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Astillero de La Habana



El Real Astillero de La Habana o Real Arsenal de La Habana tuvo un papel destacado en la construcción naval española del siglo XVIII. En total, durante este siglo se construyeron en La Habana setenta y cuatro navíos de guerra.[1]

Tal fue la importancia de este astillero que se construyeron allí la mitad de los catorce navíos de tres puentes y más de 100 cañones botados durante el siglo,[1]​ siendo, de los tres grandes astilleros españoles del siglo XVIII —el Real Astillero de Guarnizo, los Reales Astilleros de Esteiro (en El Ferrol) y el astillero de La Habana— este él que más navíos entregó a la Armada Española[1]​ durante esta época, al final de la cual alcanzó su «máximo esplendor»[2]​ en 1794, fecha en que contaba con setenta y seis navíos de línea y cincuenta y una fragatas, número que en 1805 se había reducido a cincuenta y cuatro navíos y treinta y siete fragatas.[2]

De 1715 a 1759 la tercera parte de la producción española de barcos era del astillero de La Habana.[3]​ En 1735, su ampliación, en el mismo puerto, supuso un incremento de capacidad de construcción.[3]

Tuvo un papel menor respecto a la Armada de Barlovento,[1]​ pero es con la llegada de Juan de Acosta, considerada «una de las figuras más destacadas de la construcción naval española»,[1]​ en 1717 como alférez de la Compañía de Gente de Mar y nombrado capitán de la Maestranza del Arsenal en 1722 que La Habana empieza a destacar como astillero. Supervisará, entre 1724 y 1740, la construcción de veinte y tres embarcaciones, incluyendo los navíos San Juan y San Lorenzo[1]​ y, entre 1732 y 1736, la construcción de los navíos África (San José), Europa (Nuestra Señora del Pilar), Asia (Nuestra Señora de Loreto, 1735) y América (Nuestra Señora de Belén).[1]​ Después, con la disolución de la Armada de Barlovento 1748, la base naval de Veracruz fue trasladada a La Habana.[4]

Entre 1728 y 1737, del total de treinta y nueve navíos de guerra construidos por España, catorce fueron construidos en La Habana.[1]​ Acosta es apartado de sus funciones en 1740 para dejar la construcción de navíos en La Habana en manos de la Real Compañía de La Habana,[1]​ la cual, hasta 1751, construye allí trece navíos, incluyendo los dos primeros navíos de ochenta cañones construidos en La Habana, Real Fénix (San Alejandro) y Rayo (San Pedro).[1]

La producción total entre 1765 y 1789 llegó a sesenta y dos barcos, entre ellos 19 navíos de línea,[nota 1]​ cinco de los cuales eran de primera clase, es decir, con más de 100 cañones —Santísima Trinidad, Mejicano (San Hipólito),[6]Conde de Regla, Real Carlos, San Hermenegildo— y quince fragatas.

Por otra parte, tras una estancia en el Arsenal de la Carraca (Cádiz) el constructor irlandés Matthew (Mateo) Mullan se traslada a La Habana en 1766,[7]​ donde construye, en 1769, y según el sistema «a la inglesa» de Jorge Juan,[5]​ el navío Santísima Trinidad.

El último navío de línea construido en el Real Astillero de La Habana fue el Príncipe de Asturias (Los Santos Reyes) en 1793-4.



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