x
1

Arquitectura china



La arquitectura china es el estilo de arquitectura que se ha tomado forma a lo largo de milenios en Asia Oriental. Desde la consolidación del estilo durante el siglo I en el temprano período imperial, los principios estructurales de la arquitectura china han permanecido mayormente inalterados, con cambios en los detalles decorativos. Comenzando con la dinastía Tang, la arquitectura china ha tenido una influencia determinante en los estilos arquitectónicos de Japón, Corea, Mongolia y Vietnam, y un grado variable de influencia en los estilos arquitectónicos en el Sur y el Sureste de Asia, incluyendo Malasia, Singapur, Indonesia, Sri Lanka, Tailandia, Laos, Camboya y las Filipinas.[1][2][3][4][5][6][7]​ La arquitectura china se caracteriza por rasgos como el uso de simetría bilaterial, espacios cercados, énfasis horizontal y la incorporación en el diseño de nociones del Feng Shui como la de las jerarquías direccionales o simbolismos cosmológicos y mitológicos varios.

Sus materiales de construcción son generalmente madera y ladrillo. Las columnas suelen tener escasa elevación y carecen de capitel. Las techumbres o cubiertas se completan con un alero grande cuyo borde, sobre todo en sus puntas, se encorva hacia arriba. Aunque más ordenada en la ornamentación que la arquitectura india, se usan en ella variadas decoraciones policromadas: azulejos, baldosines de porcelana, incrustaciones, campanillas y juguetes, con nimiedad de detalles. Los principios estructurales de la arquitectura china se han mantenido mayormente estables, siendo los principales cambios solo decorativos.

A través del siglo XX, arquitectos chinos formados en Occidente han tratado de combinar diseños tradicionales chinos con arquitectura moderna (normalmente en edificios gubernamentales) con limitado éxito. Además, la presión para desarrollar las ciudades en la China contemporánea requirió mayor velocidad de construcción y un ratio de suelo por área más alto, lo que significa que en las grandes ciudades la demanda de edificios tradicionales, que por norma general tienen menos de tres pisos, ha decaído en beneficio de la arquitectura moderna. Sin embargo, las habilidades tradicionales de la arquitectura china, incluyendo carpintería mayor y menor, albañilería y cantería, son todavía aplicadas en la vasta área rural china. Para su protección, la candidatura relativa a Los oficios artesanales chinos vinculados a la arquitectura tradicional con armazones de madera, fue inscrita en 2009 en la lista representativa de Patrimonio Cultural Inmaterial de la Humanidad de la Unesco.[9]

Aunque los chinos se atribuyen grandes construcciones realizadas en la dinastía Ha (siglo XVIII a. C.) y en la de Tcheóu (siglo XII a. C.) no parece que los edificios más antiguos que hoy existen sean anteriores a los primeros siglos de nuestra era, ni es posible otra cosa dada la fragilidad de su material. Se exceptúa, sin embargo, la Gran muralla china, enorme construcción de piedra y ladrillo que data de poco más del siglo II a. C. y ocupa una extensión de 2500 de largo, construida con la intención de contener las invasiones de los pueblos del norte.

La arquitectura de la civilización china tiene unas características reconocibles a las de las demás partes del mundo.

El más importante es el énfasis sobre el eje horizontal, en particular la construcción de una plataforma pesada y un gran techo que flota sobre esta base, con las paredes verticales tampoco enfatizadas. Este contrasta la arquitectura occidental, que cuida crecer en la altura y la profundidad. La arquitectura china hace hincapié en el impacto visual del ancho de los edificios. Los salones y los palacios en la Ciudad Prohibida, por ejemplo, tienen techos algo bajos al comparar con edificios majestuosos equivalentes en el oeste, pero sus apariencias indican la naturaleza acaparadora de la China imperial. Estas ideas han encontrado un sitio en la arquitectura occidental moderna, por ejemplo a través del trabajo de Jørn Utzon.[10]​ En todo caso, esto no se aplica a pagodas por supuesto, que son relativamente singulares y limitado a los complejos de edificio religiosos.

Otra característica importante es su énfasis sobre la articulación y la simetría bilateral, que recalca como objetivo el equilibrio. La simetría bilateral es encontrada por toda la arquitectura china, desde grandes complejos o palacios hasta modestas granjas. Cuando sea posible, los planes para la renovación y/o extensión de una casa tratarán de mantener esta simetría, siempre que haya suficiente presupuesto para hacerlo.[11]​ Los elementos secundarios se posicionan a ambos lados de la estructura principal para mantener la simetría bilateral general. Los edificios se planifican para que tengan un número par de columnas por estructura, para generar un número impar de espacios entre elementos, y así, al poner en el central la entrada principal al edificio, mantener la simetría.

En contraste con los edificios, los jardines chinos son una excepción notable, pues cuidan ser asimétricos; el principio que subyace a la composición del jardín es causar una circulación perdurable,[12]​ y también emular la naturaleza.

Las prácticas arquitectónicas en edificios occidentales contemporáneos típicamente disponen un jardín o área abierta alrededor de la propiedad. Esto contrasta con gran parte de la arquitectura china tradicional, que construye edificios o complejos que rodean una propiedad entera, cercando las zonas verdes en su interior. Estos espacios cerrados son de dos posibles tipos:[11]

Estos recintos sirven para regular la temperatura y para ventilar el complejo de edificios. Los patios septentrionales son típicamente abiertos y encarados al sur para permitir la mayor de las exposiciones de los muros al sol, a la vez que se protege de los fríos vientos del norte. Los pozos de cielo meridionales son relativamente pequeños y sirven para recoger agua de lluvia mediante los tejados (llevando a cabo la misma función que los impluviums romanos), al tiempo que se reduce la cantidad de luz que entra al edificio, y se expulsa el aire cálido ascendente del edificio, dejando lugar para que entre en las estancias el fresco del exterior.

En la arquitectura china, la jerarquía que reflejaba cada edificio, así como su importancia y usos, estaba basada estrictamente en la localización de cada elemento en el conjunto construido. Los edificios con puertas que daban al frente de la propiedad se consideran más importantes que los que dan a los lados, y los que encaran la parte trasera son los menos relevantes.

Los edificios de cara al sur, y los que conjugaban un cierto nivel de privacidad con una mayor exposición al sol eran más estimados y se reservaban a miembros mayores de la familia. Los que daban al este, en cambio, eran para los miembros más jóvenes, en tanto que los que daban al norte daban cobijo a los sirvientes y ayudantes.[13]

Los edificios colocados en el frente de la parte trasera son destinados especialmente para celebrar ritos y poner recibidores y placas ancestrales. Cuando hay múltiples patios, los centrales y sus edificios se consideran más importantes que el resto, más empleados para almacenes o habitaciones de servicio, e incluso cocinas.[11]

La arquitectura china de los primeros tiempos usaba conceptos del cosmología china como feng shui (geomancia) y el Taoísmo para organizar la construcción y disposición de elementos desde las residencias vulgares a las estructuras religiosas e imperiales.[11]​ Esto incluía el uso de:

El uso de ciertos colores, números y puntos cardinales en la arquitectura tradicional china reflejaba las creencias en cierta inmanencia que provocaba que la naturaleza de una cosa pudiera ser contenida en su totalidad en su propia forma. Aunque en Occidente se desarrolló gradualmente un cuerpo de literatura arquitectónica, no mucho se escribió en China, y el texto más primitivo, el Kaogongji, nunca fue discutido. Sin embargo, las ideas sobre la armonía cósmica y el orden de la ciudad se interpretaba usualmente en su nivel más básico, de manera de que nunca existió una reproducción de una ciudad ``ideal´´. Pekín, tal y como fue reconstruida a través de los siglos XV y XVI es uno de los mejores ejemplos de planificación urbana china tradicional.

A diferencia de otros materiales de construcción de edificios, las estructuras de madera viejas no sobreviven porque son más vulnerables a la intemperie y a eventuales fuegos, y además son susceptibles de pudrirse con el tiempo de manera natural. Aunque muchas torres residenciales de madera -ahora inexistentes-, atalayas y pagodas le precedieron temporalmente, la pagoda de Songyue, construida en 523, es la pagoda existente más vieja en China; el uso de ladrillo en lugar de madera tuvo mucho que ver con su resistencia durante estos siglos. De la dinastía Tang (618-907) en adelante, ladrillo y arquitectura de piedra se hicieron más comunes gradualmente y reemplazaron a los edificios de madera. Los ejemplos más antiguos de esta transición pueden ser vistos en proyectos de edificios como el puente de Zhaozhou —acabado en 605— o la pagoda de Xumi —construida en 636—, aunque se sabe que la piedra y la arquitectura de ladrillo ya había sido usada en tumbas subterráneas de dinastías más tempranas.

A principios del siglo XX, no había ninguna construcción de la Dinastía Tang construida completamente en madera que todavía existiera; el mayor descubrimiento hasta entonces era el hallazgo en 1931 del Pabellón Guanyin en el monasterio de Dule, fechado cerca del año 984 durante la dinastía Song.[16]​ La superficie medía 34 × 17,66 m (111 × 57 pies).[17]

Esto fue hasta que en 1937, un equipo de historiadores de la arquitectura liderado por Liang Sicheng (1901-1972) descubriera que el Gran Hall Este del Templo de Foguang en el Monte Wutai en Shanxi era datable de manera fiable al año 857.[16]

Un año después del descubrimiento de Foguang, el hall principal del cercano Templo de Nanchan fue datado de manera fiable como del año 782,[18]​ mientras que un total de seis edificios de madera de la era Tang han sido encontrado en el siglo XXI.[19]

La pagoda de madera más antigua existente e intacta es la Pagoda del Templo Fogong, de la Dinastía Liao, sita en el condado Ying de Shanxi. Mientras el Hall Este de Foguang solo contiene siete tipos distintos de dougong en su construcción, la pagoda de Fogong, del siglo XI, tiene cincuenta y cuatro.[20]

Las paredes y plataformas más antiguas en China eran de tapial, pero con el tiempo, ladrillo y piedra se volvieron de uso más frecuentes. Esto puede ser visto en las secciones antiguas de la gran muralla de China, mientras que el ladrillo y la gran muralla de piedra vista hoy son una renovación de la dinastía Ming (1368-1644).

Clasificaciones chinas para la inclusión de arquitectura:

En cuanto a los plebeyos, fueran burócratas, comerciantes o agricultores, sus casas tendían a seguir un patrón: el centro del edificio sería un santuario para las deidades y los antepasados, que sería usado durante las festejos también. Sobre sus dos costados estaban los dormitorios para los mayores; las dos alas del edificio (conocidas como "los dragones guardianes" por los chinos) eran para los miembros jóvenes de la familia, así como la sala, el comedor, y la cocina (aunque a veces la sala podía estar muy cerca del centro). A veces las familias extensas crecían tanto que tenían que añadir alas adicionales, lo que resultaba en un edificio en forma de U, con un patio apropiado para el trabajo de la granja; comerciantes y burócratas, sin embargo, preferían cerrar el delantero con una puerta principal imponente. Todos edificios eran legalmente regulados, y la ley indicaba el número de plantas, el largo del edificio y los colores de uso según la clase del propietario.

Había ciertas características arquitectónicas especiales que se reservaban únicamente para el Emperador de China. Un ejemplo es el uso de azulejos de techo amarillos, habiendo sido este el color imperial; los azulejos de techo amarillos todavía adornan la mayoría de los edificios dentro de la Ciudad Prohibida. El Templo del Cielo, sin embargo, tiene azulejos de techo azules que simbolizan, precisamente, el cielo. Los techos son casi respaldados por "dougong" (también llamados corchetes) lo cual es una característica compartida solamente con las mayores construcciones religiosas. Las columnas de madera de los edificios y la superficie de las paredes son de color rojo. El negro es también un color usado a menudo en pagodas, pues se creía que los dioses eran motivados por el color negro a bajar a la Tierra.

El dragón chino de cinco garras, un emblema adoptado por el primer emperador Ming para su uso personal, fue usado en exceso sobre la arquitectura imperial - sobre los techos, sobre las vigas y los pilares, y sobre las puertas, aunque no sobre los tejados.

Solamente los edificios utilizados por la familia imperial podían tener nueve jian (el espacio entre dos columnas, al que antes aludíamos hablando de la simetría bilateral). Solamente las puertas utilizadas por el Emperador podían tener cinco arcos, con el centro de uno, por supuesto, reservado para el Emperador mismo. Los antiguos chinos eran muy afectos al color rojo en cuanto a los edificios del Imperio, y solían mirar hacia el sur porque el norte tenía un viento frío, lo cual, de todos modos, era vox populi y era tenido también en cuenta por los hogares particulares.

Pekín se hizo la capital de China después de la invasión mongol del siglo XIII, terminando la transferencia en dirección este de la capital china empezada desde la dinastía de Jin.

El alzamiento de Ming en 1368 reafirmó la autoridad china y fijó Pekín como asiento del poder imperial durante los próximos cinco siglos. El Emperador y la emperatriz vivieron en palacios sobre el eje central de la Ciudad Prohibida, el Príncipe de la Corona en la parte oriental, y las concubinas en la parte posterior (que debido a su abundante número fue llamado a menudo "el patio de las tres mil"). Sin embargo, a mitad de la dinastía Qing, la residencia del Emperador fue cambiada de lugar al lado occidental del complejo. Ha de advertirse que es engañoso hablar de un "eje" en el sentido occidental del término, que parece pedir una perspectiva visual de algo similar a una fachada, puesto que el eje chino es más comprensible como un privilegio, expresado generalmente restringiendo el acceso a las diferentes zonas del edificio - no hay ningún panorama abierto y libre que permita identificar un eje continuo de naves o edificios, sino una serie de puertas y pabellones que van dando lugar a las fases de la construcción.

La numerología influyó en la arquitectura imperial, y de ahí el uso de nueve (el número más grande de un solo dígito) en exceso en gran parte de la construcción. La importancia de Oriente (la dirección del sol naciente) en orientar y ubicar las construcciones imperiales es una expresión de la adoración solar encontrada en muchas culturas antiguas, donde la noción del gobernante está afiliada con el sol.

Las tumbas y los mausoleos de miembros de la familia imperial, como las tumbas de la dinastía Tang de siglo VIII en el mausoleo de Qianling, también pueden ser contadas como parte de la tradición arquitectónica imperial.

Estos montículos y pirámides sobre la tierra tenían estructuras abovedadas y fortificadas subterráneas que fueron bordeadas con paredes de ladrillo por lo menos desde la época de los Reinos Combatientes (481 - 221 BCE).

En términos generales la arquitectura budista sigue el estilo imperial. Un monasterio budista grande tiene un salón primero, albergando la estatua de un budista, seguida por un gran salón, que alberga normalmente las estatuas de los budas. Los alojamientos para los monjes y las monjas están ubicados en los dos laterales. Algunos de los ejemplos más grandes de esto vienen desde los templos del siglo XVIII Puning y Putuo Zongcheng. Los monasterios budistas a veces también tienen pagodas, que pueden albergar las reliquias del Gautama Buddha; las pagodas más viejas suelen tener cuatro lados, mientras que después las pagodas tienen ocho lados generalmente.

La arquitectura Daoísta, por otro lado, sigue el estilo de los plebeyos generalmente. La entrada principal está, sin embargo, en el lateral, por la superstición sobre demonios que pueden tratar de entrar (véase feng shui). En contraste con los budistas, en un templo de Daoístas la deidad principal está ubicada en el salón principal en el delantero, y las menores deidades en el salón trasero y en los lados.

"En China no encontramos la oposición entre lo divino y lo humano, entre el hombre y la naturaleza, tan característica en occidente desde los griego, ni la visión del mundo como creación nacida del rito y sustentado por el, ni tampoco la indiferencia a la temporalidad del universo mental de la india."[21]

El edificio premoderno más alto en China fue construido para un uso mixto entre religioso y militar. La Pagoda de Liaodi, del 1055 dC, tiene una altura de 84 m, y, aunque sirvió como la pagoda de coronación del monasterio de Kaiyuan en el viejo Dingzhou, Hebei, también tuvo un uso de torre de vigilancia militar para los soldados de la dinastía Song.

La arquitectura de las mezquitas en China y los Gongbei a menudo combina estilos tradicionales chinos con influencias del medio Oriente.

Aproximadamente cinco mil años a. C., durante los tiempos de Huang Di (黃帝, periodo del emperador Huang), la gente adoró un solo color. Después de Huang Di y durante las dinastías de Shang, Tang, Zhou y Qin, los emperadores seleccionaban colores como símbolo, basados en la teoría de los cinco elementos. El orden de los cinco elementos son el agua (水), el fuego (火), la madera (木), el metal (金) y la tierra( 土). Éstos se corresponden con los colores negro, rojo, azul verdoso, blanco y amarillo, respectivamente. La gente china antigua creía que los cinco elementos eran la fuente de todo en la naturaleza. Así como estos cinco elementos son la fuente de todo, los colores también provienen de los cinco elementos. Basado en el entendimiento de que "los colores vienen naturalmente, mientras que el blanco y negro son primeros", la gente gradualmente estableció la relación entre los colores y el principio de los cinco elementos, que guiaron el movimiento natural del Cielo y el Dao (camino) divino.

En el sistema chino tradicional, los cinco colores,negro, rojo, azul verdoso, blanco y amarillo son considerados como colores estándares. El color negro fue considerado como el color del cielo en el Yi Jing (I Ching o Libro de los Cambios). Los colores también fueron extensamente utilizados en urbanismo, murales y pinturas. Por ejemplo, luego de la Dinastía Ming, solo aquellos que estuvieron relacionados con el emperador podían vivir en casas con paredes rojas y tejas amarillas. Las casas de la gente común podían ser hechas solo de ladrillos azules con azulejos de azotea azules o de paredes blancas con tejas negras en el techo, pero a pesar de eso las vigas y los pilares tallados, seguían llenos de colores.

En las tradiciones chinas, la cultura en torno al color es aún más rica. El amarillo es el color para los emperadores, palacios reales, altares reales, y los templos reales a menudo lo usan.El amarillo también representa la libertad de preocupaciones mundanas; por lo tanto, es también un color respetado en el budismo. Las ropa de los monjes son amarillas y los templos son también amarillos. El rojo es uno de los colores apreciado por la gente china.Durante la celebración del Año Nuevo, casamientos, feriados,y reuniones, el color rojo es infaltable. El púrpura es el color de un presagio propicio y de solemnidad. Blanco es el color de luto. La gente china antigua vestía con ropa blanca y sombreros solo cuando lloraban por los muertos.Aquella tradición todavía es practicada hoy en día.



Escribe un comentario o lo que quieras sobre Arquitectura china (directo, no tienes que registrarte)


Comentarios
(de más nuevos a más antiguos)


Aún no hay comentarios, ¡deja el primero!