubén Darío y se dice que en esa casa, el 18 de febrero de 1927, entra en estado de locura para no recuperar la razón jamás, pero al mismo tiempo continuó su labor literaria, el primer poema escrito en este estado esquizofrénico es "La canción del espacio".[5]​ Su familia lo mantenía encerrado por sus crisis de furia y a veces lo tenían encadenado a una viga del techo. En uno de esos encierros, ya estando demente, escribió su famoso poema "Ventana", llamado originalmente "Un detalle", mismo que fue inspiración para la primera canción que compusiera su compatriota Hernaldo Zúñiga titulada "Ventanillas", con la cual obtuvo el tercer lugar en su primera de dos participaciones en el Festival Internacional de la Canción de Viña del Mar en su XV edición en 1974, en Chile.

Debido a su esquizofrenia permaneció atado por cadenas sujetadas al techo, hasta que en 1944 fue internado en el Hospital de Enfermos Mentales de Managua. En Managua es objeto de muchos homenajes por su destacada participación literaria.

En 1951 es trasladado a Costa Rica pero tres meses después retorna a su país de origen; es traslado nuevamente a León por sus familiares donde es homenajeado nuevamente.

Falleció el 3 de febrero de 1969, poco después de haber recibido un homenaje por la Universidad Nacional Autónoma de Nicaragua (UNAN). Está sepultado en la Catedral de León, en la misma donde reposan los restos de sus coterráneos Miguel Larreynaga, Rubén Darío, Salomón de la Selva y José de la Cruz Mena.

Su producción poética se puede dividir en tres etapas: Poesía Alfonsina, Poesía Modernista y Poesía Mala; sin embargo, se trata de unas etapas poéticas intemporales, es decir que no se encuentra evolución, cambio, progreso o división entre cordura y locura, adolescencia y madurez, tratándose solamente de una división que se produce por lo largo de su producción.

Se caracteriza por ser una poesía oscura y misteriosa con rasgos netamente metafísicos; llena de figuras abstractas e ideas profundamente filosóficas.

Los temas en la poesía Alfonsina hacen alusión a la esencia, la forma, el número, la materia, el Ser, Dios, la eternidad, el espacio y el tiempo.

El poema "Un detalle" (renombrado como "Ventana" por José Coronel Urtecho) es el poema característico de esta etapa. Para Pablo Antonio Cuadra con el poema "La piedra viva" da inicio a su poesía metafísica.

En este periodo Cortés se destaca por seguir las huellas de Darío, pero con su sello de originalidad incluyendo sus propias modificaciones en la estética.

En cuanto a la forma de su poesía modernista se nota una menor preocupación por la medida de los versos, experimentando muchas versificaciones en especial alcanzando gran perfección en el soneto.

Unos de los puntos más característico de su poesía es la paradoja; en este periodo su poesía contrasta con la poesía metafísica y se dirige hacia lo sencillo, tangible y natural, careciendo de la originalidad y profundidad filosófica de la poesía alfonsina.

Ernesto Cardenal afirma que la poesía mala está hecha “torpemente”; en cuanto a su estética condensa su concepción de la belleza perfecta, al mismo tiempo posee una clara inclinación racionalista en el sentido de la religión al negar dogmas y concentrar su esperanza, en la razón.



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María mercado :
Cómo murió Alfonso cortes
2022-02-27 15:53:34
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