América es una ciudad de Argentina cabecera del partido de Rivadavia en el oeste de la provincia de Buenos Aires.
La ciudad fue fundada por Carlos A. Diehl el 16 de mayo de 1904 y para su centenario, en el año 2004, tenía 11 000 habitantes aproximadamente.
Está localizada en la región de la pampa húmeda, específicamente en las coordenadas 35°29′18″S 62°58′31″O / -35.48833, -62.97528, y se accede a ella mediante las Rutas Nacional 33 y Provincial 70. Por carretera dista unos 505 km de la ciudad de Buenos Aires y unos 567 km de La Plata, la capital provincial.
El 14 de marzo de 1904 Carlos A. Diehl solicitó autorización al Ministro de Obras Públicas provincial, Ángel Etcheverry, para crear un pueblo en terrenos de su propiedad ubicados en el partido de Trenque Lauquen, a la altura del kilómetro 471 del Ferrocarril Oeste, Ramal Lincoln a Meridiano V, donde ya se había emplazado una estación ferroviaria.
En su solicitud, Diehl explicaba que a los efectos de la fundación se había realizado una mensura de división y subdivisión de esos terrenos y se había "destinado ya el terreno para la plaza pública" y designado para edificios públicos "la mitad de la manzana N.º 38; los lotes 2 y 7 de la manzana 32; el lote 1 de la manzana 33", y "las quintas N.º 42 y 46, para potrero de policía y Cementerio Público", fracciones de tierra estas últimas que se compromete a ceder al gobierno provincial. También solicita que el nuevo pueblo se denomine Carlos A. Diehl. Diehl alega que la estación de ferrocarril dista 12 leguas de los pueblos más cercanos, Trenque Lauquen y General Villegas, por lo que cree que sería beneficioso tener un pueblo allí.
Finalmente, el 16 de mayo, con firma del gobernador Marcelino Ugarte y el ministro Etcheverry, se dicta una resolución autorizando la creación del pueblo Carlos A. Diehl y aceptando la traza propuesta.
Por estar situado junto a la estación América del Ferrocarril Oeste, el pueblo tomó luego esa denominación. Pero en 1910, la Ley provincial N.º 3.273, que creó el Partido de Rivadavia, determinó que el pueblo se llamaría Rivadavia a partir de ese momento. No obstante la población siguió siendo denominada por sus pobladores y vecinos como América.
Por tanto, el pueblo de América fue oficialmente conocido como Rivadavia durante 79 años, hasta que en 1989 se cambió el nombre oficial de la cabecera de partido a América para solucionar el problema.
Cuenta con 11,685 habitantes (Indec, 2010), lo que representa un incremento del 12 % frente a los 10 361 habitantes (Indec, 2001) del censo anterior.
Fuente de los Censos Nacionales del INDEC
El Vivero municipal Francisco Pascasio Moreno, creado en 1948, es un predio de 354 hectáreas ubicado al sur de la ciudad. Posee un bosque de más de 250 hectáreas de características únicas en la llanura bonaerense, siendo el más importante a nivel provincial en cuanto a la diversidad de especies vegetales.
Cuenta tanto con especies arbóreas exóticas como nativas. Algunas de ellas son: acacia blanca, acacia de Constantinopla, aguaribay, arce, casuarina, cedro del Himalaya, ciprés, enebro, eucalipto, fresno americano, lame, morera negra, naranjo de Luisiana, nogal negro, olmo, paraíso, pino, roble, seibo y tala.
Esta diversidad de plantas y árboles crea un buen microclima para la realización de actividades físicas, la recreación y el descanso. Dentro del predio hay lugares diseñados especialmente para acampar, con varias instalaciones como parrillas, mesas y baños.
Dentro del vivero también se encuentra el Hipódromo Municipal, en él se desarrollan carreras de trote, cuadrera y de galgos. También el vivero hospeda a una pista de motociclismo y karting.
El Complejo Ecológico de América es una ONG que se localiza dentro del Vivero Municipal, siendo un centro de cría de fauna y flora de unas treinta hectáreas en el que además de encontrar distintas manifestaciones de vida en ambientes que recrean sus hábitats naturales.
Comprende un recorrido a pie de con una extensión de 4.000 metros, tomando tres horas una visita guiada. Durante el mismo puede apreciarse, además de la fauna, una colección escultórica representativa de distintas civilizaciones. Sitio oficial del Complejo Ecológico de América
Algunas de las decenas de especies que se exhiben son:
El Parque municipal "17 de octubre" es un predio ubicado al este de la ciudad que cuenta con árboles, lagunas, pileta de natación de estilo olímpico, cancha de fútbol 5, vóleibol, bochas e instalaciones para acampar como parrillas y mesas.
La Plaza Colón es la principal de la ciudad, se ubica en el centro del casco histórico de la ciudad, y ocupa la manzana delimitada por las calles Rivadavia, Marcos Cachau, San Martín y Avellaneda. Su nombre es un homenaje a Cristóbal Colón.
Alrededor de la plaza se encuentran la Comisaría, el Palacio Municipal, la Iglesia, La Escuela N.º 1, el Banco de la Provincia y el edificio del Banco Nación. Esta configuración que sitúa a los principales edificios públicos alrededor de la plaza es típica de muchas localidades de la Provincia de Buenos Aires.
El Palacio Municipal es la sede principal de las autoridades del partido. Está ubicado en la calle Marcos Cachau N.º 50, frente a la plaza Colón.
El diseño de este edificio estuvo a cargo del arquitecto Reyes Oribe, quien ganó la licitación para hacerse cargo de la obra durante la gestión del Intendente Marcos Cachau. El acto de colocación de la piedra fundamental tuvo lugar el 20 de agosto de 1924, y contó con la presencia del por entonces Gobernador de la Provincia José Luis Cantilo y el Obispo de La Plata, Monseñor Francisco Alberti. La inauguración se realizó nueve años después, el 15 de octubre de 1933 con la presencia del gobernador Federico Martínez de Hoz, el diputado nacional Vicente Solano Lima y otras autoridades.
La Parroquia San Bernardo se encuentra en la calle San Martín, frente a la plaza Colón.
Los trabajos de construcción de esta iglesia se iniciaron en noviembre de 1911, 7 años después de la creación del pueblo. La inauguración se produjo el 2 de marzo de 1913 y fue una Capellanía hasta el 31 de julio de 1920, donde se la ascendió a parroquia. Los principales impulsores de la obra fueron Bernardo Busso y Ana M. de Busso.
Banco de la Nación Argentina frente a la plaza central.
Comisaría frente a la plaza central.
Escuela EGB nº1 desde la plaza central.
Iglesia de San Bernardo.
San Ruperto.
Ermita de la Virgen de Luján
Municipalidad frente a la plaza central.
Detalle.
Plaza central, carteles turísticos.
Plaza central, homenaje a indios, cautivas y fortineros, placa.
Plaza central, homenaje a indios, cautivas y fortineros.
Plaza central, homenaje a indios, cautivas y fortineros.
Plaza central, homenaje al Libertador General San Martín.
Libertador General San Martín.
Plaza central, monumento a Sarmiento.
Busto de Domingo Faustino Sarmiento.
Monumento a Rivadavia.
Tortuga Manuelita, homenaje a María Elena Walsh y a la ciudad hermana de Pehuajó. Hecha en el tronco de un árbol aún enterrado.
Madre e hijo.
Monumento por el Centenario.
Homenaje a mayo de 1810.
Bajorrelieve.
Comenzó a dejar impresiones favorables cuando integró el equipo argentino amateur en 1974, en el Primer Campeonato Mundial en la Habana, Cuba. Fue figura destacada.
Arrastrando una historia de privaciones, necesidades y pobreza, modeló su recia personalidad. No completó la escuela primaria. Encaró múltiples trabajos. Desde esquilar ovejas junto a su padre Juan, un araucano puro, hasta vendedor ambulante. Su debut rentado se produjo el 2 de febrero de 1976, en la localidad de Daireaux (Buenos Aires), noqueando en un round a Natalio Ibarra. Fue un mimado del Luna Park, donde hizo 12 peleas, ganando 9, perdiendo 2 y empatando una.
Juan Carlos Tito Lectoure lo recordaba de esta manera: “El Indio Cabral fue un fenómeno. El primero en llegar a la mañana a entrenar y salir a correr. No tengo dudas que era el futuro campeón mundial. Muy parecido a Víctor Emilio Galíndez en sus comienzos. Gran personalidad y una fe bárbara en todo lo que hacía”.
El 30 de junio de 1979, en un lujoso vestuario de la ciudad de Montecarlo, el mendocino Hugo Pastor Corro, defendía el título mundial mediano ante el norteamericano Vito Autofermo. Una velada de presencias internacionales: Bob Arum, Rodolfo Sabattini, Nino Benvenuti, engalanaban el ring side. El enorme Marvin Maravilla Hagler lucía en la cartelera. Mientras Corro se vendaba los puños, escuchó: “Hugo espérame que en diez minutos vuelvo”. El mendocino levantó la vista y viendo a un sonriente Cabral con su bata puesta, le dijo: “No exageres. Mirá que es zurdo…ojo, cuídate”. Alfredo Cabral no exageró, a los pocos minutos volvió al vestuario contento. Noqueó en un breve combate al sudafricano Elijab Tap Tap Makhatini, que tenía el séptimo lugar en el ranking mundial.
Su carrera, en progresiva marcha ascendente, esperaba una chance mundialista. La categórica definición le abrió las puertas. Nadie imaginó que el destino estaba escribiendo otro libreto. El futuro como campeón mundial se disipó igual que una brisa de verano.
El jueves 6 de julio de 1979, recién llegado de Europa, Cabral llamó a Lectoure: “Tito, mire que me voy a Bahía Blanca. Mañana pelea mi hermano Raúl. Quiero verlo y darle una mano. Va a pasar por el Luna mi manager, Enrique Gianera a cobrar lo de Montecarlo. Me dijeron que son 7.000 dólares. Gracias”…
Lectoure lo saludó y le agregó la buena noticia que una valija con juguetes para su hijo que se había extraviado en el aeropuerto había aparecido.
Terminada la pelea en Bahía Blanca, no quisieron quedarse en un hotel. Regresaron a Estación América en un Peugeot 504, color verde claro, flamante compra de Cabral. A la altura del kilómetro 29 de la Ruta Provincial 33, en la estación La Vitícola, cerca de las dos de la madrugada, chocaron fatalmente. Murieron Alfredo Cabral y su mánager. Carlos Villegas y Oscar Gianera sobrevivieron luego de serias lesiones.
Cabral rompió el modelo con aquello de “Pueblo chico, infierno grande” y que se aplicaba especialmente a los exitosos y la envidia que generaban. Todos lo querían en América y gran cantidad de gente acompañaron sus restos mortales.
Con buena parte de los 25 millones de pesos de aquella época, ganados en su combate ante Castellini, había comprado una casa para su familia. No pudo estrenarla.
“Me gusta que digan que soy parecido a Monzón, pero Monzón es él y yo soy yo. Quiero hacer mi propia historia”, aseguró el pampeano ante alguna comparación.
Atrás quedó el boxeador espectacular, agresivo, salvaje, de combinaciones tan potentes como veloces. Su sonrisa dibujada en una cara de indio con ojos de mirada penetrante y pelo renegrido. Tenía en su partida, sólo 23 años de edad.
Una vez más, alguien trazó un camino a seguir, pero el destino tenía otras rutas.
En un mediodía de radiante sol se produjo el entierro. Una brisa suave trajo los compases de un tango de Homero Manzi: “Cuarenta cartones pintados con palos de ensueño, de engaño y amor. La vida es un mazo marcado; baraja los naipes la mano de Dios…” www.elciudadano.com
Actualmente su Cura Párroco es Juan Carlos Maturana--
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